Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy comenzamos el mes de Junio,
dedicado al SAGRADO CORAZON DE JESUS,
bajo la faceta de sus principales atributos,
AMOR, BONDAD, TERNURA, COMPASION,
MISERICORDIA, FIDELIDAD, PIEDAD, PERDON...
Su Fiesta tuvo lugar el día 30 de Mayo, hace dos días.
Y le suplicamos que nos concediera la gracia de caer
en la cuenta de su AMOR INFINITO por los hombres.
Y como corespondencia a ese AMOR,
reparemos todos los sacrilegios, ofensas, injurias
que se cometen contra sus sagrarios.
donde se encuentra, realmente presente con su
Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad.
Hoy vamos a tratar un nuevo tema:
EL SENTIDO DE LA VIDA HUMANA.
Fuente:LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero
agustino recoleto, con sede en Lima (Perú).
Tema: EL SENTIDO DE LA VIDA HUMANA
Decía Blas Pascal: "Cuando considero la escasa duración de mi vida absorbida en la eternidad, que la precede y que la sigue, el pequeño espacio que lleno y que veo, hundido en la infinita inmensidad de los espacios, que ignoro y que me ignoran, me estremezco y me asombro de verme aquí y no allí. Porque no hay razón alguna para estar aquí y no allí, para existir ahora y no en otro momento.
¿Quién me ha puesto aquí?
¿Por orden y mandato de quién me ha sido asignado este lugar y este tiempo?
¿Por qué está limitado mi conocimiento?
¿Mi estatura? ¿Mi duración a cien años y no a mil?
¿Qué razón ha tenido la naturaleza para darme lo que tengo y no otra cosa?
" Son preguntas que desde siempre han torturado al ser humano y que los filósofos con la sola luz de la razón todavía siguen contestando.
¿Quién soy yo?
¿A dónde voy y de dónde vengo?
¿Qué hay después de la vida?
La respuesta será diferente según se acepte o no a Dios. Si Dios no existe, y la vida humana no es un don de Dios, entonces, lógicamente, el ser humano no es más que un ser viviente en la inmensidad del Universo, un organismo, que, a lo sumo, ha alcanzado un grado de perfección más elevado. Y la vida humana será solamente una "cosa", que es de su exclusiva propiedad y puede manipularla y manejarla a su gusto y capricho. Por eso, cuando se oscurece el sentido de Dios, se cae fácilmente en el materialismo brutal, que es el caldo de cultivo para el egoísmo y la búsqueda descontrolada del placer a cualquier precio.Siguiendo esta lógica, se valorará al ser humano, no por lo que "es" como persona, sino por lo que "tiene, hace o produce", según su utilidad. De ahí viene la supremacía del más fuerte sobre el débil y se margina como seres sin valor a los ancianos, pobres, enfermos, etc., etc. De aquí viene una cultura de "muerte", que propicia la anticoncepción, el aborto y la eutanasia para evitar problemas y conseguir mejor el bienestar material. Y se olvidan los valores espirituales... Y el hombre se queda cada día más vacío y triste existencialmente, porque su vida carece de sentido y todo termina con la muerte. Y vienen los suicidios y la violencia para conseguir el poder y el placer. Por todo esto, debemos admitir que el ser humano sólo tiene sentido en Dios, por Dios y para Dios. De ahí le viene su grandeza, como hijo de Dios, y la raíz de todos sus derechos y deberes como persona humana. Visto así, el hombre es la obra más hermosa de la creación. No hay en la inmensidad impensable del Cosmos un ser más fascinante que el ser humano. Es su creación más fina. Es como una chispita de amor divino, que se alza continuamente hacia las "estrellas", hacia lo alto, hacia su Padre Dios. Decía Haecker que "el hombre es un ser abierto a horizontes infinitos". León Bloy diría que "el hombre es un peregrino de lo Absoluto". No puede satisfacerse con las cosas materiales de este mundo, tiene sed de horizontes sin límites, de mares sin orillas, en una palabra, tiene sed del infinito de Dios. Su deseo de felicidad es demasiado grande para que pueda colmarse con las pobres satisfacciones de este mundo material. Y, por eso, busca siempre a Dios, su Padre, para encontrar en Él la satisfacción de todas sus aspiraciones y el sentido de su vida. Ha sido creado por amor y para amar.
Por lo cual, siente constantemente una atracción natural hacia Dios, que es Amor. Dios, su Padre, le ha dado la vida con mucho amor, como una prolongación de su amor. El material de que está hecho el hombre es amor. Por lo cual, el hombre que no ama y se cierra al amor, se vuelve antinatural y antihumano. Su vocación como ser humano es el Amor. Y en este camino del amor, Jesucristo es el modelo y el camino. Él es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre. "Jesucristo es la respuesta definitiva a la pregunta sobre el sentido de la vida" (Eclessia in America, 10). Para llegar a Dios debemos hacerlo por medio de Cristo. "Dios nos da la victoria por medio de Jesucristo" (Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios, 15, 57). Por Cristo, con Él y en Él se esclarece toda nuestra existencia y la razón de nuestro vivir.
Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
sábado, mayo 31, 2008
SAN VALENTIN
Autor: P. Felipe Santos
Fuente: Catholic.net
Patrono de los enamorados, 14 de febrero
Hay que remontarse al año 270. Con tu corazón de enamorado, te es fácil entusiasmarte con la vida de tu patrono. Si para las diversas realidades de la vida existe un patrono, no podía faltar uno para lo más bello de la creación: el amor humano entre hombre y mujer. Claudio II "el Gótico" y su policía vigilaban sus andanzas. Tan bruto era este mal emperador que llegó hasta prohibir lo más natural que existe en el mundo: el amor entre los humanos. No quería bodas sino soldados para defender los espacios amplios de su imperio. Nada de casados. Quería solteros y sólo solteros. Ante estas circunstancias inhumanas, Valentín, obispo de Interamna Nahartium (hoy Terni en Umbria el estado en donde està la ciudad de Asìs - Italia) , no tuvo miedo en confesarse creyente, y es más, se entregó por entero a las parejas. Las visitaba en secreto para casarlos lejos de la mirada de los crueles súbditos del emperador. La voz de Valentín corría como el viento por las orillas del Tibet y de las colinas romas. Los jóvenes, valientes y decididos a formar una familia, acudían a él para recibir el sacramento. Les hablaba, les escribía cartas de amor y con su simpatía y su bella juventud, se traía de calle a todos los enamorados.
ALGO ORIGINAL EN LA CÁRCEL
Valentìn fue encarcelado por segunda vez bajo Aureliano, que sucediò a Claudio II "el Gótico". Mientras estuvo en la cárcel esperando su muerte, el carcelero se dio cuenta de sus buenas cualidades. Le presentó a su hija Julia ciega de nacimiento. Valentín le enseñó las primeras letras, los rudimentos del saber y, por supuesto, le habló de Dios. Veía el mundo bello que le presenta el apuesto joven. Le dijo a la niña que orase a Dios para que le diese la vista. En un momento determinado, le cogió la mano a Valentín y le dijo: ¡”Yo creo, yo creo!” La luz de la prisión le entró por sus inocentes y maravillosos ojos. El, viéndola feliz, le dijo que mantuviera su fe por encima de todo. A continuación, tal día como hoy, muriò decollado por mano del soldado romano Furius Placidus, a los ordenes del emperador Aureliano y enterrado en la que es iglesia de santa Práxedes, cerca del Coliseo, aunque hoy están en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni, en donde allì tal dia como hoy la iglesia se llena de parejas, todas aquellas que se casarán el año siguiente. Por esta razón es patrono de los enamorados, un patronazgo popular en todo el mundo cristiano. Desde entonces, los romeros que entran en Roma, se dirigen a la Basílica de san Valentín para orar ante su tumba y que les conceda una buena “Valentina” o Valentín”. Este día pasó con la expansión del cristianismo a otros lugares cuyas fiestas de primavera – paganas- pasaron a tener el sello cristiano.
DETALLE
La joven Julia, agradecida y enamorada del santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy – ya se sabe- el árbol de almendras es símbolo de amor y amistad duraderos.
DE AYER A HOY
Hoy, en los albores de las primeras flores de la estación primaveral, todos los enamorados se mandan misivas, se hacen multitud de regalos comprados – muchas veces en los templos del consumo- y no en el supermercado del corazón. Aunque sean los enamorados los que principalmente celebran este día, sin embargo hoy en día se festeja también a todos aquellos que comparten la amistad, ya sea maestros, parientes, compañeros de trabajo y todo el que siente, tenga la edad que tenga, el olor del amor que, como flor de primavera, nunca debe perder su agradable perfume. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad!
Fuente: Catholic.net
Patrono de los enamorados, 14 de febrero
Hay que remontarse al año 270. Con tu corazón de enamorado, te es fácil entusiasmarte con la vida de tu patrono. Si para las diversas realidades de la vida existe un patrono, no podía faltar uno para lo más bello de la creación: el amor humano entre hombre y mujer. Claudio II "el Gótico" y su policía vigilaban sus andanzas. Tan bruto era este mal emperador que llegó hasta prohibir lo más natural que existe en el mundo: el amor entre los humanos. No quería bodas sino soldados para defender los espacios amplios de su imperio. Nada de casados. Quería solteros y sólo solteros. Ante estas circunstancias inhumanas, Valentín, obispo de Interamna Nahartium (hoy Terni en Umbria el estado en donde està la ciudad de Asìs - Italia) , no tuvo miedo en confesarse creyente, y es más, se entregó por entero a las parejas. Las visitaba en secreto para casarlos lejos de la mirada de los crueles súbditos del emperador. La voz de Valentín corría como el viento por las orillas del Tibet y de las colinas romas. Los jóvenes, valientes y decididos a formar una familia, acudían a él para recibir el sacramento. Les hablaba, les escribía cartas de amor y con su simpatía y su bella juventud, se traía de calle a todos los enamorados.
ALGO ORIGINAL EN LA CÁRCEL
Valentìn fue encarcelado por segunda vez bajo Aureliano, que sucediò a Claudio II "el Gótico". Mientras estuvo en la cárcel esperando su muerte, el carcelero se dio cuenta de sus buenas cualidades. Le presentó a su hija Julia ciega de nacimiento. Valentín le enseñó las primeras letras, los rudimentos del saber y, por supuesto, le habló de Dios. Veía el mundo bello que le presenta el apuesto joven. Le dijo a la niña que orase a Dios para que le diese la vista. En un momento determinado, le cogió la mano a Valentín y le dijo: ¡”Yo creo, yo creo!” La luz de la prisión le entró por sus inocentes y maravillosos ojos. El, viéndola feliz, le dijo que mantuviera su fe por encima de todo. A continuación, tal día como hoy, muriò decollado por mano del soldado romano Furius Placidus, a los ordenes del emperador Aureliano y enterrado en la que es iglesia de santa Práxedes, cerca del Coliseo, aunque hoy están en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni, en donde allì tal dia como hoy la iglesia se llena de parejas, todas aquellas que se casarán el año siguiente. Por esta razón es patrono de los enamorados, un patronazgo popular en todo el mundo cristiano. Desde entonces, los romeros que entran en Roma, se dirigen a la Basílica de san Valentín para orar ante su tumba y que les conceda una buena “Valentina” o Valentín”. Este día pasó con la expansión del cristianismo a otros lugares cuyas fiestas de primavera – paganas- pasaron a tener el sello cristiano.
DETALLE
La joven Julia, agradecida y enamorada del santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy – ya se sabe- el árbol de almendras es símbolo de amor y amistad duraderos.
DE AYER A HOY
Hoy, en los albores de las primeras flores de la estación primaveral, todos los enamorados se mandan misivas, se hacen multitud de regalos comprados – muchas veces en los templos del consumo- y no en el supermercado del corazón. Aunque sean los enamorados los que principalmente celebran este día, sin embargo hoy en día se festeja también a todos aquellos que comparten la amistad, ya sea maestros, parientes, compañeros de trabajo y todo el que siente, tenga la edad que tenga, el olor del amor que, como flor de primavera, nunca debe perder su agradable perfume. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad!
Encontrarnos con el Señor
Autor: P. Cipriano Sánchez LC
Fuente: Catholic.net
Jueves primera semana Cuaresma.
Forjemos nuestra alma a través de la oración,
sacrificio y purificación interior.
La insistencia con la que Nuestro Señor pide que nos acerquemos a la oración para que se nos dé; que nosotros lleguemos a Él para encontrarlo, es una insistencia que requiere del corazón humano, una grandísima fortaleza interior, una gran tenacidad. Esa tenacidad para que pidamos y se nos dé, se ve muchas veces probada por las circunstancias, por las situaciones en las que nos encontramos. Jesús habla de que pidan y se les dará, pero no nos dice si será pronto o tarde, cuando se nos dará. No nos dice si vamos a encontrar al primer momento en que empezamos a buscar o va a ser una búsqueda larga. No nos dice si la espera va a ser corta o se va a dilatar mucho. Simplemente nos dice que toquemos, que pidamos, que busquemos con la certeza de que vamos a recibir, vamos a encontrar y de que se nos va a abrir. Tener esta certeza, requiere en el alma una gran fortaleza interior, una gran firmeza interior. Una firmeza que Dios N. S. va probando, que poco a poco Él va viendo si es auténtica, si es verdadera. Sin embargo, esto no es solamente una obra de Dios. Es importante el hecho de que Dios quiera que nosotros construyamos esta firmeza interior, pero también a nosotros nos toca actuar. Es obrar de Dios y obra nuestra. La Cuaresma es un período especialmente señalado para indicar esta obra nuestra en la obra de Dios. La obra nuestra en la tenacidad, en la constancia hasta conseguir que Dios N. S. nos abra, nos dé y nos encuentre. ¿Qué hay que hacer para esto? La Cuaresma nos habla de una penitencia que hay que realizar, de una oración en la que tenemos que insistir y de una generosidad particular, en la que tenemos nosotros, poco a poco que ir trabajando. Para ello es necesaria una muy seria penitencia interior. Una penitencia que no se quede simplemente en el hecho de que no comamos carne o que ayunemos algunos días. Es una penitencia que va mucho más allá de los detalles, de los sacrificios concretos exteriores. Es una penitencia que tiene que abarcar toda nuestra vida, toda nuestra personalidad, porque precisamente es la penitencia la que forja el alma, la que construye el alma. No son las concesiones las que van a hacer de nuestra alma un alma aceptable a Dios, va a ser la penitencia la que va a hacer de nuestra alma, un alma entregada a Dios. Hemos escuchado en el Libro de Esther, una oración que hace esta mujer a Dios, en la más total de las obscuridades, sabiendo que lo que va a hacer, es jugarse el todo por el todo, porque Esther, va a presentarse ante el rey sin su permiso, y esto estaba penado con la muerte en la corte de los persas. En el fondo, Ester lo que lleva a cabo es una auténtica penitencia del alma, una purificación de su espíritu, de su corazón para ser capaz de enfrentarse a una prueba en la que sabe que está jugándose todo. ¿Cómo es esta penitencia interior? Es una penitencia que tiene que acabar todas nuestras dimensiones, toda nuestra persona, nuestros pensamientos, nuestra inteligencia, nuestros afectos, nuestra voluntad, nuestra libertad. ¿Hasta qué punto nos hemos planteado alguna vez la autentica penitencia del alma, la auténtica exigencia interior de ir probando nuestra alma, para ver si está lista a resistir las pruebas para se fieles a Dios? Cuando llamemos y nadie nos abra; cuando pidamos y nadie nos dé; cuando busquemos y nadie nos permita encontrarlo. Es un tema que en la Cuaresma se hace particularmente presente, pero que no solamente tendría que ser un tema cuaresmal; tendría que ser un tema de toda nuestra vida. La penitencia del alma, la purificación interior de nuestros sentimientos, de nuestra voluntad de nuestra inteligencia, de nuestros afectos, de nuestra libertad para ponerla totalmente de cara a Dios N. S. La base de la penitencia del alma, es la confianza absoluta en Dios N. S. No se basa simplemente en los actos que nosotros realizamos, de sacrificio o de renuncia interior, se realiza sobre todo, apoyada en la confianza en Dios N. S. “Si ustedes a pesar de ser malos saben dar cosas buenas a sus hijos. “Con cuánta mayor razón, el Padre que está en los cielos dará cosas buenas a quiénes se las pidan”. La pregunta que tenemos que hacer es si estamos reconociendo las cosas que Dios nos da como cosas buenas; si tenemos nuestra alma dispuesta a aceptar todo lo que Dios pone en nuestra vida como buenas o por el contrario, somos nosotros los que discernimos si esto es bueno o esto es malo, no dependiendo de Dios, sino dependiendo de nosotros mismos: de cómo nosotros lo recibimos; de cómo a nosotros nos afecta. ¿Qué sucede cuando Dios nos da un pan, un pescado? La parábola de Cristo habla de un padre bueno, dice: “Ningún padre, cuando su hijo le pide un pescado, le da una serpiente y ningún padre cuando su hijo le pide pan le da una piedra”. ¿No sentiríamos alguna vez nosotros que Dios nos da piedras antes que pan? ¿O serpientes en vez de pescado? ¿No podríamos dudar nosotros a veces, de lo que Dios nos da o de lo que Dios no nos está dando? Y aquí esta de nuevo la exigencia ineludible de la penitencia interior: “Crea en mi, Señor un corazón puro”. Es decir, crea en mi, Señor, un corazón que me permita captar que Tú no me estas dando ni piedras, ni serpientes, sino pan y pescado, que lo que Tú me das es siempre bueno; que lo que Tu me ofreces, es siempre algo para realizarme en mi existencia. Esto tengo que aprenderlo a ver y únicamente se logra a base de la penitencia interior. No hay otro camino. Que esta Cuaresma nos permita introducirnos un poco en este camino, en búsqueda interior del encuentro con Cristo; en esfuerzo interior por encontrarnos con el Señor, conscientes de que no hay otro camino sino es el de aprender a hacer de nuestra alma, un alma que busca, sabiendo que va a encontrar. Un alma que toca, sabiendo que le van a abrir. Forjemos nuestra alma a través de la oración, del sacrificio y de la purificación interior, para encontrar siempre, en todo lo que Dios nos da, al Padre Bueno que da cosas buenas a quienes se las piden.
Fuente: Catholic.net
Jueves primera semana Cuaresma.
Forjemos nuestra alma a través de la oración,
sacrificio y purificación interior.
La insistencia con la que Nuestro Señor pide que nos acerquemos a la oración para que se nos dé; que nosotros lleguemos a Él para encontrarlo, es una insistencia que requiere del corazón humano, una grandísima fortaleza interior, una gran tenacidad. Esa tenacidad para que pidamos y se nos dé, se ve muchas veces probada por las circunstancias, por las situaciones en las que nos encontramos. Jesús habla de que pidan y se les dará, pero no nos dice si será pronto o tarde, cuando se nos dará. No nos dice si vamos a encontrar al primer momento en que empezamos a buscar o va a ser una búsqueda larga. No nos dice si la espera va a ser corta o se va a dilatar mucho. Simplemente nos dice que toquemos, que pidamos, que busquemos con la certeza de que vamos a recibir, vamos a encontrar y de que se nos va a abrir. Tener esta certeza, requiere en el alma una gran fortaleza interior, una gran firmeza interior. Una firmeza que Dios N. S. va probando, que poco a poco Él va viendo si es auténtica, si es verdadera. Sin embargo, esto no es solamente una obra de Dios. Es importante el hecho de que Dios quiera que nosotros construyamos esta firmeza interior, pero también a nosotros nos toca actuar. Es obrar de Dios y obra nuestra. La Cuaresma es un período especialmente señalado para indicar esta obra nuestra en la obra de Dios. La obra nuestra en la tenacidad, en la constancia hasta conseguir que Dios N. S. nos abra, nos dé y nos encuentre. ¿Qué hay que hacer para esto? La Cuaresma nos habla de una penitencia que hay que realizar, de una oración en la que tenemos que insistir y de una generosidad particular, en la que tenemos nosotros, poco a poco que ir trabajando. Para ello es necesaria una muy seria penitencia interior. Una penitencia que no se quede simplemente en el hecho de que no comamos carne o que ayunemos algunos días. Es una penitencia que va mucho más allá de los detalles, de los sacrificios concretos exteriores. Es una penitencia que tiene que abarcar toda nuestra vida, toda nuestra personalidad, porque precisamente es la penitencia la que forja el alma, la que construye el alma. No son las concesiones las que van a hacer de nuestra alma un alma aceptable a Dios, va a ser la penitencia la que va a hacer de nuestra alma, un alma entregada a Dios. Hemos escuchado en el Libro de Esther, una oración que hace esta mujer a Dios, en la más total de las obscuridades, sabiendo que lo que va a hacer, es jugarse el todo por el todo, porque Esther, va a presentarse ante el rey sin su permiso, y esto estaba penado con la muerte en la corte de los persas. En el fondo, Ester lo que lleva a cabo es una auténtica penitencia del alma, una purificación de su espíritu, de su corazón para ser capaz de enfrentarse a una prueba en la que sabe que está jugándose todo. ¿Cómo es esta penitencia interior? Es una penitencia que tiene que acabar todas nuestras dimensiones, toda nuestra persona, nuestros pensamientos, nuestra inteligencia, nuestros afectos, nuestra voluntad, nuestra libertad. ¿Hasta qué punto nos hemos planteado alguna vez la autentica penitencia del alma, la auténtica exigencia interior de ir probando nuestra alma, para ver si está lista a resistir las pruebas para se fieles a Dios? Cuando llamemos y nadie nos abra; cuando pidamos y nadie nos dé; cuando busquemos y nadie nos permita encontrarlo. Es un tema que en la Cuaresma se hace particularmente presente, pero que no solamente tendría que ser un tema cuaresmal; tendría que ser un tema de toda nuestra vida. La penitencia del alma, la purificación interior de nuestros sentimientos, de nuestra voluntad de nuestra inteligencia, de nuestros afectos, de nuestra libertad para ponerla totalmente de cara a Dios N. S. La base de la penitencia del alma, es la confianza absoluta en Dios N. S. No se basa simplemente en los actos que nosotros realizamos, de sacrificio o de renuncia interior, se realiza sobre todo, apoyada en la confianza en Dios N. S. “Si ustedes a pesar de ser malos saben dar cosas buenas a sus hijos. “Con cuánta mayor razón, el Padre que está en los cielos dará cosas buenas a quiénes se las pidan”. La pregunta que tenemos que hacer es si estamos reconociendo las cosas que Dios nos da como cosas buenas; si tenemos nuestra alma dispuesta a aceptar todo lo que Dios pone en nuestra vida como buenas o por el contrario, somos nosotros los que discernimos si esto es bueno o esto es malo, no dependiendo de Dios, sino dependiendo de nosotros mismos: de cómo nosotros lo recibimos; de cómo a nosotros nos afecta. ¿Qué sucede cuando Dios nos da un pan, un pescado? La parábola de Cristo habla de un padre bueno, dice: “Ningún padre, cuando su hijo le pide un pescado, le da una serpiente y ningún padre cuando su hijo le pide pan le da una piedra”. ¿No sentiríamos alguna vez nosotros que Dios nos da piedras antes que pan? ¿O serpientes en vez de pescado? ¿No podríamos dudar nosotros a veces, de lo que Dios nos da o de lo que Dios no nos está dando? Y aquí esta de nuevo la exigencia ineludible de la penitencia interior: “Crea en mi, Señor un corazón puro”. Es decir, crea en mi, Señor, un corazón que me permita captar que Tú no me estas dando ni piedras, ni serpientes, sino pan y pescado, que lo que Tú me das es siempre bueno; que lo que Tu me ofreces, es siempre algo para realizarme en mi existencia. Esto tengo que aprenderlo a ver y únicamente se logra a base de la penitencia interior. No hay otro camino. Que esta Cuaresma nos permita introducirnos un poco en este camino, en búsqueda interior del encuentro con Cristo; en esfuerzo interior por encontrarnos con el Señor, conscientes de que no hay otro camino sino es el de aprender a hacer de nuestra alma, un alma que busca, sabiendo que va a encontrar. Un alma que toca, sabiendo que le van a abrir. Forjemos nuestra alma a través de la oración, del sacrificio y de la purificación interior, para encontrar siempre, en todo lo que Dios nos da, al Padre Bueno que da cosas buenas a quienes se las piden.
Eficacia de la oración
Autor: José Fernández de Mesa
Fuente: Catholic.net
Mateo 7, 7-12. Cuaresma.
Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos,
sino aquello que conviene a nuestra vida.
En aquel tiempo dijo Jesús: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.
REFLEXION
El sermón de la montaña es uno de los pasajes de los cuatro evangelios en que encontramos más claridad y precisión en las palabras de Cristo. Jesús nos transmite dos cosas en este texto: la eficacia total de la oración y la ley de la caridad. Con frecuencia se puede caer en la tentación de desanimarse en la vida de oración porque no vemos los frutos o no se nos concede aquello que pedimos. Jesús, sin embargo, nos dice todo lo contrario. Todo lo que pidamos a Dios se nos concederá, porque Él es un padre bueno que da a sus hijos aquello que le piden. ¿Qué pensaríamos de un padre que da a su hijo una serpiente, como dice el evangelio, porque éste le ha pedido un pan? Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. Finalmente Jesús concluye con la ley que sigue Dios: el amor. Dios nos concede todo por este único motivo. Nosotros, que hemos sido creados a su imagen y semejanza, tenemos que vivir este mismo amor con todos de una manera universal, como lo hace Él. Hagamos un esfuerzo especial estos días de cuaresma para amar más a todos los hombres a ejemplo e imitación de Jesucristo.
Fuente: Catholic.net
Mateo 7, 7-12. Cuaresma.
Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos,
sino aquello que conviene a nuestra vida.
En aquel tiempo dijo Jesús: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.
REFLEXION
El sermón de la montaña es uno de los pasajes de los cuatro evangelios en que encontramos más claridad y precisión en las palabras de Cristo. Jesús nos transmite dos cosas en este texto: la eficacia total de la oración y la ley de la caridad. Con frecuencia se puede caer en la tentación de desanimarse en la vida de oración porque no vemos los frutos o no se nos concede aquello que pedimos. Jesús, sin embargo, nos dice todo lo contrario. Todo lo que pidamos a Dios se nos concederá, porque Él es un padre bueno que da a sus hijos aquello que le piden. ¿Qué pensaríamos de un padre que da a su hijo una serpiente, como dice el evangelio, porque éste le ha pedido un pan? Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. Finalmente Jesús concluye con la ley que sigue Dios: el amor. Dios nos concede todo por este único motivo. Nosotros, que hemos sido creados a su imagen y semejanza, tenemos que vivir este mismo amor con todos de una manera universal, como lo hace Él. Hagamos un esfuerzo especial estos días de cuaresma para amar más a todos los hombres a ejemplo e imitación de Jesucristo.
Santa Juana de Arco,
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZHqiarzzWqMZyq4riJJ4DvcRXzKoObz_xPo6xzXfGiURZMHTeuR75-wWDIyKD86xdLH5yEOH8pjge_J13NlXrN8QgiN30-q2sYGgidWZS3qckugPxRH1M3k_hSWEjYlq75awtBA/s400/santa-juana-de-arco.jpg)
Patrona de Francia y Doncella de Orleáns, Mayo 30
Autor: P. Ángel Amo Fuente: Catholic.net
Patrona de Francia y Doncella de Orleáns
Una jovencita de 13 años, de Domremy (Francia), llamada Juana de Arco, mientras rezaba en la iglesia de su pueblo, oyó voces misteriosas que la invitaban a liberar a Francia que estaba dominada en gran parte por los ingleses. Cuatro años después el gobernador de la provincia, a quien Juana de Arco le había contado lo que le había sucedido, la llevó donde el Delfín a Chinon. Al hablar con el futuro rey Carlos, ella demostró que conocía cosas secretísimas que solamente el cielo había podido revelarle. El Delfín, al principio, desconfió pero después se convenció de que la joven era enviada de Dios; entonces le confió el mando de las tropas que sitiaban a Orleáns, y en poco tiempo reconquistaron casi todo el territorio francés. El Delfín fue coronado rey de Francia en Reims, pero, celoso de la popularidad de Juana, pactó una tregua con los ingleses. La joven, convencida de que esta tregua anulaba los esfuerzos y las victorias de su ejército, indignada, recomenzó la lucha con los pocos soldados que estaban de su parte.En una emboscada cayó prisionera en manos del conde de Luxemburgo, que la entregó a los ingleses por un rescate digno de un rey. Ahora había que demostrar que Juana era una bruja, para poder declarar a Carlos VII como usurpador, pues había llegado a ser rey gracias a “diabólicas maquinaciones de una hereje”. Sólo los jueces eclesiásticos tenían la autoridad de llevar a cabo este proceso. El obispo Cauchon se prestó para esta intriga política. La ilegalidad del proceso era tal que Juana de Arco rechazó la legitimidad y apeló al Papa.La heroica joven, encerrada en una cárcel militar contra toda ley eclesiástica, no pudo hacer llegar su voz a Roma y sus enemigos triunfaron y la condenaron a la hoguera. El atroz suplicio tuvo lugar en Rouen el 30 de mayo de 1431. Juana tenía 19 años.Los actos del proceso fueron sometidos a revisión entre el 1450 y el 1456, y con la absolución de la imputada comenzó un irresistible desarrollo de veneración de la valiente Juana de Arco, por su fe pura y su genuino amor por la justicia y la verdad, llevados hasta el extremo sacrificio. En 1920 el Papa Benedicto XV la elevó al honor de los altares.De todas las histories de los santos, la de Santa Juana de Arco es sin duda la más extraordinaria e increíble: una joven, campesina y sin estudios, a la cabeza de un ejército derrota a un aguerrido ejército, derriba fortalezas, corona a un rey y termina en la hoguera. Y todo en cuestión de dos años.Un acontecimiento unido a la historia de toda una Nación, coloreada con fuertes tintes patrióticos y místicos.
Autor: P. Ángel Amo Fuente: Catholic.net
Patrona de Francia y Doncella de Orleáns
Una jovencita de 13 años, de Domremy (Francia), llamada Juana de Arco, mientras rezaba en la iglesia de su pueblo, oyó voces misteriosas que la invitaban a liberar a Francia que estaba dominada en gran parte por los ingleses. Cuatro años después el gobernador de la provincia, a quien Juana de Arco le había contado lo que le había sucedido, la llevó donde el Delfín a Chinon. Al hablar con el futuro rey Carlos, ella demostró que conocía cosas secretísimas que solamente el cielo había podido revelarle. El Delfín, al principio, desconfió pero después se convenció de que la joven era enviada de Dios; entonces le confió el mando de las tropas que sitiaban a Orleáns, y en poco tiempo reconquistaron casi todo el territorio francés. El Delfín fue coronado rey de Francia en Reims, pero, celoso de la popularidad de Juana, pactó una tregua con los ingleses. La joven, convencida de que esta tregua anulaba los esfuerzos y las victorias de su ejército, indignada, recomenzó la lucha con los pocos soldados que estaban de su parte.En una emboscada cayó prisionera en manos del conde de Luxemburgo, que la entregó a los ingleses por un rescate digno de un rey. Ahora había que demostrar que Juana era una bruja, para poder declarar a Carlos VII como usurpador, pues había llegado a ser rey gracias a “diabólicas maquinaciones de una hereje”. Sólo los jueces eclesiásticos tenían la autoridad de llevar a cabo este proceso. El obispo Cauchon se prestó para esta intriga política. La ilegalidad del proceso era tal que Juana de Arco rechazó la legitimidad y apeló al Papa.La heroica joven, encerrada en una cárcel militar contra toda ley eclesiástica, no pudo hacer llegar su voz a Roma y sus enemigos triunfaron y la condenaron a la hoguera. El atroz suplicio tuvo lugar en Rouen el 30 de mayo de 1431. Juana tenía 19 años.Los actos del proceso fueron sometidos a revisión entre el 1450 y el 1456, y con la absolución de la imputada comenzó un irresistible desarrollo de veneración de la valiente Juana de Arco, por su fe pura y su genuino amor por la justicia y la verdad, llevados hasta el extremo sacrificio. En 1920 el Papa Benedicto XV la elevó al honor de los altares.De todas las histories de los santos, la de Santa Juana de Arco es sin duda la más extraordinaria e increíble: una joven, campesina y sin estudios, a la cabeza de un ejército derrota a un aguerrido ejército, derriba fortalezas, corona a un rey y termina en la hoguera. Y todo en cuestión de dos años.Un acontecimiento unido a la historia de toda una Nación, coloreada con fuertes tintes patrióticos y místicos.
¡Ser Discípulos! Aprende a defender tu fe
28 de mayo de 2008
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Boletín N° 10 ¡Ser discípulos!, Aprende a defender tu Fe
Fuente: defiendetu fe
Autor: Por Martin Zavala M.P.D.
¿Yo quiero saber si es cierto que a la Biblia católica le sobran libros, o es al revés, que a la Biblia de los hermanos protestantes les faltan porque se los han quitado? Si me puede contestar se lo agradecería pues en el trabajo hay compañeros protestantes que me dicen que nosotros tenemos libros de sobra. Respuesta: Saludos y respondo a tu inquietud. La Biblia esta dividida en dos partes principales: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Cada una de estas partes son una serie de libros, de ahí su nombre de Biblia que en griego es "Biblos" y significa=libros ó o conjunto de libros. A esta "lista de libros inspirados por Dios" se le llama: "cánon bíblico". En el Nuevo Testamento tanto los católicos como los protestantes tenemos 27 libros, en eso no hay desacuerdo. Pero en el Antiguo Testamento si es diferente, pues los católicos tenemos 46 libros y los hermanos protestantes tienen 39. La diferencia son 7 libros a los cuales se les llama deuterocanonicos (Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría, Eclesiástico y 1 y 2 de Macabeos). ¿Por qué? He aquí la respuesta. 1.- El Antiguo Testamento en tiempos de Cristo. Cuando Jesucristo inicia su ministerio público obviamente no existía nada del Nuevo sino solamente del Antiguo Testamento, y de este había dos cánones o listas que eran usadas, La primera lista con 47 libros era la llamada versión de los 70 ó canon Alejandrino; El otro canon tenía menos libros pues era de 39 y se le conocía como canon hebreo ó palestinense. Las dos se usaban, pues no existía una sola lista cerrada que todos debieran de seguir. Hasta este momento si alguno optaba por usar una lista u otra era relativamente poco importante. 2.- Los Apóstoles y sus discípulos usaron estos siete libros. Como la versión de los setenta estaba escrita en griego y era ampliamente conocida, los Apóstoles de Jesús usaron también estos libros al citar pasajes del Antiguo Testamento, incluyendo los siete que hoy en día algunos protestantes no aceptan y que los católicos si para seguir el ejemplo de los Apóstoles. Aproximadamente dos terceras partes de las citas que los Apóstoles mencionaron están tomadas del canon alejandrino, es decir, de la lista que incluye estos siete libros deuterocanónicos. Por lo tanto un primer comentario importante que hacer es que si los Apóstoles y sus discípulos los usaron seguramente es porque ellos los veían como libros sagrados y por eso, años después, cuando se escribe el Nuevo Testamento que fue hecho casi totalmente en griego, no dudaron en usar esos siete libros y en dejarlos con referencias de haberlos usado. Un ejemplo clarísimo esta en Hebreos 11 que nos anima a seguir el testimonio de los héroes del Antiguo Testamento: "las mujeres recibieron a sus muertos por la resurrección. Algunos fueron torturados, rehusando aceptar ser liberados, para poder levantarse nuevamente a una vida mejor" (Heb 11, 35). Si buscamos donde esta eso en la Biblia en ninguna parte del Antiguo Testamento Protestante se encontrara, desde el principio hasta el final, desde el Génesis hasta Malaquías - no hay alguien siendo torturado y rehusando aceptar ser liberado, por su esperanza de una mejor resurrección. Si quiere encontrar eso que se menciona en la carta a los hebreos, tiene que mirar en el Antiguo Testamento de una Biblia Catolica - en los libros deuterocanonicos que nosotros tenemos y que ellos quitaron a la Biblia. La historia donde se nos narra esa situación se encuentra en 2 Macabeos capitulo 7. Entonces no es a los católicos a los que no sobran libros, sino a nuestros hermanos separados a los que les faltan. De hecho muchos de ellos no saben porque ó cuando les quitaron esos libros a sus Biblias. Tambien en Hech 7,43 Esteban habla del "dios Refán", eso esta tomado de la versión griega de los setenta que contiene los deuterocanónicos, pues en la otra versión que no los tiene se le llama "dios Quiyun"(Am 5,26). Asi que si Esteban uso la palabra "Refán" es porque para ellos era normal la version de "los setenta" que contiene los 7 libros que los protestantes rechazan y nosotros al igual que Esteban si los aceptamos. 3.-La Iglesia Católica fué la que estableció el canon bíblico (lista de libros inspirados). Otra razón del porque en la Iglesia Católica se usan estos libros en la Biblia es por que se quiere ser fiel a la lista que se aprobó en un principio por el cristianismo. Pongamos un ejemplo para que sea mas sencillo: Si tenemos un libro X y una persona nos dice que le faltan páginas y otra nos dice que le sobran, una forma muy segura de saber quien tiene la razón es buscando al autor del libro y el libro original, de esa manera saldremos de dudas al comparar lo que nos dicen con lo que fué originalmente. En el caso de la Sagrada Escritura: ¿Quién? y ¿Cuándo? se tomó la decisión de definir que libros deberíamos de tener en la Biblia. Encontrémoslo en la historia: El canon de la Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento, empezó a ser definido en el Concilio de Roma en el año 382, bajo la autoridad del Papa Dámaso I. Después se confirmó en el Concilio de Hipona en el 393 y en el Concilio de Cártago en el 397. Es importante hacer notar que todos estos cánones eran idénticos a la moderna Biblia Catolica, y todos ellos incluían los deuterocanonicos. Así que si alguien dice que son mas ó menos hay que recurrir a la Iglesia Católica, que fué la única de las actuales que decidió cuantos y cuales libros eran reconocidos como Palabra de Dios. Ella los reunió, ella los aprobó. Yo digo que los protestantes cada noche deberían en su oración de dar gracias a la Iglesia Católica, pues si ellos la tienen es gracias a esta Iglesia. 4.- Los judíos se quedaron con el canon corto y los cristianos con el largo. Mirando hacía lo que los judíos decidieron encontramos que ellos aproximadamente en el año 90-100 también establecieron su canon ó lista del Antiguo Testamento y se quedaron con el canon corto, principalmente porque para ellos si no estaba escrito en hebreo no tendría el mismo valor y con esto hicieron a un lado la lista mas larga y por supuesto cualquier otro libro escrito en griego como lo fue el Nuevo Testamento. Entonces los judíos se quedaron sin esos siete libros y los cristianos si los incluyeron. ¿Si somos cristianos a quien vamos a obedecer? Por supuesto que a los responsables cristianos de aquellos tiempos. Esta es otra razón por la que en la Biblia Catolica si son incluidos, por ser fieles al cristianismo primitivo. Incluso, hay algunos judíos como los de Etiopia que siguieron con el canon largo que incluye los siete libros que tenemos. Recuerde que todos los puntos que estamos explicando los puede confirmar por usted mismo buscando, libros y enciclopedias que hablen sobre este tema. 5.- La Iglesia Primitiva también usó los deuterocanonicos. Para comprobar esto citaremos al estudioso protestante Sr. J. Kelly que dice: "Debería observarse que el Antiguo Testamento entonces admitido como autorizado en la Iglesia era algo mayor y comprendía más que el [Antiguo Testamento Protestante]... Siempre incluía, aunque con varios grados de reconocimiento, los llamados libros deuterocanónicos. La razón para esto era que el Antiguo Testamento que pasó en primera instancia a las manos de los cristianos era la traducción griega conocida como versión de los setenta... la mayoría de las citas bíblicas que se encuentran en el Nuevo Testamento se basan en ella más que en la Hebrea... En los primeros dos siglos... la Iglesia parece haber aceptado como inspirados todos, o la mayoría, de estos libros adicionales, y haberlos tratados como Escritura sin más cuestión." Recuerde que esto lo dijo un profesor protestante. Entonces, si la Iglesia los usó en los primeros siglos con mayor razón nosotros. Un último detalle importante es que durante muchos siglos la Biblia protestante también tenía estos siete libros. Incluso Lutero, Zwinglio y Calvino los tuvieron en sus Biblias al menos como un apéndice. Fue apenas en el año 1835 la primera vez que la imprimieron sin ellos. De hecho hoy en día gracias a la investigación, al ecumenismo y al amor a la verdad hay cada vez mas protestantes serios que están volviendo a incluirlos en sus nuevas ediciones bíblicas. Esperamos haber contestado su pregunta y no olvides ayudarnos a promover este sitio www.defiendetufe.org Dios te siga bendiciendo. Yo creo, Señor; en Ti que eres la Verdad Suprema. Creo en todo lo que me has revelado. Creo en todas las verdades que cree y espera mi Santa Madre la Iglesia Católica y Apostólica. Fe en la que nací por tu gracia, fe en la que quiero vivir y luchar fe en la que quiero morir. La Virgen Maria ¿Prohibe la Biblia el venerarla?
Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías
Fuente: Catholic.net
Autor: P Mariano de Blas LC
Como la gallina a sus pollitos estabas con aquellos apóstoles asustados, infundiéndoles la fortaleza y el valor de una Madre.
Les enseñaste a rezar, como Jesús les había enseñado, pues Tú eras una maestra insigne. Única. Bajo tu ejemplo ellos aprendieron a gustar la oración, a hacerlo de manera semejante a como Tú lo hacías. “Nosotros nos dedicaremos a la oración y a la predicación” diría más adelante Pedro a la comunidad de forma contundente. Orar con María: Cuanto hubiera disfrutado estando allí, viéndola orar, asimilando por contagio la oración de la criatura más santa y humilde: contemplar su rostro, sus ojos cerrados o semicerrados o mirando hacia lo alto; escuchar su corazón cantando con su bellísima voz, imitar su forma de arrodillarse, de cerrar sus manos. Orar con Ella, junto a Ella, ¡qué gran privilegio! Me imagino a los apóstoles, al verla orar tan extáticamente, suplicándole: “Enséñanos a orar contigo y como tú lo haces”. Oh Madre, yo también te digo: “Enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías”. A los cristianos que se aburren en la oración o en la Misa, alcánzales el amor de los enamorados para que disfruten la alegría de orar. Tú obtuviste la gracia del Espíritu Santo a los apóstoles. Pedro te necesitaba más que nadie. Después de las negaciones se había roto; estaba herido y necesitaba los cuidados de una Madre para con su hijo enfermo. Pedro necesitaba de una Madre como Juan Pablo II. También él llevaba, si no en su escudo, sí en su corazón, el “Totus tuus” del actual Vicario de tu Hijo. Juan era el más parecido. Él de alguna manera compensaba y llenaba el hueco dejado por Jesús. “Ahí tienes a tu Madre”. Este encargo, hecho a todos, él se lo tomó infinitamente en serio. Tomás: Yo sé que convertiste a aquel hombre duro para creer en un hijo de fe, por la forma tan bella como Tú le enseñaste a creer. María Magdalena: Ya había comenzado su conversión, pero ella como mujer que era, y apasionada, copió mejor que los hombres tu hoguera de amor. Aquella que se había acostado en los basureros tenía ante sí un ejemplo de mujer pura, santa y toda amor. María Magdalena te copió con todas las fuerzas de su ser. Tu presencia la purificó totalmente y le hizo amar locamente la pureza y abominar del pecado. Debes repetir el milagro de Pentecostés en la Iglesia y en cada uno de nosotros, en mí. Aunque no sea vea la llama de fuego, que me abrase todo; aunque no haya terremoto externo, que vibre por dentro y me vuelva loco de amor por Él y por Ti. Te lo pido encarecidamente. No te pido mas, pero no te pido menos. Pusiste de rodillas a la Iglesia primitiva y así, de rodillas, recibió la fuerza del Espíritu Santo. Hoy debes también enseñar a rezar a los sacerdotes y religiosos, a los fieles, para salir del atolladero. Salieron a predicar como leones. Pedro era un león, sentía dentro la fuerza de un león, ávido de presas. Echó las redes de su palabra en nombre de Cristo, y tres mil hombres quedaron atrapados. Los primeros cristianos entraron a la Iglesia por contagio de amor, de aquel amor que ardía en el corazón de los apóstoles. Así comenzó con buen pie la religión del amor, amando y haciendo amar, hasta el punto de arrancar a sus mismos enemigos la mejor alabanza que se pueda decir jamás de los cristianos: “Mirad cómo se aman”. Aprendieron muy bien la lección de Jesús. Hoy... en muchos casos, ya no es así. La religión del amor se ha convertido para muchos en la religión del aburrimiento. Porque no aman, porque se han olvidado del amor que Cristo les ha demostrado. Tienes que hacernos como hiciste a los primeros, para seguir convenciendo a los hombres fríos de hoy. La religión del amor se contagia por calor, no por gélidas ideas
Autor: P Mariano de Blas LC
Como la gallina a sus pollitos estabas con aquellos apóstoles asustados, infundiéndoles la fortaleza y el valor de una Madre.
Les enseñaste a rezar, como Jesús les había enseñado, pues Tú eras una maestra insigne. Única. Bajo tu ejemplo ellos aprendieron a gustar la oración, a hacerlo de manera semejante a como Tú lo hacías. “Nosotros nos dedicaremos a la oración y a la predicación” diría más adelante Pedro a la comunidad de forma contundente. Orar con María: Cuanto hubiera disfrutado estando allí, viéndola orar, asimilando por contagio la oración de la criatura más santa y humilde: contemplar su rostro, sus ojos cerrados o semicerrados o mirando hacia lo alto; escuchar su corazón cantando con su bellísima voz, imitar su forma de arrodillarse, de cerrar sus manos. Orar con Ella, junto a Ella, ¡qué gran privilegio! Me imagino a los apóstoles, al verla orar tan extáticamente, suplicándole: “Enséñanos a orar contigo y como tú lo haces”. Oh Madre, yo también te digo: “Enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías”. A los cristianos que se aburren en la oración o en la Misa, alcánzales el amor de los enamorados para que disfruten la alegría de orar. Tú obtuviste la gracia del Espíritu Santo a los apóstoles. Pedro te necesitaba más que nadie. Después de las negaciones se había roto; estaba herido y necesitaba los cuidados de una Madre para con su hijo enfermo. Pedro necesitaba de una Madre como Juan Pablo II. También él llevaba, si no en su escudo, sí en su corazón, el “Totus tuus” del actual Vicario de tu Hijo. Juan era el más parecido. Él de alguna manera compensaba y llenaba el hueco dejado por Jesús. “Ahí tienes a tu Madre”. Este encargo, hecho a todos, él se lo tomó infinitamente en serio. Tomás: Yo sé que convertiste a aquel hombre duro para creer en un hijo de fe, por la forma tan bella como Tú le enseñaste a creer. María Magdalena: Ya había comenzado su conversión, pero ella como mujer que era, y apasionada, copió mejor que los hombres tu hoguera de amor. Aquella que se había acostado en los basureros tenía ante sí un ejemplo de mujer pura, santa y toda amor. María Magdalena te copió con todas las fuerzas de su ser. Tu presencia la purificó totalmente y le hizo amar locamente la pureza y abominar del pecado. Debes repetir el milagro de Pentecostés en la Iglesia y en cada uno de nosotros, en mí. Aunque no sea vea la llama de fuego, que me abrase todo; aunque no haya terremoto externo, que vibre por dentro y me vuelva loco de amor por Él y por Ti. Te lo pido encarecidamente. No te pido mas, pero no te pido menos. Pusiste de rodillas a la Iglesia primitiva y así, de rodillas, recibió la fuerza del Espíritu Santo. Hoy debes también enseñar a rezar a los sacerdotes y religiosos, a los fieles, para salir del atolladero. Salieron a predicar como leones. Pedro era un león, sentía dentro la fuerza de un león, ávido de presas. Echó las redes de su palabra en nombre de Cristo, y tres mil hombres quedaron atrapados. Los primeros cristianos entraron a la Iglesia por contagio de amor, de aquel amor que ardía en el corazón de los apóstoles. Así comenzó con buen pie la religión del amor, amando y haciendo amar, hasta el punto de arrancar a sus mismos enemigos la mejor alabanza que se pueda decir jamás de los cristianos: “Mirad cómo se aman”. Aprendieron muy bien la lección de Jesús. Hoy... en muchos casos, ya no es así. La religión del amor se ha convertido para muchos en la religión del aburrimiento. Porque no aman, porque se han olvidado del amor que Cristo les ha demostrado. Tienes que hacernos como hiciste a los primeros, para seguir convenciendo a los hombres fríos de hoy. La religión del amor se contagia por calor, no por gélidas ideas
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Fuente: Equipo Gama-Virtudes y Valores
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Mes de mayo, mes de María. Es tradición y todos los católicos la tenemos especialmente presente en nuestras mentes y en nuestros corazones. Pero mayo no es únicamente un mes para reflexiones y buenos sentimientos. A la contemplación debe seguir la acción. Por eso, en “Virtudes y Valores” queremos ayudar a aprovechar más este mes centrándonos en algunas virtudes marianas y ofreciendo pautas que nos lleven a valorarlas e imitarlas en la práctica, en nuestra vida diaria, con nuestras obras.
¿Cómo lo haremos? Todos los sábados de mayo, enviaremos un servicio extraordinario. Los martes seguirán como siempre pero sumamos un servicio más durante este mes en el día que les he mencionado. Pero no te quedes con este tesoro. Regala una suscripción gratuita accediendo en los enlaces que te ofrecemos más abajo.
Si nuestro servicio fuera malo y costara, ¿regalarías una suscripción? Y si no es así, por qué no poner manos a la obra y hacer que otra persona se beneficie. Todo está al alcance de un clic. Y de que tú quieras... Un corazón intuitivo (Caná) Los reflejos del corazón de María considerados hasta ahora han aparecido principalmente desde la anunciación hasta la vida oculta del Señor. Nos corresponde ahora contemplar este corazón de Madre en la vida pública de su Hijo, incluida su pasión y su muerte. Un primer reflejo de este corazón de María en la vida pública de su Hijo es el de un corazón intuitivo. Doy aquí a la palabra “intuición” el sentido de “ver de inmediato más allá de las apariencias”. Y ver de modo diferente, más ajustado a la verdad profunda de las cosas, de las personas y de las situaciones. Así es como “ve” el corazón intuitivo de María. Un pasaje donde aparece este corazón intuitivo de María es el de las bodas de Caná.
La intuición de María está hecha de cercanía. Se trata de una cercanía física pero, sobre todo, una cercanía psicológica, moral y espiritual.
María ha aceptado la invitación a la boda. Esta aceptación le permite estar junto a los nuevos esposos, a sus familiares, a los invitados y vivir con empatía la misma situación de todos ellos: la común alegría, el gozo de unos momentos y unos días inolvidables. Su amor le lleva a aceptar la invitación no sólo para convivir sintonizando con los demás, sino para ver con ojo vigilante y atento sus necesidades.
María trata de comprender la vida de los demás, de ponerse en su lugar y en sus circunstancias. Y está hecha también de comprensión. Su amor y su sano interés por los demás le da unos ojos especiales que le permiten intuir, captar con agilidad y acierto lo que funciona en las personas y en las situaciones humanas, y lo que no funciona. Y aquí advierte que algo no funciona: a los esposos se les ha acabado el vino, parte tan importante en la alegría y en el menú de una boda. Los demás invitados a la boda simplemente están disfrutando y acompañándose unos a otros en esa convivencia entre parientes, amigos y conocidos, comiendo y bebiendo los platos y caldos que les van ofreciendo los servidores.
María disfruta también con los demás por su cercanía, pero tiene otro modo de mirar, más profundo, amplio y auténtico. María capta y comprende que falta el vino, sin necesidad de que alguien se lo indique. Tiene muy vivo y desarrollado ese especial sentido para advertir la carencia del momento. Su intuición también es compasión. Advertir una carencia o una necesidad no implica de inmediato querer solucionarla. De suyo, lo más fácil en situaciones semejantes es la crítica a los organizadores, el llevarse las manos a la cabeza preguntándose que cómo es posible tal falta de previsión...
Pero el corazón de María es compasivo. Le apena que los esposos y su familia queden mal ante los invitados. Sufre con los organizadores en esos momentos en que ha quedado en evidencia esa imprevisión. Y es delicadeza con los esposos, con la familia, con los servidores. No echa más leña al fuego, no los critica, no los humilla. De ella no sale ni un gesto, ni una palabra de reproche, ni una señal de ironía, ninguna muestra de sarcasmo.
Se pone en el lugar de ese matrimonio recién celebrado y de su familia y los acoge y juzga internamente con la bondad de un corazón creyente, con la finura a la que está acostumbrada en su propia vida familiar y en su trato con Dios. El siguiente texto de Mons. Ramón Ángel Jara, obispo chileno, capta bien distintas facetas de la intuición de un corazón materno, esa experiencia de finura y fortaleza que hemos podido disfrutar en la propia familia y en el conocimiento y trato con distintas mujeres: Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que, siendo joven tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; la mujer que si es ignorante descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que siendo rica, daría con gusto su tesoro para no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que siendo débil se reviste a veces con la bravura del león. (...) De esa mujer no me exijas el nombre (...)
Yo la vi pasar en mi camino. [Es] un boceto del retrato de la madre. Su corazón intuitivo está también hecho de decisión. No se suma a los que critican o mueven la cabeza como muestra de desaprobación. Se pone de parte de los que buscan una solución y decide actuar. Por ello, apunta a la auténtica solución que ve en su Hijo, invitado también a la boda con sus discípulos. Sabe que es el Hijo del Altísimo, Dios mismo, el Omnipotente que puede resolver todos los problemas, de cualquier índole que sean. Se dirige, pues, a él con agilidad, objetividad y sin cargar para nada las tintas, en una ejemplar oración de súplica y de confianza compuesta sólo por tres palabras: “No tienen vino” (Jn 2, 3).
La respuesta que le da su Hijo, aunque a nosotros nos extrañe y nos parezca propia de alguien que quiere desentenderse del problema, no confunde a María. Lo conoce demasiado bien por el trato diario de treinta años de convivencia entre Madre e Hijo para intuir -también aquí- la voluntad profunda de Jesús. Ella ha sugerido un camino y sabe muy bien que su Hijo lo recorrerá. Después de este paso María se dirige a los servidores y su intuición se manifiesta también como claridad, concisión y espíritu práctico:
“Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5). María marca de este modo una consigna breve que concluye con el milagro de la transformación del agua en vino. Un vino abundante y de la mejor calidad, como atestigua el maestresala: “Todo el mundo sirve primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el inferior.
Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora” ( Jn 2, 10). La intuición de su corazón se hace también humildad: María, logrado su objetivo, desaparece de la escena, como su propio Hijo. Nadie, excepto los servidores, se habían dado cuenta del milagro, ni de su autor, ni de la intercesora para que se diera el milagro.
Y ella, “esclava del Señor” (Lc 2, 37), no reclama menciones honoríficas, ni agradecimientos. Se contenta íntimamente con ese acto de amor de su corazón intuitivo, que contribuye a la primera manifestación pública del poder que su Hijo tiene sobre la naturaleza. Todos los anteriores ingredientes del corazón intuitivo de María los recibió de Dios Creador con gran previsión amorosa y detallada, según puede deducirse de la siguiente parábola moderna.
Nos pinta a Dios mientras está creando a una madre en presencia de un grupo de ángeles y se puede aplicar -purificada- a su misma Madre. Con agudeza y sensibilidad el autor de esta narración da a conocer muchas cualidades de esas mujeres que tienen un poco de todo y explican esa peculiar intuición que suele distinguirlas y ennoblecerlas:
Estaba Dios en su taller de orfebre trabajando arduamente en su ultima creación, cuando un grupo de ángeles, intrigados por su afanosa entrega se atrevió a interrogarle:
- ¿Qué haces?
- La más grande de mis obras maestras.
- ¿En qué consiste?
- preguntaron.
- En un ser con cuatro pares de ojos y seis brazos.
Sorprendidos exclamaron:
- ¿Y para qué le van a servir cuatro pares de ojos?
- Un par de ojos es para que pueda apreciar la belleza que lo rodea; uno más para comprender cada acción que realicen mis hijos; el tercero para leer los pensamientos, las palabras no pronunciadas, con unos ojos que puedan ver los corazones y ante los cuales no pueda haber secretos; y el ultimo para apreciar la presencia de Dios en la paz de un niño durmiendo.
- ¿Y para qué tantos brazos?
- Los dos primeros son para servir, desde esforzarse en el trabajo más arduo hasta cultivar la flor más delicada; dos más serán para acunar a cada uno de mis hijos y llenarlos de caricias, de ternura y amor; y los últimos para levantarlos y luchar ante la injusticia y el abandono.
- Señor, este nuevo ser, ¿será inteligente?
- Tendrá la capacidad ilimitada para abordar los temas más intrincados y poseerá la sensibilidad del poeta, el pensamiento mágico de la fantasía y sabrá encontrar estrellas y esperanzas en los campos áridos y desiertos. Los ángeles cada vez más intrigados de lo que hacía su Señor no cesaban de preguntar:
- ¿Este ser tan raro tendrá una función especial?
- Con un solo beso podrá mitigar el llanto de un pequeño, perdonar la falta más grave, dar aliento a un valiente, acariciar el alma de un anciano, seducir al guerrero más poderoso y dar compañía con sólo recordarlo en la soledad. Uno de los ángeles tocó el modelo en proceso y exclamó:
- ¡Parece muy débil!
- Su aspecto es frágil - contestó Dios
- pero su fortaleza es incalculable: puede soportar hambre, miseria, dolor, abandono, pero jamás se dará por vencido, sabe hacer milagros con los alimentos y jamás dejará a uno de mis hijos con hambre. Lo dará todo y tendrá la virtud de sonreír en medio de la adversidad.
- Nunca te habíamos visto trabajar tanto en un ser, ¿por qué es tan importante?
- El mundo cada día crece más y no puedo estar en todas partes, necesito hoy más que nunca que alguien me ayude a conservar y engrandecer mi creación, a llevar mi bondad y presencia a todos los seres humanos. Uno de los ángeles tocó el rostro y para sorpresa se dio cuenta que tenía una lágrima.
- ¿Qué es? - preguntó el ángel.
- El bálsamo del amor, es su expresión sublime ante el dolor de mis hijos, es su aflicción ante el sufrimiento que manifiesta la sensibilidad de su espíritu y brota en forma incontenible ante las penas y alegrías. Los ángeles finalmente preguntaron:
- ¿Cómo le llamarás?
- Será reconocida por ser forjadora de seres humanos extraordinarios, su aroma permanecerá por siempre y su nombre estará escrito en forma indeleble en la historia de la humanidad. Finalmente hizo una larga pausa como meditando el nombre que le daría y sonriendo ante lo más sublime de la creación exclamó:
- La llamaré: ¡Madre!
La verdadera grandeza
Fuente: Catholic.net
Autor: P. Sergio Cordova LC
Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
Reflexión
En un estanque vivía una colonia de ranas. Y el sapo más viejo se creía también el más grande y el más fuerte de toda la especie. Cada mañana se posaba a la orilla del estanque y comenzaba a hincharse para atraer la atención de sus vecinas y para presumir su tamaño y su fuerza. Un buen día se acercó un buey a beber; y el sapo, viendo que éste era más grande que él, comenzó a hincharse e hincharse, más que en otras ocasiones, tratando de igualarse al buey. Y tanto se infló que reventó. Así sucede también a muchos hombres que, por su ambición, su soberbia y prepotencia tratan de igualarse a otro buey (y también se podría escribir con "g"). Ya muy bien lo decía san Agustín: "La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano". Feuerbach y Nietzsche -dos filósofos ateos del siglo pasado- lanzaron sus teorías del "super-hombre" y del dominio del más fuerte. Ideas tan tristes que desembocaron en la prepotencia nazi, en un racismo aberrante y en todas las formas de totalitarismo ateo que perseguía todo tipo de religión, especialmente la católica; esas ideas fueron las causantes de la Segunda guerra mundial y originaron un abismo de inhumanidad que ni siquiera excluyeron los terribles campos de concentración y de exterminio. Esa triste "ley del más fuerte" impone muchas veces el criterio de comportamiento entre los hombres, ¡tan penosa y de tan lamentables consecuencias para la convivencia humana! Y es que el poder, la ambición desenfrenada y la soberbia prepotente pudre el corazón de los hombres y crea verdaderos infiernos. Y, sin embargo, Jesucristo nuestro Señor nos viene a hablar hoy de humildad, de mansedumbre y de servicio: "Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas"... ¿No es un mensaje ya trasnochado y pasado de moda? ¿Acaso el que triunfa, hoy en día, no es el hombre "fuerte", el "grande", el poderoso? El pequeño, el débil y el humilde ni siquiera es tomado en cuenta; más aún, muchas veces es ridiculizado y emarginado. El mismo Nietzsche se mofaba de la humildad, diciendo que era "un vicio servil y un comportamiento de esclavos". En el Evangelio de la fiesta del Sagrado Corazón, se nos presenta Jesús en oración bendiciendo a su Padre: "Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado los misterios del Reino a los sabios y a los poderosos, y se los has revelado a los pequeños". ¡Qué contraste tan abismal! Pensamos que las gentes felices del mundo son los ricos, los poderosos, los grandes, los fuertes y los sabios. Y, sin embargo, nuestro Señor llamó "dichosos" precisamente a los de la parte opuesta: "Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los misericordiosos, los pacíficos, los que padecen persecución... porque de ellos es el Reino de los cielos" (Mt 5, 1-12). Y hoy, Jesús nos sale con otra de las "suyas", invitándonos a la humildad. ¿Es que Jesús está loco? ¡Con razón nadie le hace caso! Parece que Él va siempre "en sentido contrario", contra corriente. Pero, no nos viene mal preguntarnos quién es el verdadero loco. A Nietzsche, al final de su vida, "se le saltaron la tuercas" y acabó suicidándose. Jesús siempre se presentó así: manso y humilde. Después de la multiplicación de los panes, cuando la muchedumbre quería arrebatarlo para hacerlo rey, Él se les esconde y se va solo, a la montaña, a orar. Y cuando curó al leproso de su enfermedad inmunda o devolvió la vista al ciego de nacimiento; cuando hizo caminar al paralítico, curó a la hemorroísa,resucitó a Lázaro o a la hija de Jairo, no se dedicó a tocar la trompeta para que todo el mundo se enterara... Y, finalmente, cuando se decide a entrar triunfalmente en Jerusalén, no lo hace sobre un alazán blanco o sobre un caballazo prieto azabache, rodeado de un ejército de vencedor, sino montado en un pobre burrito, que era señal de humildad y de paz. ¡Definitivamente, Jesús no hacía milagros para "ganar votos" para las elecciones, ni se aprovechó de su popularidad entre la gente para hacerse propaganda política y ocupar los mejores puestos, como muchos de nuestros gobernantes! Él no era un populista o un demagogo como los que abundan hoy en nuestras plazas y manifestaciones públicas. Él no conocía, sin duda, esa "picardía" y oportunismo interesado, ni sabía mucho de eso que nosotros llamamos "técnicas de publicidad y de imagen"... "Aprendan de mí -nos dice- que soy manso y humilde de corazón". Sí. Él había dicho durante su vida pública que "no había venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10,45) y lo cumple al pie de la letra. ¡Aquí está la verdadera grandeza: no la del poder, sino la grandeza de la humildad, de la mansedumbre y del servicio! Si seguimos su ejemplo, Él nos asegura los frutos que obtendremos: "Encontrarán descanso para sus almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera". La persona humilde goza de una paz muy profunda porque su corazón está sosegado. Ese yugo y esa carga se refieren a la cruz que tenemos que llevar todos los seres humanos. Pero Cristo nos llena de paz y de felicidad en medio del dolor porque su presencia y su compañía nos bastan y nos sacian. Él es nuestra paz. Y no importa que nos lluevan las persecuciones, las calumnias, las injurias y todo tipo de mentiras. No importan las persecuciones. Cristo nos llena de paz porque su yugo es llevadero y su carga ligera. Él nos advirtió que seríamos perseguidos porque también lo persiguieron a Él y lo condenaron a muerte por calumnias. Pero llamó "bienaventurados a los perseguidos", y con Él tenemos asegurada la victoria y el triunfo definitivo. Sí. ¡Jesucristo es nuestra paz!
Fuente: Catholic.net
Autor: P. Sergio Cordova LC
Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
Reflexión
En un estanque vivía una colonia de ranas. Y el sapo más viejo se creía también el más grande y el más fuerte de toda la especie. Cada mañana se posaba a la orilla del estanque y comenzaba a hincharse para atraer la atención de sus vecinas y para presumir su tamaño y su fuerza. Un buen día se acercó un buey a beber; y el sapo, viendo que éste era más grande que él, comenzó a hincharse e hincharse, más que en otras ocasiones, tratando de igualarse al buey. Y tanto se infló que reventó. Así sucede también a muchos hombres que, por su ambición, su soberbia y prepotencia tratan de igualarse a otro buey (y también se podría escribir con "g"). Ya muy bien lo decía san Agustín: "La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano". Feuerbach y Nietzsche -dos filósofos ateos del siglo pasado- lanzaron sus teorías del "super-hombre" y del dominio del más fuerte. Ideas tan tristes que desembocaron en la prepotencia nazi, en un racismo aberrante y en todas las formas de totalitarismo ateo que perseguía todo tipo de religión, especialmente la católica; esas ideas fueron las causantes de la Segunda guerra mundial y originaron un abismo de inhumanidad que ni siquiera excluyeron los terribles campos de concentración y de exterminio. Esa triste "ley del más fuerte" impone muchas veces el criterio de comportamiento entre los hombres, ¡tan penosa y de tan lamentables consecuencias para la convivencia humana! Y es que el poder, la ambición desenfrenada y la soberbia prepotente pudre el corazón de los hombres y crea verdaderos infiernos. Y, sin embargo, Jesucristo nuestro Señor nos viene a hablar hoy de humildad, de mansedumbre y de servicio: "Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas"... ¿No es un mensaje ya trasnochado y pasado de moda? ¿Acaso el que triunfa, hoy en día, no es el hombre "fuerte", el "grande", el poderoso? El pequeño, el débil y el humilde ni siquiera es tomado en cuenta; más aún, muchas veces es ridiculizado y emarginado. El mismo Nietzsche se mofaba de la humildad, diciendo que era "un vicio servil y un comportamiento de esclavos". En el Evangelio de la fiesta del Sagrado Corazón, se nos presenta Jesús en oración bendiciendo a su Padre: "Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado los misterios del Reino a los sabios y a los poderosos, y se los has revelado a los pequeños". ¡Qué contraste tan abismal! Pensamos que las gentes felices del mundo son los ricos, los poderosos, los grandes, los fuertes y los sabios. Y, sin embargo, nuestro Señor llamó "dichosos" precisamente a los de la parte opuesta: "Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los misericordiosos, los pacíficos, los que padecen persecución... porque de ellos es el Reino de los cielos" (Mt 5, 1-12). Y hoy, Jesús nos sale con otra de las "suyas", invitándonos a la humildad. ¿Es que Jesús está loco? ¡Con razón nadie le hace caso! Parece que Él va siempre "en sentido contrario", contra corriente. Pero, no nos viene mal preguntarnos quién es el verdadero loco. A Nietzsche, al final de su vida, "se le saltaron la tuercas" y acabó suicidándose. Jesús siempre se presentó así: manso y humilde. Después de la multiplicación de los panes, cuando la muchedumbre quería arrebatarlo para hacerlo rey, Él se les esconde y se va solo, a la montaña, a orar. Y cuando curó al leproso de su enfermedad inmunda o devolvió la vista al ciego de nacimiento; cuando hizo caminar al paralítico, curó a la hemorroísa,resucitó a Lázaro o a la hija de Jairo, no se dedicó a tocar la trompeta para que todo el mundo se enterara... Y, finalmente, cuando se decide a entrar triunfalmente en Jerusalén, no lo hace sobre un alazán blanco o sobre un caballazo prieto azabache, rodeado de un ejército de vencedor, sino montado en un pobre burrito, que era señal de humildad y de paz. ¡Definitivamente, Jesús no hacía milagros para "ganar votos" para las elecciones, ni se aprovechó de su popularidad entre la gente para hacerse propaganda política y ocupar los mejores puestos, como muchos de nuestros gobernantes! Él no era un populista o un demagogo como los que abundan hoy en nuestras plazas y manifestaciones públicas. Él no conocía, sin duda, esa "picardía" y oportunismo interesado, ni sabía mucho de eso que nosotros llamamos "técnicas de publicidad y de imagen"... "Aprendan de mí -nos dice- que soy manso y humilde de corazón". Sí. Él había dicho durante su vida pública que "no había venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10,45) y lo cumple al pie de la letra. ¡Aquí está la verdadera grandeza: no la del poder, sino la grandeza de la humildad, de la mansedumbre y del servicio! Si seguimos su ejemplo, Él nos asegura los frutos que obtendremos: "Encontrarán descanso para sus almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera". La persona humilde goza de una paz muy profunda porque su corazón está sosegado. Ese yugo y esa carga se refieren a la cruz que tenemos que llevar todos los seres humanos. Pero Cristo nos llena de paz y de felicidad en medio del dolor porque su presencia y su compañía nos bastan y nos sacian. Él es nuestra paz. Y no importa que nos lluevan las persecuciones, las calumnias, las injurias y todo tipo de mentiras. No importan las persecuciones. Cristo nos llena de paz porque su yugo es llevadero y su carga ligera. Él nos advirtió que seríamos perseguidos porque también lo persiguieron a Él y lo condenaron a muerte por calumnias. Pero llamó "bienaventurados a los perseguidos", y con Él tenemos asegurada la victoria y el triunfo definitivo. Sí. ¡Jesucristo es nuestra paz!
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Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy, día de la Festividad del SAGRADO CORAZON DE JESUS,
queremos unirnos a todas las oraciones que se eleven al cielo,
en REPARACION de todos los pecados
de la HUMANIDAD contra el AMOR INFINITO de Jesús,
especialmente los que se cometen contra los Sagrarios,
donde Él se encuentra realmente con su Cuerpo y Sangre,
Alma y Divinidad,
así como en REPARACION de
todos los SACRILEGIOS y PROFANACIONES
que contra Él se cometen en el mundo entero.
Sólo de esta manera lograremos que JESUS REINE
en los corazones de todos los hombres.
Así mismo, le rogamos infunda en los corazones de los niños,
adolescentes, jóvenes y adultos el deseo de
seguirle en la vocación laical, religiosa o sacerdotal.
Pero... ¡con una santidad heroica, si esa es su Voluntad!
Continuamos con el mismo tema de ayer: VERDAD Y LIBERTAD.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero
agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)
Tema: VERDAD Y LIBERTAD (continuación)
San Agustín decía: "En cuanto a los actos que son por sí mismos pecados, como el robo, la fornicación, la blasfemia y otros actos semejantes ¿quién osará afirmar que, cumpliéndolos por motivos buenos, ya no serían pecados o, conclusión más absurda, que serían pecados justificados?".
Hay principios fundamentales que están inscritos en la conciencia y que todos deben respetar, pues el bien está de acuerdo a la verdad objetiva de lo que es realmente bueno para la realización personal del hombre.Por eso, es tan importante que nuestra libertad se base en la verdad, ya que como dice Jesús: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8,32).
"Estas palabras encierran una exigencia fundamental y, al mismo tiempo, una advertencia: la exigencia de una relación honesta con respecto a la verdad, como condición para una auténtica libertad...
Después de dos mil años, Cristo aparece como Aquel que trae al hombre la libertad, basada en la verdad, Aquel que libera de lo que limita, disminuye y casi destruye esta libertad en sus mismas raíces en el alma del hombre, en su corazón y en su conciencia" (Redemptor Hominis 12).
"La verdad no es creada por cada uno o por grupos humanos especiales, la verdad existe, la verdad universal, a la que todos deben someterse, y esta verdad en último término es Dios, que es quien da sentido a la vida del ser humano.
Por eso, se comete pecado cuando el hombre, sabiéndolo y queriéndolo, elige, por el motivo que sea, algo gravemente desor denado. En efecto, en esta elección está ya incluido un desprecio del mandato divino, un rechazo del amor de Dios hacia la humanidad y hacia toda la creación... y el hombre se aleja de Dios y pierde el amor" (Veritatis Splendor 70).
Lamentablemente, muchos hombres actuales desconfían de encontrar la verdad, porque ésta ha sido, con frecuencia, presentada con dogmatismo, intolerancia o fanatismo. Por eso, no creen en una verdad absoluta, sino en una verdad relativa, la que emana de las urnas y se convierte en ley por el poder de los votos.
Pero esta verdad, periódicamente cambiante en cada consulta electoral, no puede satisfacer el corazón humano que busca razones firmes y seguras en que anclar la propia existencia. La verdad debe ser eterna y para todos.
La verdad no puede ser fruto del consenso de la mayoría, pues, de este modo, podrían justificarse los más graves errores y crímenes contra la humanidad, como el aborto. Tampoco podemos aceptar, con algunas filosofías del escepticismo o del nihilismo, que no se puede llegar a conocer nunca la verdad, que somos demasiado pequeños para llegar a estar seguros de lo que es la verdad definitiva.
Esto llevaría también a decir que no se pueden asumir compromiso s totales y definitivos, como si el hombre fuera un ser provisional, "vivir al día"; porque lo que hoy dicen que es bueno o verdadero, mañana pueden decir que es malo y falso. No, hay que decirles a estos seguidores de la nada y del absurdo que Dios es VERDAD, que es LUZ, que es AMOR y Él, con su sabiduría infinita, nos ha creado y nos enseña la verdad definitiva para que no nos equivoquemos y podamos vivir para la eternidad. (continuará).
Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
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Queridos amigos: Paz y Bien.
Finalizamos el tema: INJUSTICIAS SOCIALES.
Para mayor referencia las encíclicas
RERUM NOVARUM y CENTESSIMUS ANNUS.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero
agustino recoleto, con sede en Lima (Perú).
Tema: INJUSTICIAS SOCIALES (final).
Con relación a los contratos, decía León XIII, que "el consentimiento de las partes, si están en situaciones demasiado desiguales, no basta para garantizar la justicia del contrato... y esto vale también para los contratos internacionales" (Rerum Novarum 10 y Catecismo 2434). Por esto mismo, Juan Pablo II, hablando de la deuda externa de los países pobres decía: "No es lícito exigir o pretender su pago, cuando éste vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y a la desesperación a poblaciones enteras. No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables. Hay que encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de las deudas compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso" (Centessimus Annus, número 35).Igualmente, en la encíclica "Sollicitudo rei socialis" afirma que hay que dar a los pobres no sólo de lo que nos sobra, sino hasta de lo necesario. Dice que "la Iglesia tiene la convicción de que ella misma y sus ministros y cada uno de sus miembros están llamados a aliviar la miseria de los que sufren cerca o lejos, no sólo con lo superfluo, sino hasta con lo necesario. Ante casos de necesidad no se debe dar preferencia a los adornos superfluos de los templos y a los objetos preciosos del culto divino; al contrario, podría ser obligatorio enajenar estos bienes para dar pan, bebida, vestido y casa a quien carece de ello" (Número 31).La Iglesia, en toda cuestión social, recalca el valor del ser humano. Por eso, hay que evitar las condiciones degradantes de trabajo, en ambientes malsanos, sin protecciones ante los peligros, y denunciar los abusos y acosos sexuales para conservar el puesto de trabajo. Vivimos en una época de crisis de valores. Para muchos, los conceptos de amor, libertad, trabajo, derechos humanos no significan lo que realmente son por su naturaleza. Hablan de amor como si fuera libertinaje sexual; de libertad como si todo pudiera hacerse sin cortapisas de ninguna clase; y, cuando hablan de derechos humanos, hablan solamente de los suyos. En este contexto, la mujer es vista, muchas veces, como objeto de placer, los hijos como un obstáculo para la felicidad de los padres, la familia como una institución que quita la libertad, el trabajo como algo pesado que hay que evitar. Es la civilización de lo fácil y de lo cómodo. Por eso, hay que revalorar el trabajo de la persona, como necesario para su realización personal.Decía Juan Pablo II en España el 7 de Noviembre de 1982 que: "el trabajo es un deber moral. Es un acto de alegría y se convierte en alegría: alegría profunda de darse a la propia familia y a los demás... Por eso, hay que hacer bien el trabajo. No se puede rehuir el deber de trabajar ni trabajar mediocremente, sin interés, y sólo por cumplir, sino hacerlo bien para realizarnos debidamente". Puesto que "mediante el trabajo, el hombre no sólo transforma la naturaleza, adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido, se hace más hombre" (Laborem Exercens número 9). El trabajo dignifica al hombre y lo llena de la alegría de Dios, siempre que sea digno y honrado, y en condiciones dignas. Porque "el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo" (Catecismo 2428) y "el que no quiera trabajar que no coma" (carta 2ª Tesalónicos 3, 10).
Un saludo cordial en el Espíritu Santo que habita en nosotros por el Bautismo, y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
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Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy comenzamos con un nuevo tema: VERDAD Y LIBERTAD.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino
recoleto, con sede en Lima (Perú).
Tema: VERDAD Y LIBERTAD.
Muchos de nuestros contemporáneos son hombres superficiales, que no tienen ideas personales, que orienten con fuerza su vida. Por eso, van por la vida sin rumbo, desorientados, según el viento de la moda o de la opinión. Para ellos, no hay prohibiciones ni limitaciones.
Y caen en el permisivismo: todo está permitido. Y de aquí surge en ellos el relativismo, que es hija natural del permisivismo. Todo es relativo, cualquier cosa puede ser buena o mala, positiva o negativa, depende. Lo único absoluto es que todo es relativo. Y se llega al escepticismo, a dudar de todo, y viene la tolerancia total y la indiferencia pura, porque si no podemos tener certezas seguras, entonces hay que vivir intensamente y a todo placer, a como dé lugar.
Es la civilización "light", que evita todo esfuerzo y sacrificio. Es el hombre "deshombrecido", como diría Quevedo, que se hace menos hombre al alejarse de Dios y encerrarse en un egoísmo brutal, que se olvida de los demás.
Para ellos, lo que otros llaman verdad es sólo una opinión más. Lo único que vale es la libertad: pensar, hablar, obrar y creer, de acuerdo a lo que cada uno considere lo mejor. "Muchos autores, en su crítica demoledora de toda certeza e ignorando las distinciones necesarias contestan incluso las certezas de la fe" (Fides et Ratio 91).
"Hay algunos sistemas filosóficos que, engañando al hombre, lo han convencido de que puede decidir autónomamente sobre su propio destino y su futuro, confiando sólo en sí mismo y en sus propias fuerzas. Pero la grandeza del hombre jamás consistirá en eso. Sólo la opción por la verdad será determinante para su realización personal.
Solamente en este horizonte de la verdad comprenderá la realización plena de su libertad y de su llamada al amor y al conocimiento de Dios como realización suprema de sí mismo" (Fides et Ratio 107).Algunos han llegado a exaltar la libertad hasta el punto de considerarla como norma absoluta y fuente de los valores. De este modo, sólo la conciencia personal tendría el derecho de decidir sobre lo que es bueno y malo. "Lo que es bueno para mí es bueno para todos". Pero cada uno tiene la obligación de buscar la verdad objetiva, que es válida, no sólo para mí, sino para todos los hombres. Porque hay principios fundamentales, que son universales e inmutables. Así como hay actos intrínsecamente malos, malos de por sí, independientemente de las circunstancias. Una obra mala no se hace buena por hacerlo por un fin bueno, por ejemplo, robar para dárselo a los pobres. "
Algunos dicen: hagamos el mal para que venga el bien. Éstos bien merecen la propia condena" (Veritatis Splendor 78). "Sólo las acciones que están conformes al bien, al verdadero bien del hombre, conducen a la vida" (Veritatis Splendor 72). El fin no justifica los medios. (continuará).
Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
Hoy comenzamos con un nuevo tema: VERDAD Y LIBERTAD.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino
recoleto, con sede en Lima (Perú).
Tema: VERDAD Y LIBERTAD.
Muchos de nuestros contemporáneos son hombres superficiales, que no tienen ideas personales, que orienten con fuerza su vida. Por eso, van por la vida sin rumbo, desorientados, según el viento de la moda o de la opinión. Para ellos, no hay prohibiciones ni limitaciones.
Y caen en el permisivismo: todo está permitido. Y de aquí surge en ellos el relativismo, que es hija natural del permisivismo. Todo es relativo, cualquier cosa puede ser buena o mala, positiva o negativa, depende. Lo único absoluto es que todo es relativo. Y se llega al escepticismo, a dudar de todo, y viene la tolerancia total y la indiferencia pura, porque si no podemos tener certezas seguras, entonces hay que vivir intensamente y a todo placer, a como dé lugar.
Es la civilización "light", que evita todo esfuerzo y sacrificio. Es el hombre "deshombrecido", como diría Quevedo, que se hace menos hombre al alejarse de Dios y encerrarse en un egoísmo brutal, que se olvida de los demás.
Para ellos, lo que otros llaman verdad es sólo una opinión más. Lo único que vale es la libertad: pensar, hablar, obrar y creer, de acuerdo a lo que cada uno considere lo mejor. "Muchos autores, en su crítica demoledora de toda certeza e ignorando las distinciones necesarias contestan incluso las certezas de la fe" (Fides et Ratio 91).
"Hay algunos sistemas filosóficos que, engañando al hombre, lo han convencido de que puede decidir autónomamente sobre su propio destino y su futuro, confiando sólo en sí mismo y en sus propias fuerzas. Pero la grandeza del hombre jamás consistirá en eso. Sólo la opción por la verdad será determinante para su realización personal.
Solamente en este horizonte de la verdad comprenderá la realización plena de su libertad y de su llamada al amor y al conocimiento de Dios como realización suprema de sí mismo" (Fides et Ratio 107).Algunos han llegado a exaltar la libertad hasta el punto de considerarla como norma absoluta y fuente de los valores. De este modo, sólo la conciencia personal tendría el derecho de decidir sobre lo que es bueno y malo. "Lo que es bueno para mí es bueno para todos". Pero cada uno tiene la obligación de buscar la verdad objetiva, que es válida, no sólo para mí, sino para todos los hombres. Porque hay principios fundamentales, que son universales e inmutables. Así como hay actos intrínsecamente malos, malos de por sí, independientemente de las circunstancias. Una obra mala no se hace buena por hacerlo por un fin bueno, por ejemplo, robar para dárselo a los pobres. "
Algunos dicen: hagamos el mal para que venga el bien. Éstos bien merecen la propia condena" (Veritatis Splendor 78). "Sólo las acciones que están conformes al bien, al verdadero bien del hombre, conducen a la vida" (Veritatis Splendor 72). El fin no justifica los medios. (continuará).
Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
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Queridos amigos: Paz y Bien
Hoy celebra la Iglesia,
en el último día del Mes de las Flores dedicado a María,
la VISITACION DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL.
En este día recibimos, hace más de dos mil años,
la mejor oracion de Acción de Gracias,
dicha por la Virgen María, la Esclava del Señor.
¡Dichosa tú, porque has creído! le dirá Isabel.
Con esta palabra nos dice que hagamos de la fe
nuestro primer cimiento para seguir edificando
la esperanza y la caridad y con ellas, agradar al Dios, Trino y Uno.
Continuamos con nuestro tema de ayer: VERDAD Y LIBERTAD.
Fuente: LA MARIVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino
recoleto, con sede en Lima (Perú)
Tema: VERDAD Y LIBERTAD (final)
Por eso, Dios ha puesto en nuestros corazones la ley natural que Él mismo ha escrito en nuestra naturaleza y que a través de nuestra conciencia, nos dice lo que nos conviene para nuestra realización personal. Y esto es lo mismo para todos los seres humanos. Podemos decir que la ley natural es la voz de Dios, que llega a nosotros a través del entendimiento o de la conciencia. Esta ley natural es la base y fundamento de la Moral y de los derechos humanos fundamentales para todos los hombres, aunque la conciencia o conocimiento de esta ley natural pueda ser mal interpretada en algunos, por efecto de sus pecados, cultura o educación."La conciencia es el sagrario del hombre en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de sí mismo... En lo profundo de su conciencia, el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, pero que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal: haz esto, evita aquello. En obedecer esta ley escrita por Dios en su corazón está su dignidad humana y según ella será juzgado" (GS 16). "La dignidad humana exige que el hombre actúe según su conciencia" (Gaudium et Spes 17).Hay, pues, que buscar con ahínco la verdad y el bien en nuestra vida. Dios nos habla a través de nuestra conciencia. Sus mandamientos no son órdenes caprichosas, sino señales para que no equivoquemos el camino. ¿Qué diríamos de aquel hombre que se dijera a sí mismo al ir por la carretera: yo no obedezco las señales de tráfico? ¿Quién ha puesto estas señales aquí? ¿Por qué voy a tener que obedecer a un desconocido? ¿Por qué no puedo ir a la izquierda, cuando la señal indica ir por la derecha? Si así piensa y actúa y va a la izquierda, probablemente caerá en el barranco y se matará. Eso les pasa a los hombres que no quieren escuchar la voz de su Padre de Dios a través de su conciencia y quieren seguir sus propias ideas. Hombres que todo lo discuten y creen que sus ideas son las mejores. Son los soberbios, que no aceptan imposiciones de nadie y se creen más sabios que el mismo Dios. Por eso, seamos razonables y responsables para ser libres de verdad. Solamente la verdad, que D ios nos enseña, nos dará la verdadera libertad, para llegar a ser hombres auténticos, plenamente humanos, llenos de luz y de amor.
Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María.
José Luis Elizalde Esparza
martes, mayo 27, 2008
Destinatarios de la Misión de Aparecida
Fuente: CELAM.org
Autor: Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga
Miremos a los destinatarios desde el punto de vista de la misión. La misión de la Iglesia es una pero los destinatarios son muy diferentes y entonces la misión adquiere una diversa modalidad según sean estos destinatarios.
¿Por qué hay que hacer esa distinción? Porque a diferentes destinatarios diferentes métodos, medios e inclusive contenidos. Basta acordarse de ese gran misionero llamado Pablo quien a unos daba alimento sólido y a otros solamente leche muy suave.(1 Cor 3,2)
Si miramos el conjunto del documento, pareciera que Aparecida no entra mucho en estas distinciones y quisiera como mirar a todos los destinatarios al mismo tiempo. Hay una mezcla de destinatarios y un salto continuo de los unos a los otros porque los mira a todos con una misma preocupación: la misión de la Iglesia.
El asunto es más que comprensible y lo advierte la misma encíclica Redemptoris Missio: “No es fácil definir los confines entre atención pastoral a los fieles, nueva evangelización y actividad misionera específica (ad gentes) y no es pensable crear entre ellos barreras o recintos estancados…Hay que subrayar además, una real y creciente interdependencia entre las diversas actividades salvíficas de la iglesia: cada una influye en la otra, la estimula y la ayuda. El dinamismo misionero crea intercambio entre las iglesias”
Pero una mirada más atenta nos lleva a darnos cuenta de que en realidad hay tres tipos de destinatarios pero advirtiendo de que están muy mezclados, geográfica, cultural y socialmente. A veces la mezcla se da dentro de una misma familia, cuando no dentro de un mismo corazón. Con razón un gran predicador (Mazzolari), decía que somos un poco cristianos y un poco paganos y que la línea que divide al cristiano del pagano pasa por el centro de nuestro propio corazón.
1. Misión como acción pastoral
Un primer grupo de destinatarios son los discípulos misioneros de Jesucristo comprometidos dentro de la Iglesia:
“Esta V Conferencia se propone “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” . (DA 10)
Al mirar a este primer grupo de destinatarios, Aparecida percibe luces y sombras. Por un lado, el panorama es alentador:
“Los esfuerzos pastorales orientados hacia el encuentro con Jesucristo vivo han dado y siguen dando frutos.” (DA 99).
“Debido a la animación bíblica de la pastoral, aumenta el conocimiento de la Palabra de Dios y el amor por ella. Gracias a la asimilación del magisterio de la iglesia y a una mejor formación de generosos catequistas, la renovación de la catequesis ha producido fecundos resultados en todo el continente” (DA 99)
“La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festivas de la fe cristiana centrada en el misterio pascual, en particular en la eucaristía. Crecen las manifestaciones de la religiosidad popular, especialmente la piedad eucarística y la devoción mariana.” (DA 99)
Por otra parte, hay también preocupaciones y no pocas:
“Tal como lo manifestó el Santo Padre en el discurso inaugural de nuestra conferencia, “se percibe un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la iglesia católica”(DA 100 b)
“Percibimos una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones, un énfasis en el sacramentalismo sin el conveniente itinerario formativo, descuidando otras tareas pastorales. De igual forma nos preocupa una espiritualidad individualista. Verificamos asimismo una mentalidad relativista en lo ético y religioso” (DA 100)
“En la evangelización, en la catequesis y, en general, en la pastoral, persisten también lenguajes poco significativos para la cultura actual y, en particular, para los jóvenes… Los cambios culturales dificultan la transmisión de la fe por parte de la familia y de la sociedad” (DA 100 d)
De manera que la misión de la Iglesia asume ante estos destinatarios una modalidad específica como es la de la acción pastoral con nuevo ardor, con valentía, con audacia, con creatividad para reforzar la fe, la esperanza y la caridad que viven los católicos latinoamericanos y caribeños quienes requieren ser mejores discípulos y más aguerridos misioneros.
2. Misión como nueva evangelización
Un segundo grupo es el de los discípulos y misioneros que eran tales pero que ya no lo son más, por diversos motivos. Aparecida lo constata de diversas maneras:
“Según nuestra experiencia pastoral, muchas veces, la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos “no católicos” creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia. Esperan encontrar respuestas a sus inquietudes. Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser, en la Iglesia.”(DA 225)
La misión de la iglesia reviste ante estas situaciones la forma de “Nueva Evangelización” y es nueva porque se dirige a quienes ya fueron evangelizados y han perdido su fe, el sentido trascendental de sus vidas o sólo la pertenencia a la Iglesia.
“En las últimas décadas vemos con preocupación, por un lado, que numerosas personas pierden el sentido trascendental de sus vidas y abandonan las prácticas religiosas, y, por otro lado, que un número significativo de católicos está abandonando la Iglesia para pasarse a otros grupos religiosos” (DA 100)
No es fácil esta forma de misión. Hablarle a un joven del amor es algo que le interesa porque él se está abriendo a ese horizonte fantástico que lo llevará a unir su vida a otra persona amada. Pero hablarle del amor a un divorciado cuyas experiencias lo han llenado de pesimismo y tal vez de dolor y de rabia, es otra cosa, es tarea más difícil, más delicada, con menos posibilidades de dar fruto.
El fenómeno del indiferentismo religioso no nos es extraño y el trabajo de la cultura adveniente busca fomentarlo por todos los medios posibles, a la par que busca introducir una antropología que lo facilite:
“Se verifica a nivel masivo, una especie de nueva colonización cultural por la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores. Esta cultura se caracteriza por la autorreferencia del individuo que conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesitando se siente responsable. Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo” (DA 46)
3. Misión como acción misionera ad gentes
Un tercer grupo de destinatarios está formado por personas, grupos o pueblos que no han sido nunca discípulos misioneros de Jesucristo o porque pertenecen a pueblos donde la evangelización no se ha realizado, o porque pertenecen a otras tradiciones religiosas o porque están bajo el influjo de estructuras totalmente contrarias al evangelio, o porque pertenecen a familias que habiendo dado la espalda a Cristo y a la Iglesia no pusieron en acto la transmisión de la fe a la siguiente generación que es la de estos destinatarios o porque individualmente nunca se han interesado por Cristo o ni siquiera han sido desafiados con su mensaje.
La misión de la Iglesia adquiere entonces un rostro diferente como es el de la misión más allá de las fronteras de la fe, ad gentes. Es la misión hacia la otra orilla, esa donde la fe no se vive, al menos de manera explícita, “aquella en la que Cristo no es aún reconocido como Dios y Señor y la Iglesia no está todavía presente. (DA 376)
Es la misión que exige el contacto humano inicial, el diálogo, el primer anuncio del evangelio y la construcción inicial de la comunidad cristiana. Es la misión que enciende por primera vez el fuego de la fe en una persona o en un pueblo.
Los destinatarios de esta modalidad de misión que solemos llamar ad gentes, se abre a nuevas dimensiones como lo anota Aparecida siguiendo las reflexiones de Benedicto XVI:
“El campo de la misión ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir sólo basándose en consideraciones geográficas y jurídicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones” (DA 375)
Las consideraciones geográficas se daban cuando se pensaba que la misión ad gentes era asunto de lejanas tierras a donde partían los misioneros especializados. Las consideraciones jurídicas asignaban estas tierras así llamadas de misión a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de manera tal que las áreas que no fuesen adscritas a estas Congregación, no se tomaban en cuenta como desafíos misioneros.
Aparecida y el Papa nos dicen que los pueblos no cristianos son verdaderos destinatarios de la misión, pero también los ámbitos socioculturales.
En primer lugar hay que citar a las innumerables estructuras, organizaciones, instituciones que están directamente contra los valores del Reino de Dios como la vida, la libertad, la dignidad del ser humano, etc. Se trata de estructuras de muerte, no de vida. Pensemos en los regímenes que pisotean los derechos humanos, promueven limpiezas étnicas, eliminan la libertad, etc. Pensemos en instituciones poderosas e internacionales como el narcotráfico, el contrabando de armas, la trata de seres humanos. Pensemos también en ideologías totalmente cerradas a la trascendencia como el materialismo, el subjetivismo, el relativismo y su dictadura. No son caminos de vida.
“Hoy se plantea elegir entre caminos que conducen a la vida o caminos que conducen a la muerte (cf. Dt 30, 15). Caminos de muerte son los que llevan a dilapidar los bienes recibidos de Dios a través de quienes nos precedieron en la fe. Son caminos que trazan una cultura sin Dios y sin sus mandamientos o incluso contra Dios, animada por los ídolos del poder, la riqueza y el placer efímero, la cual termina siendo una cultura contra el ser humano y contra el bien de los pueblos latinoamericanos. Caminos de vida verdadera y plena para todos, caminos de vida eterna, son aquellos abiertos por la fe que conducen a “la plenitud de vida que Cristo nos ha traído: con esta vida divina se desarrolla también en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural” Esa es la vida que Dios nos participa por su amor gratuito, porque “es el amor que da la vida” (DA 13)
En segundo lugar los nuevos areópagos que son realidades nuevas que, por lo general, trascienden las fronteras y que no son ni buenas ni malas sino lo que queramos, según si nos decidimos a llevarles el Evangelio como inspirador de fondo de las mismas, o no lo hacemos.
“Queremos felicitar e incentivar a tantos discípulos y misioneros de Jesucristo que, con su presencia ética coherente, siguen sembrando los valores evangélicos en los ambientes donde tradicionalmente se hace cultura y en los nuevos areópagos: el mundo de las comunicaciones, la construcción de la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, sobretodo de las minorías, la promoción de la mujer y de los niños, la ecología y la protección de la naturaleza. Y “el vastísimo areópago de la cultura, de la experimentación científica, de las relaciones internacionales” . Evangelizar la cultura, lejos de abandonar la opción preferencial por los pobres y el compromiso con la realidad, nace del amor apasionado a Cristo, que acompaña al Pueblo de Dios en la misión de inculturar el Evangelio en la historia, ardiente e infatigable en su caridad samaritana.
Una tarea de gran importancia es la formación de pensadores y personas que estén en los niveles de decisión. Para eso, debemos emplear esfuerzo y creatividad en la evangelización de empresarios, políticos y formadores de opinión, el mundo del trabajo, dirigentes sindicales, cooperativos y comunitarios.
En la cultura actual, surgen nuevos campos misioneros y pastorales que se abren.
"Uno de ellos es, sin duda, la pastoral del turismo y del entretenimiento, que tiene un campo inmenso de realización en los clubes, en los deportes, salas de cine, centros comerciales y otras opciones que a diario llaman la atención y piden ser evangelizadas.” (DA 491-492-493)
En tercer lugar, y como campo principal de la misión ad gentes, nos dice el texto, son sobre todo los corazones. Y estos corazones pueden estar a tres metros de nosotros o mucho más lejos pero siempre esperando, como tierra buena, que sembremos en ellos la semilla de la Palabra de Dios para que a raíz del anuncio del Señor, el Espíritu y la libertad de respuesta, hagan que surja en ellos la fe y con ella un nuevo sentido de la existencia y un nuevo estilo de vida.
La acción misionera es una comunicación de corazón a corazón. El Kerygma no se comunica como una idea sino como una experiencia de vida que brota del corazón y es necesario orar para que el Espíritu Santo abra el corazón del destinatario, como abrió el corazón de Lidia (Hch 16,14) y reciba la Palabra del Señor testimoniada por el discípulo misionero.
Autor: Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga
Miremos a los destinatarios desde el punto de vista de la misión. La misión de la Iglesia es una pero los destinatarios son muy diferentes y entonces la misión adquiere una diversa modalidad según sean estos destinatarios.
¿Por qué hay que hacer esa distinción? Porque a diferentes destinatarios diferentes métodos, medios e inclusive contenidos. Basta acordarse de ese gran misionero llamado Pablo quien a unos daba alimento sólido y a otros solamente leche muy suave.(1 Cor 3,2)
Si miramos el conjunto del documento, pareciera que Aparecida no entra mucho en estas distinciones y quisiera como mirar a todos los destinatarios al mismo tiempo. Hay una mezcla de destinatarios y un salto continuo de los unos a los otros porque los mira a todos con una misma preocupación: la misión de la Iglesia.
El asunto es más que comprensible y lo advierte la misma encíclica Redemptoris Missio: “No es fácil definir los confines entre atención pastoral a los fieles, nueva evangelización y actividad misionera específica (ad gentes) y no es pensable crear entre ellos barreras o recintos estancados…Hay que subrayar además, una real y creciente interdependencia entre las diversas actividades salvíficas de la iglesia: cada una influye en la otra, la estimula y la ayuda. El dinamismo misionero crea intercambio entre las iglesias”
Pero una mirada más atenta nos lleva a darnos cuenta de que en realidad hay tres tipos de destinatarios pero advirtiendo de que están muy mezclados, geográfica, cultural y socialmente. A veces la mezcla se da dentro de una misma familia, cuando no dentro de un mismo corazón. Con razón un gran predicador (Mazzolari), decía que somos un poco cristianos y un poco paganos y que la línea que divide al cristiano del pagano pasa por el centro de nuestro propio corazón.
1. Misión como acción pastoral
Un primer grupo de destinatarios son los discípulos misioneros de Jesucristo comprometidos dentro de la Iglesia:
“Esta V Conferencia se propone “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” . (DA 10)
Al mirar a este primer grupo de destinatarios, Aparecida percibe luces y sombras. Por un lado, el panorama es alentador:
“Los esfuerzos pastorales orientados hacia el encuentro con Jesucristo vivo han dado y siguen dando frutos.” (DA 99).
“Debido a la animación bíblica de la pastoral, aumenta el conocimiento de la Palabra de Dios y el amor por ella. Gracias a la asimilación del magisterio de la iglesia y a una mejor formación de generosos catequistas, la renovación de la catequesis ha producido fecundos resultados en todo el continente” (DA 99)
“La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festivas de la fe cristiana centrada en el misterio pascual, en particular en la eucaristía. Crecen las manifestaciones de la religiosidad popular, especialmente la piedad eucarística y la devoción mariana.” (DA 99)
Por otra parte, hay también preocupaciones y no pocas:
“Tal como lo manifestó el Santo Padre en el discurso inaugural de nuestra conferencia, “se percibe un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la iglesia católica”(DA 100 b)
“Percibimos una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones, un énfasis en el sacramentalismo sin el conveniente itinerario formativo, descuidando otras tareas pastorales. De igual forma nos preocupa una espiritualidad individualista. Verificamos asimismo una mentalidad relativista en lo ético y religioso” (DA 100)
“En la evangelización, en la catequesis y, en general, en la pastoral, persisten también lenguajes poco significativos para la cultura actual y, en particular, para los jóvenes… Los cambios culturales dificultan la transmisión de la fe por parte de la familia y de la sociedad” (DA 100 d)
De manera que la misión de la Iglesia asume ante estos destinatarios una modalidad específica como es la de la acción pastoral con nuevo ardor, con valentía, con audacia, con creatividad para reforzar la fe, la esperanza y la caridad que viven los católicos latinoamericanos y caribeños quienes requieren ser mejores discípulos y más aguerridos misioneros.
2. Misión como nueva evangelización
Un segundo grupo es el de los discípulos y misioneros que eran tales pero que ya no lo son más, por diversos motivos. Aparecida lo constata de diversas maneras:
“Según nuestra experiencia pastoral, muchas veces, la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos “no católicos” creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia. Esperan encontrar respuestas a sus inquietudes. Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser, en la Iglesia.”(DA 225)
La misión de la iglesia reviste ante estas situaciones la forma de “Nueva Evangelización” y es nueva porque se dirige a quienes ya fueron evangelizados y han perdido su fe, el sentido trascendental de sus vidas o sólo la pertenencia a la Iglesia.
“En las últimas décadas vemos con preocupación, por un lado, que numerosas personas pierden el sentido trascendental de sus vidas y abandonan las prácticas religiosas, y, por otro lado, que un número significativo de católicos está abandonando la Iglesia para pasarse a otros grupos religiosos” (DA 100)
No es fácil esta forma de misión. Hablarle a un joven del amor es algo que le interesa porque él se está abriendo a ese horizonte fantástico que lo llevará a unir su vida a otra persona amada. Pero hablarle del amor a un divorciado cuyas experiencias lo han llenado de pesimismo y tal vez de dolor y de rabia, es otra cosa, es tarea más difícil, más delicada, con menos posibilidades de dar fruto.
El fenómeno del indiferentismo religioso no nos es extraño y el trabajo de la cultura adveniente busca fomentarlo por todos los medios posibles, a la par que busca introducir una antropología que lo facilite:
“Se verifica a nivel masivo, una especie de nueva colonización cultural por la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores. Esta cultura se caracteriza por la autorreferencia del individuo que conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesitando se siente responsable. Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo” (DA 46)
3. Misión como acción misionera ad gentes
Un tercer grupo de destinatarios está formado por personas, grupos o pueblos que no han sido nunca discípulos misioneros de Jesucristo o porque pertenecen a pueblos donde la evangelización no se ha realizado, o porque pertenecen a otras tradiciones religiosas o porque están bajo el influjo de estructuras totalmente contrarias al evangelio, o porque pertenecen a familias que habiendo dado la espalda a Cristo y a la Iglesia no pusieron en acto la transmisión de la fe a la siguiente generación que es la de estos destinatarios o porque individualmente nunca se han interesado por Cristo o ni siquiera han sido desafiados con su mensaje.
La misión de la Iglesia adquiere entonces un rostro diferente como es el de la misión más allá de las fronteras de la fe, ad gentes. Es la misión hacia la otra orilla, esa donde la fe no se vive, al menos de manera explícita, “aquella en la que Cristo no es aún reconocido como Dios y Señor y la Iglesia no está todavía presente. (DA 376)
Es la misión que exige el contacto humano inicial, el diálogo, el primer anuncio del evangelio y la construcción inicial de la comunidad cristiana. Es la misión que enciende por primera vez el fuego de la fe en una persona o en un pueblo.
Los destinatarios de esta modalidad de misión que solemos llamar ad gentes, se abre a nuevas dimensiones como lo anota Aparecida siguiendo las reflexiones de Benedicto XVI:
“El campo de la misión ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir sólo basándose en consideraciones geográficas y jurídicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones” (DA 375)
Las consideraciones geográficas se daban cuando se pensaba que la misión ad gentes era asunto de lejanas tierras a donde partían los misioneros especializados. Las consideraciones jurídicas asignaban estas tierras así llamadas de misión a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de manera tal que las áreas que no fuesen adscritas a estas Congregación, no se tomaban en cuenta como desafíos misioneros.
Aparecida y el Papa nos dicen que los pueblos no cristianos son verdaderos destinatarios de la misión, pero también los ámbitos socioculturales.
En primer lugar hay que citar a las innumerables estructuras, organizaciones, instituciones que están directamente contra los valores del Reino de Dios como la vida, la libertad, la dignidad del ser humano, etc. Se trata de estructuras de muerte, no de vida. Pensemos en los regímenes que pisotean los derechos humanos, promueven limpiezas étnicas, eliminan la libertad, etc. Pensemos en instituciones poderosas e internacionales como el narcotráfico, el contrabando de armas, la trata de seres humanos. Pensemos también en ideologías totalmente cerradas a la trascendencia como el materialismo, el subjetivismo, el relativismo y su dictadura. No son caminos de vida.
“Hoy se plantea elegir entre caminos que conducen a la vida o caminos que conducen a la muerte (cf. Dt 30, 15). Caminos de muerte son los que llevan a dilapidar los bienes recibidos de Dios a través de quienes nos precedieron en la fe. Son caminos que trazan una cultura sin Dios y sin sus mandamientos o incluso contra Dios, animada por los ídolos del poder, la riqueza y el placer efímero, la cual termina siendo una cultura contra el ser humano y contra el bien de los pueblos latinoamericanos. Caminos de vida verdadera y plena para todos, caminos de vida eterna, son aquellos abiertos por la fe que conducen a “la plenitud de vida que Cristo nos ha traído: con esta vida divina se desarrolla también en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural” Esa es la vida que Dios nos participa por su amor gratuito, porque “es el amor que da la vida” (DA 13)
En segundo lugar los nuevos areópagos que son realidades nuevas que, por lo general, trascienden las fronteras y que no son ni buenas ni malas sino lo que queramos, según si nos decidimos a llevarles el Evangelio como inspirador de fondo de las mismas, o no lo hacemos.
“Queremos felicitar e incentivar a tantos discípulos y misioneros de Jesucristo que, con su presencia ética coherente, siguen sembrando los valores evangélicos en los ambientes donde tradicionalmente se hace cultura y en los nuevos areópagos: el mundo de las comunicaciones, la construcción de la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, sobretodo de las minorías, la promoción de la mujer y de los niños, la ecología y la protección de la naturaleza. Y “el vastísimo areópago de la cultura, de la experimentación científica, de las relaciones internacionales” . Evangelizar la cultura, lejos de abandonar la opción preferencial por los pobres y el compromiso con la realidad, nace del amor apasionado a Cristo, que acompaña al Pueblo de Dios en la misión de inculturar el Evangelio en la historia, ardiente e infatigable en su caridad samaritana.
Una tarea de gran importancia es la formación de pensadores y personas que estén en los niveles de decisión. Para eso, debemos emplear esfuerzo y creatividad en la evangelización de empresarios, políticos y formadores de opinión, el mundo del trabajo, dirigentes sindicales, cooperativos y comunitarios.
En la cultura actual, surgen nuevos campos misioneros y pastorales que se abren.
"Uno de ellos es, sin duda, la pastoral del turismo y del entretenimiento, que tiene un campo inmenso de realización en los clubes, en los deportes, salas de cine, centros comerciales y otras opciones que a diario llaman la atención y piden ser evangelizadas.” (DA 491-492-493)
En tercer lugar, y como campo principal de la misión ad gentes, nos dice el texto, son sobre todo los corazones. Y estos corazones pueden estar a tres metros de nosotros o mucho más lejos pero siempre esperando, como tierra buena, que sembremos en ellos la semilla de la Palabra de Dios para que a raíz del anuncio del Señor, el Espíritu y la libertad de respuesta, hagan que surja en ellos la fe y con ella un nuevo sentido de la existencia y un nuevo estilo de vida.
La acción misionera es una comunicación de corazón a corazón. El Kerygma no se comunica como una idea sino como una experiencia de vida que brota del corazón y es necesario orar para que el Espíritu Santo abra el corazón del destinatario, como abrió el corazón de Lidia (Hch 16,14) y reciba la Palabra del Señor testimoniada por el discípulo misionero.
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