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domingo, marzo 25, 2007
MARIA SANTISIMA, EL TESORO DE DIOS
Dios Padre creó un depósito de todas las aguas y lo llamó mar. Creó un depósito de todas las gracias y lo llamó María. El Dios omnipotente posee un tesoro o almacén riquísimo en el que ha encerrado lo más hermoso, refulgente, y precioso que tiene, incluido su propio Hijo. Este inmenso tesoro es María Santísima, a quien los santos llaman el Tesoro de Dios, de cuya plenitud se enriquecen los hombres. (n.23) Dios Hijo comunicó a su Madre cuanto adquirió mediante su vida y muerte, sus méritos infinitos y virtudes admirables, y la constituyó tesorera de todo cuanto el Padre le dio en herencia. Por medio de Ella aplica sus méritos a sus miembros, les comunica virtudes y les distribuye sus gracias. María constituye su canal misterioso, su acueducto, por el cual hace pasar suave y abundantemente sus misericordias. (n.24) Dios Espíritu Santo comunicó a su fiel Esposa, María, sus dones inefables y la escogió por dispensadora de cuanto posee. De manera que Ella distribuye a quien quiere, cuanto quiere, como quiere y cuando quiere todos sus dones y gracias. Y no se concede a los hombres ningún don celestial que no pase por sus manos virginales. Porque tal es la voluntad de Dios que quiere que todo lo tengamos por María. Y porque así será enriquecida, ensalzada y honrada por el Altísimo la que durante su vida se empobreció, humilló y ocultó hasta el fondo de la nada por su humildad. Estos son los sentimientos de la iglesia y de los Santos Padres. (n.25)
(San Luis María Grignión de Monfort . Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen". puntos 23, 24 y 25.)
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Infunde Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu hijo en las entrañas de Maria Ssma, por su Pasión y su Cruz lleguemos a la gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Ntro. Señor. Amen
26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.28 Y entrando, le dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo."
29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin."
34 María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?"
35 El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37 porque ninguna cosa es imposible para Dios."
38 Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra."
Y el ángel dejándola se fue.
Dios te salve, María,
llena de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
El Espíritu Santo descenderá sobre ti
La primera imagen alude al relato de la Creación (Gn 1, 2) y caracteriza el acontecimiento como una creación nueva: El, el Espíritu creador, es el fundamento de todo lo que es; ese Dios inaugura aquí una nueva creación a partir de la antigua. Así es definido el corte radical que significa la venida de Cristo.
La segunda imagen - la potencia del Altísimo te cubrirá con su sombra - pertenece a la teología del culto de Israel; ella nos remite a la nube que cubre con su sombra el Templo e indica también la presencia de Dios. María aparece como la morada santa, en quien la presencia oculta de Dios se hace evidente.
Cardenal José Ratzinger (papa Benedicto XVI) La Hija de Sion
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
viernes, marzo 23, 2007
LA IGLESIA UNA COSTILLA DE CRISTO
La Iglesia es la Esposa nacida de la costilla de Cristo, como Eva de la costilla de Adán consagrada a "La Humildad de Nuestra-Señora
El 22 de febrero de 1931, en Plock, Sor Faustina ve a Jesús, vestido de blanco, una mano en alto para bendecir y la otra apoyada en el corazón del que irradian rayos blancos y rojos que la túnica entreabierta deja ver. La religiosa admira a Jesús en silencio y le escucha este mandamiento: «Pinta esta imagen según el modelo y con la invocación: “Jesús en Ti confío”. Yo deseo que esta imagen sea venerada primero en la capilla y en seguida en el mundo entero. Yo prometo que el alma que venere esta imagen no perezca”. Los dos rayos representan el agua y la sangre que Así como se produce el nacimiento de la mujer en el éxtasis del sueño profundo de Adán, así también después de la muerte, Cristo nos entrega el agua y la sangre. Su muerte sería como ese éxtasis, para que nosotros entendamos, a partir de ese momento, que la muerte no es sino un sueño.
Discreción y modestia de María
John-Henry Newman (1801-1890) “Conferencias dirigidas a los protestantes y a los católicosse le reconocería en medio del júbilo de la Iglesia, la pureza inmaculada de su concepción.
miércoles, marzo 21, 2007
ABRID PUERTAS A CRISTO
S.S. Juan Pablo II, Abrid puertas a Cristo en la prensa, la radio y la televisión, el mundo del cine e Internet
Eminencias; hermanos en el episcopado; hermanos y hermanas en Cristo:
1. Desde los cinco continentes habéis venido una vez más a Roma para la asamblea plenaria del Consejo pontificio para las comunicaciones sociales. Agradezco al arzobispo John Foley sus amables palabras y su labor de guía como presidente del Consejo, con la competente cooperacion del obispo Pierfranco Pastore. Deseo aprovechar esta oportunidad para agradecer a todo el Consejo la ayuda que sigue dándome en mi ministerio apostólico, En el mundo actual, ¿cómo debe cumplir el Sucesor de Pedro su misión de predicar el Evangelio y confirmar a sus hermanos y hermanas en la fe sino a través de los medios de comunicacion social? Estoy plenamente convencido de ello y, por tanto, os doy las gracias a vosotros y a los grupos que, como los Caballeros de Colón, apoyan generosamente vuestro trabajo.
El compromiso esencial de la nueva evangelización
2. Me parece acertado el tema que habéis elegido para esta asamblea plenaria: «Los medios de comunicación y la nueva evangelización: actividades actuales y planes para el futuro». En efecto, es esencial considerar nuestro compromiso con el mundo de los medios de comunicación como una parte vital de la nueva evangelización a la que el Espíritu Santo esta convocando ahora a la Iglesia en todo el mundo. Como destaqué en mi carta apostólica Novo millennio ineunte, debemos elaborar «indicaciones programáticas (...) que permitan que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura» (n. 29). No basta esperar que las cosas sucedan o actuar de un modo casual: en este tiempo urge una planificación concreta y eficaz, como la que estáis realizando en esta asamblea plenaria. El desafío especial, que tenéis ante vosotros consiste en encontrar modos de asegurar que la voz de la Iglesia no sea marginada o silenciada en el ámbito moderno de los medios de comunicación. Tenéis que contribuir a garantizar que el Evangelio no sea confinado a un mundo estrictamente privado. iNo! Es preciso anunciar a Jesucristo al mundo; por eso la Iglesia debe entrar con valentía y confianza en el gran foro de los medios de comunicación.
Un nuevo foro
3. No sólo debemos usar los medios de comunicación para anunciar a Cristo al mundo; debemos predicar el Evangelio también al mundo de los medios de comunicación. Lo que dije en otra ocasión a propósito de Internet vale también para todos los medios de comunicación social: son «un nuevo "foro", entendido en el antiguo sentido romano de lugar público (...) muy concurrido y animado, que no sólo reflejaba la cultura del ambiente, sino que también creaba una cultura propia» (Mensaje para la XXXVI jornada mundial de las comunicaciones sociales; 24 de enero de 2002, n. 2: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 25 de enero de 2002, p. 5). iEsta cultura de los medios de comunicación debe ser evangelizada! Y vosotros estáis llamados a proporcionar a la Iglesia inspiración e ideas para esta gran tarea, aprovechando los modelos más elevados de profesionalidad y los recursos más profundos de la fe cristiana y de la tradición católica.
A esta tarea el Consejo pontificio se ha dedicado con gran empeño. Durante esta asamblea plenaria, por ejemplo, publicaréis dos importantes documentos cuya preparación ha requerido varios años: «Ética en Internet». y «La Iglesia e Internet». Son signos no sólo de vuestra creatividad profesional, sino también de vuestro compromiso de predicar la buena nueva en el mundo de las comunicaciones sociales, que evoluciona con tanta rapidez.
Un reto para la Iglesia
4. El Evangelio vive siempre en diálogo con la cultura, porque la Palabra eterna nunca deja de estar presente en la Iglesia y en la humanidad. Si la Iglesia se aleja de la cultura, el Evangelio queda silenciado. Por tanto, no debemos temer cruzar el umbral cultural de las comunicaciones y de la revolución de la información que está teniendo lugar ahora. «Como en las nuevas fronteras de otros tiempos, ésta entraña también peligros y promesas, con el mismo sentido de aventura que caracterizó otros grandes períodos de cambio» (ib.).
Para la Iglesia, el reto consiste en hacer que la verdad de Cristo se difunda en este nuevo mundo, con todas sus promesas, inquietudes e interrogantes. Esto requerirá especialmente la promoción de una ética auténticamente humana, que suscite comunión más que alienación entre las personas (cf. Novo millennio ineunte, 43), y solidaridad más que enemistad entre los pueblos.
Sin embargo, la cuestión fundamental es: «En esta galaxia de imágenes y sonidos, ¿aparecerá el rostro de Cristo y se oirá su voz?» (Mensaje para la XXXVI Jornada mundial de las comunicaciones sociales, n. 6). En toda nuestra planificación no podemos olvidar que Cristo es la buena nueva. No tenemos otra cosa que ofrecer que Jesús, el único mediador entre Dios y el hombre (cf. 1 Tin 2, 5). Evangelizar es simplemente permitir que lo vean y lo escuchen, pues sabemos que si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre.
Por tanto, queridos hermanos y hermanas, os exhorto a dar espacio a Cristo en toda vuestra planificación. En la prensa, en la radio y en la televisión, en el mundo del cine y en Internet, tratad de abrir puertas a Aquel que tan misericordiosamente es la puerta de salvación para nosotros. Entonces, los medios de comunicación serán un mundo de auténtica comunicación, no un mundo ficticio sino de verdad y alegría. Pido fervientemente a Dios que así sea, y encomiendo vuestro trabajo a María, Madre del Verbo hecho carne. De buen grado imparto mi bendición apostólica a todos los que trabajan en el Consejo pontificio, como prenda de la presencia de Cristo entre vosotros y de su fuerza sobre todo lo que hacéis en su nombre.
martes, marzo 20, 2007
*** POR ESO A DIOS LE AGRADEZCO:
** Por los descuentos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.
** Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.
** Por las ropas que me quedan un poco ajustadas, porque significa que tengo más que suficiente para comer.
** Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo salir al sol.
** Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.
** Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión.
** Por que no encuentro estacionamiento, porque significa que tengo auto.
** Por los gritos de los chicos, porque significa que puedo oír.
** Por la ropa que tengo que lavar y planchar, porque significa que me puedo vestir.
** Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro. ** Por el despertador que suena temprano todas las mañanas,
porque significa que ¡¡estoy vivo!!.
Cuando pienses que todo en la vida te va mal, lee esto otra vez.
CUANDO PIENSES QUE TODO EN LA VIDA TE VA MAL
CUANDO PIENSES QUE TODO EN LA VIDA TE VA MAL
En cierta ocasión, durante una charla que di ante un grupo de profesionales, me hicieron esta pregunta: ¿"Qué es lo más importante que ha hecho en su vida"?. En mi calidad de ingeniero, sabía que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo, entonces les respondí: "Lo más importante que he hecho en la vida, tuvo lugar el 8 de octubre de 1996. Comencé el día jugando golf con un amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé. Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que al bebé se lo habían llevado de urgencia al hospital. En un instante, mi amigo se subió al auto de su padre y se marchó. Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber qué debía hacer. ¿Seguir a mi amigo al hospital?. Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba cambiar las cosas. ¿Brindarle mi apoyo moral?. Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo sería estorbar. Así que decidí ir más tarde al hospital a visitar a mi amigo. Al poner en marcha mi auto, me percaté que mi amigo había dejado su camioneta con las llaves puestas, estacionada junto a las canchas. Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves. Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares. No tardó en presentarse un médico, que se acerca a la pareja y, en voz baja les comunica que su bebe había fallecido. Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Al verme mi amigo,se refugió en mis brazos y me dijo: "Gracias por estar aquí". Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él. Esto, es lo más importante que he hecho en mi vida", y aquella experiencia me dejó tres enseñanzas:
* Primera: lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar. Pero estar allí, era lo principal.
* Segunda: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.
* Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante. Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente y muchas de otras cosas más, pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.
* Desde aquel día, busqué un equilibrio entre el trabajo y la vida; aprendí que ningún empleo compensa perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia. Y aprendí que lo más importante en la vida, no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores. Lo más importante en la vida, es el tiempo que dedicamos a cultivar una amistad.
RECUERDA EL FRASCO Y EL CAFÉ.
CUANDO 24 HORAS AL DÍA NO SON SUFICIENTES,
Un profesor, delante de su clase de filosofía, sin decir palabra tomó un frasco grande que estaba vacío y procedió a llenarlo con pelotas de golf.Luego le preguntó a sus alumnos si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. Así que el profesor tomó una caja llena de bolitas y la vació dentro del frasco. Las bolitas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntarles a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí. Luego el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco, por supuesto la arena llenó todos los espacios vacíos y elprofesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron un "si" unánime. El profesor enseguida agregó 2 tazas de café humeante al contenido y efectivamente llenó todos los espacios vacíos por la arena. Los estudiantes rieron en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo: Quiero que se den cuenta que este frasco representa la vida.
Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la salud, los amigos, las cosas que te apasionan. Son cosas que aun si todo lo demás lo perdiéramos y solo estas quedaran, nuestras vidas aun estarían llenas. Las bolitas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el auto, etc. La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas. Si ponemos la arena en el frasco primero, no habrá espacio para las bolitas ni para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad.Juega con tus hijos, tómate tiempo para consultar al doctor, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua. Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan.>Establece tus prioridades, el resto es solo arena". Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó que representaba el café.El profesor sonrió y dijo: " Que bueno que lo preguntas. Solo es para demostrarles que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para una taza de café con un amigo".
EL. CAMINO DE LA ESPERANZA
Se trata, empero, de una recompensa del todo gratuita, que sólo se concede a la perseverancia en el bien, y ésta no puede merecerse, sino sólo pedirse ; de ahí que el camino de la esperanza sea el camino de la súplica, al mismo tiempo que el de la obediencia amorosa.
El temor, aliado de la esperanza, viene a sacudir la somnolencia del cristiano. Pero para que este temor no lo precipite en una inquietud angustiosa, se le da el apoyo de la oración.
La oración perseverante, animada por la confianza, nos hará ver que nuestra debilidad y nuestra inclinación al pecado no son tan temibles, y estaremos seguros de que, con la súplica, obtendremos el auxilio divino, y de que, si humildemente lo pedimos, siempre podremos orar. La oración es expresión de la esperanza, afianzamiento de la esperanza, garantía de alcanzar lo que promete la esperanza.
Fuente: BERNHARD HÄRING,LA LEY DE CRISTO I,Herder - Barcelona 1961,Págs. 642-653
SECUENCIA DE PASCUA
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
—¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
—A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
lunes, marzo 19, 2007
CARTA DEL JEFE INDIO SEATTLE A FRANKLIN PIERCE, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
En 1854, Franklin Pierce, "el Gran Jefe de Washington", hizo una oferta por una gran extensión de tierras indias, prometiendo crear una "reserva" para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe Seattle, publicada según una versión que se atribuye al guionista americano Ted Perry, más allá de su extraordinaria belleza, se ha convertido en un manifiesto clásico a favor del respeto al medio ambiente:
El gran jefe de Washington manda palabras, quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe también manda palabras de amistad y bienaventuranzas. Esto es amable de su parte, puesto que nosotros sabemos que él tiene muy poca necesidad de nuestra amistad. Pero tendremos en cuenta su oferta, porque estamos seguros de que si no obramos así, el hombre blanco vendrá con sus pistolas y tomará nuestras tierras. El gran jefe de Washington puede contar con la palabra del gran jefe Seattle, como pueden nuestros hermanos blancos contar con el retorno de las estaciones. Mis palabras son como las estrellas, nada ocultan.
¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos, dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán, ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo.
La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas. Los muertos del hombre blanco olvidan de su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas.
Somos parte de la tierra y asimismo, ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros. El se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil ya que esta tierra es sagrada para nosotros. El agua cristalina que corre por ríos y arroyuelos no es solamente el agua sino también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes.
El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objeto que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.
El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo aliento - la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré condiciones: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una máquina humeante puede importar más que el búfalo al nosotros matamos sólo para sobrevivir.
¿Qué seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le suceda a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado. Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos. Esto sabemos: La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos, todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra.
El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, no queda exento del destino común. Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirían, quizás antes que las demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.
Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde esta el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia.
ELLOS Y NOSOTROS
Texto íntegro del manifiesto contra la guerra leído por el Premio Nóbel en Madrid.
Ellos creían que nos habíamos cansado de protestas y que les habíamos dejado libres para seguir en su alucinada carrera hacia la guerra. Se equivocaron. Nosotros, los que hoy nos estamos manifestando, aquí y en todo el mundo, somos como aquella pequeña mosca que obstinadamente vuelve una y otra vez a clavar su aguijón en las partes sensibles de la bestia. Somos, en palabras populares, claras y rotundas para que mejor se entienda, la mosca cojonera del poder.
Ellos quieren la guerra, pero nosotros no les vamos a dejar en paz. A nuestro compromiso, ponderado en las conciencias y proclamado en las calles, no le harán perder vigencia y autoridad (también nosotros tenemos autoridad) ni la primera bomba ni la última que vengan a caer sobre Irak. No digan los señores y las señoras del poder que nos manifestamos para salvar la vida y el régimen de Saddam Hussein.
Mienten con todos los dientes que tienen en la boca. Nos manifestamos, eso sí, por el derecho y por la justicia. Nos manifestamos contra la ley de la selva que Estados Unidos y sus acólitos antiguos y modernos quieren imponer al mundo. Nos manifestamos por la voluntad de paz de la gente honesta y contra los caprichos belicistas de políticos a quienes les sobra en ambición lo que les va faltando en inteligencia y sensibilidad. Nos manifestamos en contra del concubinato de los Estados con los súper-poderes económicos de todo tipo que gobiernan el mundo.
La tierra pertenece a los pueblos que la habitan, no a aquellos que, con el pretexto de una representación democrática descaradamente pervertida, al final les explotan, manipulan y engañan. Nos manifestamos para salvar la democracia en peligro.
Hasta ahora la humanidad ha sido siempre educada para la guerra, nunca para la paz. Constantemente nos aturden las orejas con la afirmación de que si queremos la paz mañana no tendremos más remedio que hacer la guerra hoy. No somos tan ingenuos para creer en una paz eterna y universal, pero si los seres humanos hemos sido capaces de crear, a lo largo de la historia, bellezas y maravillas que a todos nos dignifican y engrandecen, entonces es tiempo de meter mano a la más maravillosa y hermosa de todas las tareas: la incesante construcción de la paz. Pero que esa paz sea la paz de la dignidad y del respeto humano, no la paz de una sumisión y de una humillación que demasiadas veces vienen disfrazadas bajo la mascarilla de una falsa amistad protectora.
Ya es hora de que las razones de la fuerza dejen de prevalecer sobre la fuerza de la razón. Ya es hora de que el espíritu positivo de la humanidad que somos se dedique, de una vez, a sanar las innúmeras miserias del mundo. Esa es su vocación y su promesa, no la de pactar con supuestos o auténticos "ejes del mal".
Amenamente estaban Bush, Blair y Aznar charlando sobre lo divino y sobre lo deshumano, seguros y tranquilos en su papel de poderosos hechiceros, expertos en trucos de trilero y conocedores de eméritos de todas las trampas de la propaganda engañosa y de la falsedad sistemática, cuando en el despacho oval donde se encontraban reunidos irrumpió la terrible noticia de que los Estados Unidos de América del Norte habían dejado de ser la única gran potencia mundial.
Antes de que Bush pudiera asestar el primer puñetazo en la mesa, vuestro presidente José María Aznar se dio prisa en declarar que esa nueva gran potencia no era España. "Te lo juro, George", dijo. "Mi Reino Unido tampoco", añadió rápidamente Blair para cortar la naciente suspicacia de Bush. "Si no eres tú y tú no eres, ¿quién es entonces?", preguntó Bush. Fue Colin Powell, mal creyendo él mismo en lo que estaba pronunciando su propia boca, quien dijo "La opinión pública, señor presidente".
Ya habéis comprendido que esta historieta es un simple invento mío. Os pido por tanto que no le deis importancia. Pero sí la tiene que lo que ya es una evidencia para todos, la más exaltadora y feliz evidencia de estos conturbados tiempos: los hechiceros de Bush, Blair y Aznar, sin quererlo, sin proponérselo, nada más que por sus malas artes y peores intenciones, han hecho surgir, espontáneo e incontenible, un gigantesco, un inmenso movimiento de opinión pública. Un nuevo grito de "No pasarán", con las palabras "No a la guerra", recorre el mundo. No hay ninguna exageración en decir que la opinión pública mundial contra la guerra se ha convertido en una potencia con la cual el poder tiene que contar. Nos enfrentamos deliberadamente a los que quieren la guerra, les decimos NO, y si aun así siguen empecinados en su demencial afán y desencadenan una vez más los caballos del apocalipsis, entonces les avisamos desde aquí que esta manifestación no es la última, que continuaremos las protestas durante todo el tiempo que dure la guerra, e incluso más allá, porque a partir de hoy ya no se tratará simplemente de decir "No a la guerra", se tratará de luchar todos los días y en todas las instancias para que la paz sea una realidad, para que la paz deje de ser manipulada como un elemento de chantaje emocional y sentimental con que se pretende justificar guerras.
Sin paz, sin una paz auténtica, justa y respetuosa, no habrá derechos humanos. Y sin derechos humanos (todos ellos, uno por uno) la democracia nunca será más que un sarcasmo, una ofensa a la razón, una tomadura de pelo. Los que estamos aquí somos una parte de la nueva potencia mundial. Asumimos nuestras responsabilidades. Vamos a luchar con el corazón y el cerebro, con la voluntad y la ilusión. Sabemos que los seres humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor. Ellos (no necesito ahora decir sus nombres) han elegido lo peor.
Nosotros hemos elegido lo mejor.
DESEO
Enseña amor a aquellos que odian, y deja que ese amor te fortalezca. Recuerda que aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos otros que han dejado su huella en ti, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón. No importa si el encuentro fue corto y no era lo que tú esperabas o deseabas.
Que encuentres tiempo cada día para apreciar la belleza y el amor que te rodean. Recuerda que como seres humanos, tenemos muchas cosas en común, pero en el fondo todos somos diferentes. Aprecia y respeta las diferencias.Que veas un futuro lleno de posibilidades. Lo que sientes que careces en el presente puede ser tu fortaleza en el futuro. No te preocupes demasiado por lo material.
Que encuentres suficiente fortaleza en tu interior para determinar por ti mismo tu valor, y no dependas de la opinión de otros para reconocer tus habilidades. Valora más la bondad y la generosidad que habitan en tu corazón.
Autor Desconocido
Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María
La generación de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto. Consideraba él estas cosas, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
—José, hijo de David, no temas recibir a María, como esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Al despertarse, José hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado.
El hombre en quien Dios confió
Queremos celebrar con la mayor solemnidad que podamos a san José, esposo de la Santísima Virgen. Nos alegramos en su fiesta al contemplar que, a un hombre sencillo, se quiso confiar Dios cuando tomó nuestra carne: el Señor confía, valora las capacidades humanas, los deseos sinceros de amar de José, de serle fiel. Por eso, en este día deseamos aprender, primero de Dios que quiso contar con sus criaturas –fiado de ellas– para llevar a cabo su plan de Redención: la empresa más grande jamás pensada. También aprendemos de José que no defraudó a Quien había depositado en él su confianza.
Jesús recibió, de modo especial hasta su madurez, los cuidados de José. El que era su padre ante la ley le transmitió su lengua, su cultura, su oficio... Pensemos en tantos rasgos del carácter de Jesús que serían de José, como sucede de ordinario en las familias. La relación que Dios quiso entre el Santo Patriarca y el Verbo Encarnado pone de manifiesto hasta qué punto Dios valora al hombre. Somos ciertamente muy poca cosa, apenas nos cuesta reconocerlo, al contemplar la fragilidad e imperfección humanas, sin embargo, Dios, no sólo ha tomado nuestra carne naciendo de una Mujer, sino que se dejó cuidar en todo en su primera infancia por unos padres humanos; y luego, algo mayor, aprendió –como decíamos–, quizá sobre todo de su padre, José, las costumbres y tradiciones propias de su región, de su país, de su cultura... Jesús aprendió de José de modo especial el oficio y así era conocido como el artesano o el hijo del artesano.
Pero para entonces, cuando Jesús comenzó a ser conocido en Israel, muy posiblemente José habría fallecido. Las narraciones evangélicas no lo mencionan durante la vida pública del Señor. En su infancia, sin embargo, y antes incluso de su nacimiento, sí que nos hablan de José y de su fidelidad.
Estando desposado con la Santísima Virgen y comprendiendo que Ella esperaba un hijo sin que hubieran convivido, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto. Así manifiesta su virtud: decidió retirarse del misterio de la Encarnación sin infamar a Nuestra Madre y fue necesario que un ángel le dijera: José, hijo de David, no temas recibir a María, como esposa, pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
José es justo, como dice el evangelista, y Dios puede contar con él. No se escandaliza el Santo Patriarca de la concepción milagrosa de María, sino que se dispone, por el contrario, a hacer como el ángel le indica: al despertarse José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa. Y, sin que la hubiera conocido, dio ella a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús. Y así comienza su misión de padre del Redentor según el plan divino. Una tarea sobrenatural –como deben ser todas las tareas humanas– que vivió confiando en Dios mientras veía que Dios había confiado en él.
Tras la visita de los Magos, cuando humanamente podría parecer que las circunstancias mejoraban después de los accidentados sucesos en torno al nacimiento del Niño, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes. No sabemos cuánto tiempo permaneció en Egipto con Jesús y María; el suficiente, en todo caso, para que debiera instalarse establemente en un país extraño, emplearse en una ocupación para mantener a la familia, aprender posiblemente un nuevo idioma, otras costumbres..., y sin saber hasta cuándo..., pues el ángel sólo le había dicho: estate allí hasta que yo te diga... Nuevamente resplandecen la fe y la fidelidad de José.
En su fiesta, nos encomendamos al que fue siempre fiel a Dios, al que contó en todo con la confianza de su Creador. Le pedimos nos consiga de la Trinidad la gracia de una fe a la medida de la suya cuando cuidaba de Jesús y de María; una fe que nos lleve a sentirnos más responsables con Dios, que también se hace presente en nuestra vida y confía en el amor de cada uno.
Pasa el tiempo en Egipto..., Herodes muere y se le indica que vuelva a Israel. Sólo lo veremos ya, junto a María, en aquel viaje, también con el Niño de doce años, a Jerusalén; padeciendo lo indecible porque Jesús está perdido, a pesar de que José habría previsto con su Esposa todos los detalles para evitar contratiempos. En todo caso, siendo José el cabeza de familia, sentiría un particular dolor mientras Jesús estuvo perdido. Pero al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles.
Que queramos sentir también un dolor vivo por la ausencia de Dios en nuestra vida cuando no lo vemos en nuestros quehaceres y que queramos también, con la ayuda de la Santísima Virgen, como José, no parar hasta encontrarlo.
Fuente: Fluvium
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y, después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades. Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo librásteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente y alcanzar la eterna felicidad en el Cielo . Amén
Su carne fue hecha de tu carne, su sangre de tu sangre
San Juan Damasceno
Dios te salve, María,
llena de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
viernes, marzo 16, 2007
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE UNIDAD -5-
Fuente:JUAN PABLO II, AUDIENCIA GENERAL Miércoles 8 de noviembre 2000
OREMOS
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE UNIDAD -4-
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE UNIDAD -3-
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE UNIDAD -2-
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE UNIDAD
LA CRUZ EN LA VIDA
Pretendiendo olvidarme de ella me fui hacia las cumbres, lejos, muy alto, escapando, huyendo; mientras tanto, pensaba: "Allí al menos respiraré fuerte, desaparecerá de mi horizonte el fantasma de la cruz y viviré feliz". Y comencé a subir.
Tú conoces las fatigas que soporté en el ascenso,. las veces que estuve tentado de retroceder, de huir ante el esfuerzo; pero el pensamiento de vivir en las cimas, en paz y sin cruz, me mantenía alerta.
Por fin llegué a la cima; y allí -misterio profundo- lo primero que mis ojos encontraron fue UNA CRUZ. Sí, una cruz.
Entonces me pregunté: ¿qué debo hacer?
De repente comprendí que ya no rehuiré más tu cruz, porque Tú la has plantado en el cruce de mi vida, y sólo en ella encontraré la paz que tanto estoy ansiando y tan desesperadamente voy buscando.
Tú me has enseñado que sin cruz no se puede vivir; pero también me has dicho -y me has convencido- que solamente una vida que, además de llevar la cruz, sabe sobre todo llevar la cruz, es la vida verdaderamente feliz.
Entonces, Señor, ya no te pido que me evites la cruz, sino que me enseñes a llevarla.
Alfonso Milagro
EXAMEN DE CONCIENCIA SOBRE LA HUMILDAD
¿Consiento pensamientos de engreimiento, vanidad y auto-suficiencia, tales como: “qué bueno(a) soy”,
“qué bien hice esto”,
“qué capaz soy”, etc., sin darme cuenta que todo es obra de Dios en mí?
¿Busco de los demás aprobación y reconocimiento?
¿Me doy yo mismo aprobación y reconocimiento … o cualidades y logros los refiero siempre a Dios?
¿Hablo siempre de mí y de mis cosas?
¿Me gusta llevar la voz cantante?
¿Me molesto ante críticas, ataques y humillaciones?
¿Acepto y reconozco mis faltas cuando soy corregido o creo yo tener la razón?
Cuando sirvo, ¿me proyecto yo mismo o soy portador de Dios?
Cuando hablo ¿me dejo inspirar por Dios o es mi propio yo la fuente de inspiración?
¿Trato de llamar la atención con mi supuesta “sabiduría”?
EL ESCANDALO DE LA CRUZ
Pablo se sabe «crucificado con Cristo» (Gal 2,19) y «configurado a su muerte» (Fl 3,10). «Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús» (Gal 6,17). «Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno. Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el mar. Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez». Expresará su dolor a los filipenses «Con lágrimas en los ojos» porque: «muchos viven, según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo...» (Fl 3, 18). «Pasa dolores de parto» (Gal 4,19). « ¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto hasta ver a Cristo formado en vosotros» (Gal 4,19). Pero como la mujer sufre hasta dar a luz, luego se goza por haberle dado un hijo al mundo (Jn 16,21), así el apóstol sufre lo indecible, pero el resultado final es: «ver a Cristo formado en vosotros». «Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Cor 4,10). «Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1,24). «Así la muerte actúa en nosotros, mas en vosotros la vida» (2 Cor 4,12). Sufriendo por los hombres, «continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús», transmite a los hombres «la vida de Jesús» (2 Cor 4,10). « ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!» (Gal 6,14). «Me glorío en mis debilidades... en las persecuciones padecidas por Cristo» (2 Cor 12,9). Desde esta perspectiva se iluminan sus expresiones paradójicas: «Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones» (2 Cor 7,4). En él se hace presente el misterio pascual en su integridad: fuerza en la debilidad, vida en la muerte, gozo en el sufrimiento: «Me alegro de sufrir por vosotros».
Tanto las tribulaciones como el consuelo, tienen valor salvífico: «si somos atribulados, lo somos para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, lo somos para el consuelo vuestro, que os hace soportar con paciencia los mismos sufrimientos que también nosotros soportamos» (2 Cor 1,6). Cuando poco antes de su muerte escriba a Timoteo, le dirá: «yo estoy a punto de ser derramado en libación» (2 Tim 4,6). Dios mismo había reconciliado al mundo consigo por medio de su Hijo, al cual había constituido víctima por los pecados de los hombres (2 Cor 5); si a él se le ha confiado el ministerio de la reconciliación (v.18), sólo puede colaborar eficazmente en la reconciliación de los hombres con Dios, con la ofrenda de la propia vida
LOS VIEJOS ERRORES
Tanto Lutero como Calvino negaron la necesidad de cooperar a la gracia, enseñando que sólo la fe justifica y nos aplica los méritos de Cristo. “Sola fides; sola gratia; sola Scriptura”. Desde que Pablo VI entrara en la última sesión del Vaticano II con un cilicio en sus carnes y dijera a mi Arzobispo entre sollozos: “Tutta Chiesa e inficionata”, ¡cuántos avances han conseguido estos gravísimos errores, cuántos virus han extendido la epidemia difusa y larvada que nos invade, más perniciosa que los virus informáticos que han invadido millones de ordenadores, contradiciendo a la Sagrada Escritura y al Magisterio, que es el único que tiene el carisma y la misión ministerial de interpretar la Biblia. Allí donde la Sagrada Escritura es extraída de la voz viva de la Iglesia, se convierte en víctima de las disputas de los expertos.
Ciertamente todo lo que éstos pueden decirnos es importante y precioso; el trabajo de los sabios nos es de notable ayuda para poder comprender el proceso vivo con el que creció la Escritura y comprender así su riqueza histórica. Pero la ciencia por sí sola no puede ofrecernos una interpretación definitiva y vinculante; nos es capaz de darnos, en la interpretación, esa certeza con la que podemos vivir y por la que también podemos morir. Para ello se necesita la voz de la Iglesia viva, de esa Iglesia confiada a Pedro y al colegio de los apóstoles hasta el final de los tiempos. Esta potestad de enseñanza da miedo a muchos hombres dentro y fuera de la Iglesia. Se preguntan si no es una amenaza a la libertad de conciencia, si no es una presunción que se opone a la libertad de pensamiento. No es así. El poder conferido por Cristo a Pedro y a sus sucesores es, en sentido absoluto, un mandato a servir. La potestad de enseñar, en la Iglesia, comporta un compromiso al servicio de la obediencia a la fe. Es preferible, decía el famoso teólogo Rahner, ser granos de trigo dentro de la Iglesia, que árboles frondosos fuera.
Y ¡cuántos son los que pretenden suplantar esta interpretación por el “libre examen personal”!, ha dicho Benedicto XVI, e su toma de posesión de su Cátedra de San Juan de Letrán. ¿Qué sentido tiene proclamarse teólogos católicos, si se apartan de la fe de la Iglesia y de su Magisterio? ¿Pretenden que les sigamos a ellos y nos apartemos de la Cabeza, a quien Cristo confió el ministerio de confirmar en la fe a sus hermanos? "La fe sin obras es muerta" (Sant 2,20). "No son justos los que oyen la ley, sino aquéllos que la cumplen" (Rom 2,13). Y el mismo Cristo declara que en el juicio final serán sentados a la derecha los que hayan practicado las obras de misericordia (Mt 25,34). Y "Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos" (Mt 19,17). Y San Agustín dice: "El que te creó sin ti, no te salvará sin ti". Para esta supuesta cultura, la teología de la cruz es una locura o una necedad, como decía el Apóstol, y no duda en preguntar Isaías: ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor?
EL MISTERIO DE LA CRUZ
El enigma misterioso de la cruz sólo Dios lo entiende. Y los Santos, en la medida que él les concede. San Juan María Vianney se escapaba de su parroquia de Ars porque no se veía capaz. No le era más fácil la vida en Ars, pues en ningún monasterio, por estricto que fuera, habría vivido una vida tan dura como la que él mismo se impuso en Ars. Desde las dos de la mañana en el confesionario, lo que le dolían eran los pecados que escuchaba y perdonaba, pues él no buscaba en su parroquia vivir una tranquila vida; era un hombre de una penitencia durísima, y en cualquier monasterio habría comido tres veces al día, por lo menos, y no las patatas mohosas que el mismo se cocía para toda la semana, ni los sacrificios asombrosos que se imponía para convertir a los pecadores. Y, ¿cuáles eran los motivos de los llantos en la misa de San Pío de Pietrelcina? Los pecados.
Por cierto, a Jesús lo crucificaron los romanos instigados por las autoridades religiosas de los judíos. Pero, se me ocurre preguntar: ¿Quién crucificó a Francisco de Asís? ¿Quién transverberó a Santa Teresa? Y más cerca de nosotros: ¿Quién estigmatizó a San Pío de Pietrelcina? El pecado es una tremenda realidad, un misterio de iniquidad, dice San Pablo. “Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre ni tenía aspecto humano; así asombrará a muchos pueblos; ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?”. ¿Quién es el que ve la distancia del pensamiento del hombre del pensamiento de Dios? “Mi siervo tendrá éxito”. A un compañero párroco que se lamentaba al Cura de Ars de lo fría que estaba su feligresía, respondía San Juan María Vianney: -“¿Habéis orado, habéis ayunado? ¿Os habéis disciplinado?”- Una vecina suya oía todas las noches los golpes de su penitencia y, asombrada y compadecida, decía: -¡Cuándo pararás! ¡¡Cuándo pararás!!-. Pero él, que se había encontrado una comunidad parroquial descristianizada, a los quince años de su pastoreo, decía: “Ars ya no es Ars…El cementerio de Ars es un relicario”… Con mis propios ojos he visto las gotas de sangre de San Francisco de Borja, Duque de Gandia, conservadas en los azulejos del oratorio del palacio ducal. Un día, vestido con la pobre sotana y manteo de jesuita, llevaba una olla para los pobres, lo que suponía una gran humillación para él, que había sido el hombre de mayor confianza del emperador Carlos V y Virrey de Cataluña. Intentó esconderla debajo del manmanteo, y para vencer la tentación se la colocó sobre la cabeza.
Es verdad que lo más importante es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Pero no hay amor más grande que morir por los amigos, dijo Jesús. San Juan de la Cruz, que había sufrido durante nueve meses la cárcel de Toledo, confiaba a una monjita los regalos espirituales que recibió en compensación. En efecto, nos ha dejado su testimonio en su maravilloso “Cántico Espiritual”, donde pide “entremos más adentro en espesura”, espesura de sufrimientos.
¿CÓMO REDIMIR AL HOMBRE DEL PECADO?
No puede la teología dejar de enseñar, tanto los antiguos como los modernos y aún los actualísimos, uno de los mayores y Padre del Concilio Vaticano II, Hans Urs Von Balthasar, creado Cardenal por Juan Pablo II, las distintas opciones de Dios ante el pecado: dejar al género humano sufriendo sus consecuencias; perdonarlo sin reparación adecuada, como lo destaca Guardini, que tampoco es Santo Tomás; o exigir una satisfacción condigna, término teológico que significa proporcionalidad entre lo que se debe y lo que se paga. Dicho de otro modo: El pecado es una ofensa infinita, por el término ad quem, que es Dios infinito. O Dios no es misericordioso y abandona al hombre, lo cual es imposible; o perdona al hombre sin exigirle reparación justa. Elije y determina la satisfacción condigna, la más digna según su justicia, sabiduría y misericordia. Esta satisfacción exige pagar la deuda de la ofensa infinita, pero, como el hombre no es capaz de pagar de esta manera, pagará él. El Verbo se hará hombre para poder morir y reparará la ofensa y las demás consecuencias del pecado. Esto se llama Redención, misterio inescrutable. El misterio de la Encarnación consiste en la unión de la naturaleza humana con la divina en la persona del Verbo de Dios. Dios formó una concreta naturaleza humana en las entrañas de la Virgen María y la hizo subsistir en la persona divina del Verbo. Por esta unión hipostática de la persona divina del Verbo con la naturaleza humana, Cristo, que es verdadero Dios, es también verdadero hombre. El hombre pecó por soberbia: "Seréis como dioses, y Dios se hará hombre por obediencia, para hacer al hombre Dios.
Al encarnarse Dios, se manifiesta su bondad infinita; su misericordia; su justicia; su sabiduría, para unir la misericordia con la justicia; su poder infinito, porque es imposible realizar gesta mayor que la encarnación del Verbo, al juntar en ella lo finito con lo infinito. Dios, Juez Supremo, pudo haber perdonado el pecado gratuitamente, o pudo haber exigido una reparación congrua. Quiso unir la justicia con la misericordia. Dice Santo Tomás de Villanueva: "Muchos medios he intentado y buscado para que los hombres dejen la vanidad y me sigan, y ninguno sirve de nada; uno sólo resta para convencerlos, que es darles a entender cómo infinitamente los amo, haciéndome hombre".
EL DOLOR MAYOR
Y manifestándoles cuánto les amo con la prueba de lo mucho que sufro, infinitamente más que ningún hombre ha sufrido, pues "Mirad y ved si hay dolor como mi dolor" (Is 1, 12). Santo Tomás, comentando el texto de Isaías, explica por qué el dolor físico y moral de Cristo ha sido el mayor de todos los dolores: Por las causas de los dolores: el dolor corporal fue acerbísimo, tanto por la generalidad de sus sufrimientos, como por la muerte en la cruz. El dolor interno fue intensísimo, pues lo causaban todos los pecados de los hombres, el abandono de sus discípulos, la ruina de los que causaban su muerte y, por último, la pérdida de la vida corporal, que naturalmente es horrible para la vida humana natural. Por la sensibilidad del paciente: el cuerpo de Cristo era perfecto, muy sensible, como conviene al cuerpo formado por obra del Espíritu Santo. De ahí que, al tener finísimo sentido del tacto, era mayor el dolor. Lo mismo puede decirse de su alma: al ser perfecta comprendía eficacísimamente todas las causas de la tristeza.
Por la pureza misma del dolor: porque otros que sufren pueden mitigar la tristeza interior y también el dolor exterior, con alguna consideración de la mente, Cristo en cambio no quiso hacerlo. Porque el dolor asumido era voluntario. Y así, por desear liberar de todos los pecados, quiso sufrir el dolor en proporción al fruto. Y de ahí se sigue que el dolor de Cristo ha sido el mayor de cuantos dolores ha habido (Suma III; q 46, a 6). "¿Quién no amará al que nos amó de tal manera?”Nos lavó de nuestros pecados con su sangre" (Ap ,5). Somos el niño de sus delicias, como dice Jeremías: “¿Es mi hijo querido Efraín? ¿Es el niño de mis delicias? Siempre que lo reprendo se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión” (Jr 41,15).
SATISFACCION VOLUNTARIA, COMPLETA Y CONDIGNA
Pagó la pena debida por los pecados. "Llevó la pena de todos nuestros pecados sobre su cuerpo en el madero de la Cruz" (1 Pe 2,24). Aunque Cristo satisfizo por nuestros pecados en todos los actos de su vida, quiso que sus satisfacciones y sus méritos sólo produjesen sus efectos después de su pasión, refiriéndolo todo a su muerte. Por eso la Sagrada Escritura atribuye todas las satisfacciones y méritos de Cristo al sacrificio de la Cruz. La satisfacción de Cristo fue voluntaria: "Fue ofrecido porque él mismo lo quiso", (Is 53,7); "Nadie me arranca la vida, sino que la doy por propia voluntad" (Jn 10,18). Fue completa porque es suficiente para reconciliarnos con Dios y borrar nuestros pecados: "La sangre de Cristo nos purifica de todo pecado" (1 Jn 1,7); condigna y superabundante porque hay proporción entre lo que se debe y lo que se restituye. El acreedor que perdona una parte de la deuda al deudor, recibe satisfacción deficiente y no condigna. La satisfacción de Cristo fue condigna, porque guardó proporción con la ofensa. Si la ofensa causada a Dios con el pecado es “quodammodo infinita”, la satisfacción de Cristo fue de valor infinito. Me explico: La magnitud de una ofensa se mide por la dignidad de la persona ofendida. Es mucho más grave la ofensa a un Jefe de Estado, que a un soldado raso. Siendo Dios de majestad infinita, la ofensa hecha a El con el pecado, es en este sentido infinita. La satisfacción de Cristo fue superabundante; pagó más de lo que debíamos. "Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia" (Rom 5,20). Cualquier acto del Hijo de Dios era infinito, porque procedía de la persona infinita del Verbo. Su satisfacción es superabundante y "su redención copiosa " (Sal 20, 7). No sólo nos perdonó el pecado y la pena debida, sino que nos mereció la gracia y el derecho al cielo.
La satisfacción de Cristo y sus méritos son una verdadera restauración del hombre, pues le devuelven los dones de orden sobrenatural arrebatados por el pecado. "Si por el pecado de uno sólo murieron todos los hombres, mucho más copiosamente la gracia de Dios se derramó sobre todos" (Rom. 5,10). "Tenemos la firme esperanza de entrar en el santuario del cielo por la sangre de Cristo" (Heb10, 19). "Nos bendijo con toda suerte de bienes espirituales en Jesucristo" (Ef 1,3). "El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó, ¿cómo será posible que no nos dé con El todos los bienes?" (Rom 8, 32). Dice Santo Tomás: "La cabeza y los miembros pertenecen a la misma persona; siendo, pues, Cristo nuestra cabeza, sus méritos no nos son extraños, sino que llegan hasta nosotros en virtud de la unidad del cuerpo místico" (Sent 3, c18, a 3). "Como todos mueren en Adán, todos en Cristo han de recobrar la vida" (1 Cor 15,22).
Al P. Luis de Sant Angelo en Segovia, escribe San Juan de la Cruz: “Si en algún tiempo, hermano mío, le persuadiere alguno, sea o no prelado, doctrina de libertad y más alivio, no la crea ni abrace, aunque se la confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia y desasimiento de todas las cosas; y jamás, si quiere llegar a la posesión de Cristo, le busque sin la cruz. Pues Jesús realizó la gesta más grande para redimirnos cuando estaba en la cruz desnudo de lo sensitivo, de lo afectivo y en la mayor aflicción, incluso abandonado del Padre”. ¡Qué sabe el que no ha padecido! Jesús nos pide que amemos al Padre y a los hermanos, pero no hay prueba mayor de amor que morir por los amigos
EL SUFRIMIENTO SEGUN JUAN PABLO II
Si tiene que escoger, no dude ni un segundo. Decídase por la vida del bebé”, dice al ginecólogo, Gianna Emmanuela Bereita Molla, beatificada el 24 de abril de 1994, ante la presencia de su esposo y su hija de treinta y dos años, Gianna Emmanuela, nacida a costa de la vida de su madre. Juan Pablo resbaló en su cuarto de baño. Tras permanecer en el apartamento durante la noche, al día siguiente fue trasladado a la Policlínica Gemelli donde se le implantó una cadera artificial para solucionar la fractura del fémur. Ya nunca podría caminar como antes. Como la familia es atacada, dice Juan Pablo II, el Papa tiene que sufrir para que el evangelio del sufrimiento guíe a todas las familias del tercer milenio. Karol Woytyla ha escrito un poema en el que San Estanislao dice al rey de Polonia: “Mis palabras no te han convencido; mi sangre te convencerá”.
Desde el punto de vista bíblico, a veces el dolor, no una represalia divina, un castigo, sino una oportunidad para reconstruir el bien en el sujeto que sufre. No, Dios no es rencoroso; es un gran señor elegantísimo; un amigo delicadísimo e infinitamente delicado. No se dedica a echar sal en las heridas; jamás hace una gracia al estilo de aquel padre grosero y rudo que quiere hacerle una caricia al niño y le saca un ojo. No es como aquel médico zafio de tiempos lejanos, que se empeñaba en curar a los enfermos a pellizcos o a pescozones y frotando las heridas con papel de lija, justificando su práctica desquiciada. Los hombres, por la escasez de su horizonte, siempre han trasladado a Dios sus propios defectos y pasiones, y por lo mismo, también a los otros hombres, según el refrán popular: Piensa el ladrón que todos son de su condición. Lógico. No son capaces de descubrir en los demás motivaciones que puedan ser más elevadas que las suyas.
Pero Dios es muchísimo más sensible, infinitamente más, que el Beato Juan XXIII, que acostumbraba cuando tenía que corregir, hacerlo con delicadeza, porque --decía-- era mejor una caricia que un pellizco; y que el Cardenal Montini, futuro Pablo VI quien, siendo Arzobispo de Milán, sufría tanto cuando tenía que amonestar, que enviaba a su secretario a consolar al dolorido paciente con estas o parecidas palabras: “Dígale que es el mismo para el Señor Cardenal, no ha perdido su confianza, es el mismo que antes”. Y ambos tenían autoridad, la máxima autoridad y misión. Al hombre le puede ocurrir lo que acaba de declarar un presidente de una Comunidad Autónoma de España: “Yo necesito país para hacer socialismo”. No “necesita socialismo para hacer país”, sino todo lo contrario. Ha confundido los términos. El fin el socialismo, los medios, el país. Dios el medio, el hombre el fin.
EXALTACION DE LA CRUZ
“¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él cargó con el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. Alégrate, estéril, que no dabas a luz, rompe a cantar con júbilo la que no tenías dolores; porque la abandonada tendrá más hijos que la casada. Ensancha el espacio de tu tienda, despliego sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas; porque te extenderás a izquierda y derecha. Tu estirpe heredará las naciones y poblará ciudades desiertas” (Is 53-54). Esa es la exaltación de la Santa Cruz. “Porque se muy bien lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción, daros un porvenir y una esperanza. Me buscaréis y me dejaré encontrar y cambiaré vuestra suerte” (Jr 29,13).
EL DÍA DEL SEÑOR
Fuente: Colección "Hablar con Dios" por Francisco Fernández Carvajal, EdicionesPalabra. Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre
CUENTO
CUANDO 24 HORAS AL DÍA NO SON SUFICIENTES, RECUERDA EL FRASCO Y EL CAFÉ.
Un profesor, delante de su clase de filosofía, sin decir palabra tomó un frasco grande que estaba vacío y procedió a llenarlo con pelotas de golf.Luego le preguntó a sus alumnos si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. Así que el profesor tomó una caja llena de bolitas y la vació dentro del frasco. Las bolitas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntarles a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí. Luego el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco, por supuesto la arena llenó todos los espacios vacíos y elprofesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron un "si" unánime. El profesor enseguida agregó 2 tazas de café humeante al contenido y efectivamente llenó todos los espacios vacíos por la arena. Los estudiantes rieron en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo: Quiero que se den cuenta que este frasco representa la vida.
Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la salud, los amigos, las cosas que te apasionan. Son cosas que aun si todo lo demás lo perdiéramos y solo estas quedaran, nuestras vidas aun estarían llenas. Las bolitas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el auto, etc. La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas. Si ponemos la arena en el frasco primero, no habrá espacio para las bolitas ni para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad.Juega con tus hijos, tómate tiempo para consultar al doctor, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua. Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan.>Establece tus prioridades, el resto es solo arena". Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó que representaba el café.El profesor sonrió y dijo: " Que bueno que lo preguntas. Solo es para demostrarles que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para una taza de café con un amigo".
EL. CAMINO DE LA ESPERANZA
El camino de la esperanza comienza con el temor de los castigos eternos, con el temor de verse privado y excluido del amor de Dios, y con el aprecio de los bienes sobrenaturales que Dios nos ofrece. Luego tiene que libertarse el alma de los falsos goces y falsos bienes que la cautivan, para poder así despertar la confianza en la bondad y el auxilio divinos : así es como el hombre anda por el camino de la divina esperanza; es el camino hacia la alegría y el camino de la alegría; pero camino que va siempre marcado por la cruz de Cristo, pues es la vía de la paciencia en los sufrimientos: "¿No era conveniente que Cristo padeciese todas estas cosas y entrase así en su gloria?" (Lc 24, 26; 1 Petr 4, 1; 5, 10; cf. Sap 3, 4). Cristo probó su obediencia en la pasión (Hebr 5, 8) : los sufrimientos que Dios nos envía son también para nosotros el punto culminante de la prueba de la obediencia. El camino de la esperanza sigue también el camino de los preceptos, cuya quintaesencia es el precepto del amor. "Si quieres entrar en la vida observa los mandamientos" (Mt 19, 17). El cristiano ha de considerar la realiiación de su esperanza como recompensa por la prueba de fidelidad a los preceptos. El camino de la esperanza, en sentido pleno, es Cristo. Él es la nueva ley de gracia en nosotros. Y su precepto es que permanezcamos en Él, y que obremos según su espíritu. También Él será nuestra recompensa (cf. Apoc 22, 12 ; Is 40, 10).
Se trata, empero, de una recompensa del todo gratuita, que sólo se concede a la perseverancia en el bien, y ésta no puede merecerse, sino sólo pedirse ; de ahí que el camino de la esperanza sea el camino de la súplica, al mismo tiempo que el de la obediencia amorosa.
El temor, aliado de la esperanza, viene a sacudir la somnolencia del cristiano. Pero para que este temor no lo precipite en una inquietud angustiosa, se le da el apoyo de la oración.
La oración perseverante, animada por la confianza, nos hará ver que nuestra debilidad y nuestra inclinación al pecado no son tan temibles, y estaremos seguros de que, con la súplica, obtendremos el auxilio divino, y de que, si humildemente lo pedimos, siempre podremos orar. La oración es expresión de la esperanza, afianzamiento de la esperanza, garantía de alcanzar lo que promete la esperanza.
Fuente: BERNHARD HÄRING,LA LEY DE CRISTO I,Herder - Barcelona 1961,Págs. 642-653
Secuencia de Pascua
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
—¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
—A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
CADA DÍA ES UNA CARICIA DEL AMOR DE DIOS
ORACION DE LA PROSPERIDAD
Dios Padre celestial, el más Cortés y Amoroso, yo te oro a ti quien bendice a mi familia abundantemente. Yo sé que tu reconoces, que una familia es más que sólo una madre y padre, hermana y hermano, marido y esposa, donde todos creen y confían en ti.Mi Dios yo te elevo una oración para que puedas bendecidme financieramente. Asimismo, deseo esta bendición financiera, no sólo para la persona que me envió este correo sino para todos a los que yo se los transmitiré y a todos los que en adelante lo reciban.Sabemos que el poder de la oración unida por todos aquellos que creen y confían en ti Padre Amado es lo más poderoso que puede existir.Yo te agradezco de antemano tus bendiciones. Que DIOS Padre, le entregue ahora mismo a la persona que lee esto, la cancelación de todas sus deudas y cargas en armonía perfecta para todo el mundo.Que derrame su piadosa sabiduría y que podamos ser unos buenos servidoresy administradores de las bendiciones financieras de Dios.Sabemos lo maravilloso y poderoso que eres, y sabemos que si apenas te obedecemos y caminamos en tu palabra y tenemos la fe del tamaño de una semilla de mostaza, tú derramarás sobre nosotros todas tus bendiciones.Te agradezco ahora Señor por las bendiciones que acabamos de recibir y las bendiciones por venir. En el nombre de Jesús yo oro, Amén.