El Espíritu Santo descenderá sobre ti y la potencia del Altísimo te cubrirá con su sombra. En un aparente paralelismo se superponen dos imágenes provenientes de diferentes momentos de la tradición para describir lo misterioso y lo indecible.
La primera imagen alude al relato de la Creación (Gn 1, 2) y caracteriza el acontecimiento como una creación nueva: El, el Espíritu creador, es el fundamento de todo lo que es; ese Dios inaugura aquí una nueva creación a partir de la antigua. Así es definido el corte radical que significa la venida de Cristo.
La segunda imagen - la potencia del Altísimo te cubrirá con su sombra - pertenece a la teología del culto de Israel; ella nos remite a la nube que cubre con su sombra el Templo e indica también la presencia de Dios. María aparece como la morada santa, en quien la presencia oculta de Dios se hace evidente.
Cardenal José Ratzinger (papa Benedicto XVI) La Hija de Sion
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
La primera imagen alude al relato de la Creación (Gn 1, 2) y caracteriza el acontecimiento como una creación nueva: El, el Espíritu creador, es el fundamento de todo lo que es; ese Dios inaugura aquí una nueva creación a partir de la antigua. Así es definido el corte radical que significa la venida de Cristo.
La segunda imagen - la potencia del Altísimo te cubrirá con su sombra - pertenece a la teología del culto de Israel; ella nos remite a la nube que cubre con su sombra el Templo e indica también la presencia de Dios. María aparece como la morada santa, en quien la presencia oculta de Dios se hace evidente.
Cardenal José Ratzinger (papa Benedicto XVI) La Hija de Sion
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
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