Hija del hombre que llevas al Creador en tus brazos, realmente, tú eres más bella que toda la creación, ya que en ti sola el Creador ha compartido las primicias de nuestra humanidad. Su carne fue hecha de tu carne, su sangre de tu sangre. Dios se alimentó de tu leche, tus labios tocaron los labios de Dios. Por todo tu ser, tú eres la alcoba nupcial del Espíritu, la Ciudad de Dios vivo que se alegren los torrentes del río que son los carismas del Espíritu, toda bella, toda cerca de Dios! ¡Santo es Dios el Padre que ha querido que en ti se cumpla el misterio que él había predeterminado antes de todos los siglos! Santo Fuerte es el Hijo de Dios que te hace nacer para El nacer de ti. Santo Inmortal el Espíritu de toda santidad que por el rocío de su divinidad te guarda indemne al fuego divino que significaba la zarza ardiente de Moisés!
San Juan Damasceno
Dios te salve, María,
llena de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
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