Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy comenzamos la QUINTA PARTE: HACIA LA SANTIDAD.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino recoleto.
Tema: LA TERNURA DE DIOS. (final).
No le tengas miedo, Él tiene contados hasta los pelos de tu cabeza y conoce todos tus problemas, cuéntale todo lo que te pasa y déjale ayudarte. Él te dice: "No tengas miedo, solamente confía en Mí" (Marcos 5, 36).Ahora escucha la Palabra de Dios "Como un Padre tiene ternura con sus hijos, así el Señor tiene ternura con sus fieles" (Salmo 103, 13). Él nos toma en sus brazos y nos hace caricias como a un niño pequeño. "Cuando Israel era un niño yo le amé... lo levanté en mis brazos, lo atraje con ligaduras humanas, con lazos de amor. Fui para ellos como quien alza una criatura contra su mejilla y me bajaba hasta ella para darle de comer" (Oseas 11, 1-4). "Yo os consolaré como cuando a uno le consuela su madre" (Isaías 66, 13).Sí, Dios es un Padre amoroso que nos cuida como una madre. Su ternura y sus caricias nos las manifiesta de muchas maneras; a veces, en la intimidad de la oración; otras veces, a través del cariño de nuestros seres queridos; a veces también, a través de la sonrisa de los niños o de la belleza de la naturaleza. Pensemos en Jesús, el Dios hecho hombre, cómo quería a los niños. "Los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos" (Marcos 10, 16). Él nos mira como al joven rico, a quien "miró con cariño y lo amó" (Marcos 10, 21).Por eso, puedes confiar en su amor y decirle con cariño: "Abba, papá". "Aunque mi padre y mi madre me abandonen, Tú me acogerás" (Salmo 27, 10). Dios mío, "guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas" (Salmo 17, 8). "Tú eres mi Padre, mi Dios, la roca de mi salvación" (Salmo 89, 27). Y puedes decirle, como Jesús: "Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22, 42). "Padre, en tus manos encomiendo mi vida" (Lucas 23, 46).Sí, "confía en Dios y obra el bien. Haz del Señor tus delicias y Él te dará lo que te pide tu corazón. Encomiéndale todos tus afanes, confía en Él y Él actuará" (Salmo 36, 3-5).
Que la ternura de Dios sea tu criterio para juzgar todas las cosas, pues Él no se olvida ni del más pequeño de sus hijos. A este respecto, la Madre Teresa de Calcuta cuenta que, en una ocasión, vino a visitarla un padre de familia, desesperado, porque su hijo estaba gravemente enfermo y para curarse necesitaba una medicina muy cara que sólo se encontraba en Inglaterra. Todavía estaba hablando, cuando le regalaron una cesta de medicinas y... ¡Qué alegría! Precisamente, encima de todas, estaba la medicina que necesitaba aquel hombre para su hijo. La Madre Teresa comentaba: "Hay tantos millones de niños en el mundo y, sin embargo, Dios tiene tiempo para pensar en este pequeñito". Así es nuestro Dios, bueno y "cariñoso con todas sus criaturas" (Salmo 145, 9). Él te ama a ti también y "Él te co lmará de gracia y de ternura" (Salmo 103, 4).
Un saludo cordial en los Corazones de Jesús y María.
José Luis Elizalde Esparza.
jueves, agosto 07, 2008
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