domingo, septiembre 30, 2007

La Santa Virgen no ha muerto, subió a los cielos en cuerpo y alma


La Santa Virgen no ha muerto, subió a los cielos en cuerpo y alma
El 30 de septiembre de 1947, en Arcachon, la familia Bouhours recibe en su casa uno de los videntes de Espis. Ese día una «señora vestida de blanco y con un velo amarillo sobre la cabeza se le aparece» a su hijo Gil (1944-1960), nacido en Bergerac, curado de una meningitis encefálica, después de terminada una novena a la Virgen. Ella le pide que se dirija a Espis. El padre no sabía dónde se encontraba esta villa y Gil obtuvo la respuesta: «al lado de Moissac». El padre lleva uno de los videntes para confrontarlo con Gil. Ahí se produce otra aparición; entonces, llaman a Gil que también la ve. Otras apariciones se suceden los días 2, 4 y 6 de octubre. Gil se marcha a Epis el 13 de octubre de 1947, su joven edad y su firmeza límpida se imponen ante el grupo. De regreso a Arcachon tiene varias apariciones. De nuevo, se dirige a Epis el 13 de febrero de 1948 (siempre un 13 del mes). Y volverá al lugar cada mes, 32 veces hasta en agosto, pero el 13 de septiembre de 1950, enterado sobre la interdicción del Obispo, Monseñor de Courrèges, no vuelve más al bosque de Epis. Las apariciones se darán en su casa en Moissac y en Seilhan Luego, solicita ver al Papa para entregarle un secreto. En la primera audiencia, el 10 de diciembre de 1949, no consigue expresarse. Durante la segunda audiencia, el 1 de mayo de 1950, le dice a Pío XII su secreto: «La Santa Virgen no ha muerto, ella subió a los cielos en cuerpo y alma». Pío XII y su consejero, el padre Rosquini se quedaron estupefactos, pues el Papa, impresionado por la opinión de inmortalidad (según la cual la Virgen no habría pasado por la muerte) evitaba definirla y se contentaba con decir que la Virgen « al final de su vida terrestre, había sido transportada en cuerpo y alma».


Diccionario de las Apariciones del Padre. René Laurentin - Ediciones Fayard, Francia, 2006
Yo soy la Reina Dolorosa de Polonia

En mayo de 1850, en Lichen, a 60 kms. de Poznan, en el bosque de Gräblin, el pastor,Nicolás Sikatka, « vio bajar del cielo, a una señora vestida de blanco y amarillo, con un velo cubierto de diamantes y una corona resplandeciente ». La aparición le muestra el rosario de perlas que tiene en sus manos, y luego, su pecho. Un « águila blanca » se destaca sobre su manto. « Yo soy la Reina Dolorosa de Polonia, le dice, y vengo a consolar y advertir a mis pobres hijos! Vengo a sacar a mis hijos de la miseria interior en que han caído, a despertar el valor y la caridad en los corazones adoloridos y proponerles la paz y la libertad para el mañana ». Luego, Nicolás cuenta que Ella juntó las manos, elevó los ojos y despareció dentro de una gran luz ». En los días siguientes, la Virgen se mostró de nuevo y dijo: «¡Hay que hacer penitencia por tantos pecados! ¡La borrachera y el libertinaje ofenden a Jesús! ¡Las blasfemias ofenden a la Majestad divina! Lo que más hiere mi corazón es el desprecio que tienen de Dios». El 13 de agosto de 1850 Nicolás vio a la Virgen por última vez. « Graves castigos se abatirán sobre ustedes, declaró Ella, y yo, Madre de Misericordia, deseo protegerlos y salvarlos. Expongan aquí un icono mío y vengan a rezar a esta fuente de gracia y de paz ». Pero Nicolás será hecho prisionero por los prusianos. El 29 de septiembre de 1852 un icono es suspendido de un ciprés en el lugar de las apariciones. En seguida, ocurren curaciones del cólera. El obispo diocesano organiza una procesión en la que 80,000 personas toman parte. Los prusianos ejercen una dura represión contra las manifestaciones públicas de los católicos. El icono permanecerá escondido hasta en 1945. Pero el 15 de agosto de 1966, Mons. Stefan Wysynsky, primado de Polonia, coronará finalmente el icono ante 130,000 fieles.


Abad René Laurentin Diccionario de las Apariciones - Francia, Ediciones Fayard 2006

jueves, septiembre 27, 2007

Sueño de San Juan Bosco: LAS DOS COLUMNAS
(Memorias Biográficas de San Juan Bosco, Tomo VII, págs. 169-171)

El 26 de mayo de 1862 Don Bosco había prometido a sus jóvenes que les narraría algo muy agradable en los últimos días del mes. El 30 de mayo, pues, por la noche les contó una parábola o semejanza según él quiso denominarla. He aquí sus palabras: «Os quiero contar un sueño. Es cierto que el que sueña no razona; con todo, yo que os contaría a Vosotros hasta mis pecados si no temiera que salieran huyendo asustados, o que se cayera la casa, se lo voy a contar para su bien espiritual. Este sueño lo tuve hace algunos días. Figúrense que están conmigo a la orilla del mar, o mejor, sobre un escollo aislado, desde el cual no ven más tierra que la que tienen debajo de los pies. En toda aquella superficie líquida se ve una multitud incontable de naves dispuestas en orden de batalla, cuyas proas terminan en un afilado espolón de hierro a modo de lanza que hiere y traspasa todo aquello contra lo cual llega a chocar. Dichas naves están armadas de cañones, cargadas de fusiles y de armas de diferentes clases; de material incendiario y también de libros (televisión, radio, internet, cine, teatro, prensa), y se dirigen contra otra embarcación mucho más grande y más alta, intentando clavarle el espolón, incendiarla o al menos acerle el mayor daño posible.
A esta majestuosa nave, provista de todo, hacen escolta numerosas navecillas que de ella reciben las órdenes, realizando las oportunas maniobras para defenderse de la flota enemiga. El viento le es adverso y la agitación del mar favorece a los enemigos. En medio de la inmensidad del mar se levantan, sobre las olas, dos robustas columnas, muy altas, poco distante la una de la otra. Sobre una de ellas campea la estatua de la Virgen Inmaculada, a cuyos pies se ve un amplio cartel con esta inscripción: Auxilium Christianorum. Sobre la otra columna, que es mucho más alta y más gruesa, hay una Hostia de tamaño proporcionado al pedestal y debajo de ella otro cartel con estas palabras: Salus credentium. El comandante supremo de la nave mayor, que es el Romano Pontífice, al apreciar el furor de los enemigos y la situación apurada en que se encuentran sus leales, piensa en convocar a su alrededor a los pilotos de las naves subalternas para celebrar consejo y decidir la conducta a seguir. Todos los pilotos suben a la nave capitaneada y se congregan alrededor del Papa. Celebran consejo; pero al comprobar que el viento arrecia cada vez más y que la tempestad es cada vez más violenta, son enviados a tomar nuevamente el mando de sus naves respectivas.
Restablecida por un momento la calma, el Papa reúne por segunda vez a los pilotos, mientras la nave capitana continúa su curso; pero la borrasca se torna nuevamente espantosa. El Pontífice empuña el timón y todos sus esfuerzos van encaminados a dirigir la nave hacia el espacio existente entre aquellas dos columnas, de cuya parte superior todo en redondo penden numerosas áncoras y gruesas argollas unidas a robustas cadenas. Las naves enemigas dispónense todas a asaltarla, haciendo lo posible por detener su marcha y por hundirla. Unas con los escritos, otras con los libros, con materiales incendiarios de los que cuentan gran abundancia, materiales que intentan arrojar a bordo; otras con los cañones, con los fusiles, con los espolones: el combate se torna cada vez más encarnizado. Las proas enemigas chocan contra ella violentamente, pero sus esfuerzos y su ímpetu resultan inútiles. En vano reanudan el ataque y gastan energías y municiones: la gigantesca nave prosigue segura y serena su camino. A veces sucede que por efecto de las acometidas de que se le hace objeto, muestra en sus flancos una larga y profunda hendidura; pero apenas producido el daño, sopla un viento suave de las dos columnas y las vías de agua se cierran y las brechas desaparecen.
Disparan entretanto los cañones de los asaltantes, y al hacerlo revientan, se rompen los fusiles, lo mismo que las demás armas y espolones. Muchas naves se abren y se hunden en el mar. Entonces, los enemigos, encendidos de furor comienzan a luchar empleando el arma corta, las manos, los puños, las injurias, las blasfemias, maldiciones, y así continúa el combate. Cuando he aquí que el Papa cae herido gravemente. Inmediatamente los que le acompañan acuden a ayudarle y le levantan. El Pontífice es herido una segunda vez, cae nuevamente y muere. Un grito de victoria y de alegría resuena entre los enemigos; sobre las cubiertas de sus naves reina un júbilo indecible. Pero apenas muerto el Pontífice, otro ocupa el puesto vacante. Los pilotos reunidos lo han elegido inmediatamente; de suerte que la noticia de la muerte del Papa llega con la de la elección de su sucesor. Los enemigos comienzan a desanimarse. El nuevo Pontífice, venciendo y superando todos los obstáculos, guía la nave hacia las dos columnas, y al llegar al espacio comprendido entre ambas, la amarra con una cadena que pende de la proa a un áncora de la columna que ostenta la Hostia; y con otra cadena que pende de la popa la sujeta de la parte opuesta a otra áncora colgada de la columna que sirve de pedestal a la Virgen Inmaculada. Entonces se produce una gran confusión.
Todas las naves que hasta aquel momento habían luchado contra la embarcación capitaneada por el Papa, se dan a la huida, se dispersan, chocan entre sí y se destruyen mutuamente. Unas al hundirse procuran hundir a las demás.

Otras navecillas que han combatido valerosamente a las órdenes del Papa, son las primeras en llegar a las columnas donde quedan amarradas. Otras naves, que por miedo al combate se habían retirado y que se encuentran muy distantes, continúan observando prudentemente los acontecimientos, hasta que, al desaparecer en los abismos del mar los restos de las naves destruidas, bogan aceleradamente hacia las dos columnas, llegando a las cuales se aseguran a los garfios pendientes de las mismas y allí permanecen tranquilas y seguras, en compañía de la nave capitana ocupada por el Papa.
En el mar reina una calma absoluta.
Al llegar a este punto del relato, San Juan Bosco preguntó a Beato Miguel Rúa: —¿Qué piensas de esta narración? Beato Miguel Rúa contestó: —Me parece que la nave del Papa es la Iglesia de la que es Cabeza: las otras naves representan a los hombres y el mar al mundo. Los que defienden a la embarcación del Pontífice son los leales a la Santa Sede; los otros, sus enemigos, que con toda suerte de armas intentan aniquilarla.
Las dos columnas salvadoras me parece que son la devoción a María Santísima y al Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Beato Miguel Rúa no hizo referencia al Papa caído y muerto y San Juan Bosco nada dijo tampoco sobre este particular. Solamente añadió: —Has dicho bien. Solamente habría que corregir una expresión. Las naves de los enemigos son las persecuciones. Se preparan días difíciles para la Iglesia. Lo que hasta ahora ha sucedido es casi nada en comparación a lo que tiene que suceder. Los enemigos de la Iglesia están representados por las naves que intentan hundir la nave principal y aniquilarla si pudiesen. ¡Sólo quedan dos medios para salvarse en medio de tanto desconcierto! Devoción a María Santísima. Frecuencia de Sacramentos: Comunión frecuente, empleando todos los recursos para practicarlos nosotros y para hacerlos practicar a los demás siempre y en todo momento. ¡Buenas noches! Las conjeturas que hicieron los jóvenes sobre este sueño fueron muchísimas, especialmente en lo referente al Papa; pero Don Bosco no añadió ninguna otra explicación. Cuarenta y ocho años después —en A.D. 1907— el antiguo alumno, canónigo Don Juan Ma. Bourlot, recordaba perfectamente las palabras de San Juan Bosco. Hemos de concluir diciendo que César Chiala y sus compañeros, consideraron este sueño como una verdadera visión o profecía.

Si yo fuera pintor, en esos momentos pintaría a María

28 de septiembre - Francia. Issoudun, N.S. del Sagrado Corazón (1854)


Si yo fuera pintor, en esos momentos pintaría a María
La Virgen está pálida y mira al niño. Haría falta pintar su rostro, en un embelesamiento ansioso que no se ha visto más que una vez en un rostro humano. Ya que Cristo es su hijo, la carne de su carne y el fruto de sus entrañas. Ella lo lleva nueve meses y ella le dará el seno y su leche se convertirá en la sangre de Dios. Por momentos, la tentación es tan fuerte que ella olvida que él es Dios, lo cierra en sus brazos y le dice: ¡mi niño! Pero en otros momentos, ella se niega todo y piensa: Dios está ahí y se siente presa de horror religioso por ese Dios mudo, por ese niño aterrador. Pues todas las madres se sienten así frente a ese fragmento rebelde de su carne y se sienten en exilio frente a esa vida nueva que han hecho con su vida. Pero ningún niño ha sido más cruelmente y más rápidamente arrancado de su madre, pues él es Dios y el supera en todo sentido lo que ella puede imaginarse. Y es una dura prueba para una madre sentir vergüenza de su condición humana frente a su hijo. Pero yo pienso que hay también otros momentos, en que ella se siente a la vez que Cristo es su hijo y que ese niño es Dios. Ella lo mira y piensa: “Ese Dios es mi hijo. Esta carne divina es mi carne. Está hecho de mi, tiene mis ojos, y esta forma de su boca es la forma de la mía. El es Dios y se me parece.” Y ninguna mujer ha tenido su Dios para ella sola. Un Dios hecho niño que puede tomarlo en sus brazos y llenarlo de besos, un Dios todo calentito, que sonríe y suspira, un Dios que se puede tocar y que vibra. Es en ese momento cuando yo pintaría a María, si yo fuera pintor y trataría de darle el aire de profunda ternura y de timidez con la cual ella avanza sus manos para acariciar la piel de ese niño-Dios de cuyo cuerpo tibio siente en su regazo y le sonríe.


Jean-Paul Sartre (Filósofo francés: 1905-1980) Meditaciones escritas durante la guerra



Nuestras almas desean conocer vuestra vida

25 de septiembre -.María, protectora de los huérfanos

¿Virgen purísima, Madre de Dios, dinos cómo, cuando vivías en la tierra, amabais a vuestro Hijo y Dios? ¿Cómo se regocijaba vuestra alma frente a la mirada de vuestro Dios y Salvador? ¿Cómo mirabais su rostro sublime pensando que él era ese a Quien todas las fuerzas celestiales sirven con temor y amor? Dinos, que sentía vuestra alma cuando tenías en brazos al divino Niño. ¿Cómo lo educaste? ¿Cuáles fueron los dolores de vuestra alma cuando con José lo buscasteis durante tres días? ¿Cuáles fueron vuestros sufrimientos cuando el Señor es crucificado y muere en la Cruz? Dinos cuál fue vuestra alegría en el momento de la Resurrección del Señor, y cómo os faltaba después de su Ascensión. Nuestras almas desean conocer vuestra vida en la Tierra con el Señor, pero vuestra alma ha guardado en silencio su secreto….


San Siluane del monte Athos de la Iglesia ortodoxa (1866-1938)

El rosario nos salva

26 de septiembre -. Italia. Azcona, N. S. de las Gracias 1836.

Nuestro abuelo era obrero en una mina de pizarra. Cada mañana rezaba el rosario mientras iba andando a su trabajo. En esa época aún no había autobús y le tomaba media hora llegar y otro tanto para el regreso. El empleaba su tiempo en rezar. Una mañana, después de un recorrido bastante largo, se dio cuenta que había olvidado su rosario. ¿Qué hacer? ¿Continuar el camino o devolverse a buscarlo? Tomó rápidamente su decisión. Volvió a casa corriendo y luego regresó de prisa. En vano se apresuró pues llegó al lugar con diez minutos de retraso. Ahí, sus compañeros de trabajo le esperaban, pues, como responsable, él tenía las llaves del plantel. Justo antes de bajar, escuchan el estrépito de un trueno. Los hombres se miran aterrorizados. ¡Algo ha debido derrumbarse! La montaña debe haberse desplomado. Gracias a Dios ningún obrero se encontraba en la mina. Después del primer control, se constata que enormes bloques de roca se han desprendido en el interior y han obstruido diversas galerías. Si ese día mi abuelo no se hubiera retrasado, no hubieran sobrevivido muchos obreros a esa desgracia. ¡Tampoco él! En esa ocasión, todos reconocieron la protección de Dios y la Santísima Virgen. Al regresar, mi abuelo me contó la noticia, yo temblaba toda. Desde ese día el rosario es honrado en nuestra familia. No olvidamos que el nos ha preservado de muchas desgracias.


Inge Kowalski, en "Retendes Gottes volk". Recogido y traducido al francés en el Compendio Mariano por Fr. Alberto Pfleger, marista

«María conservaba todas esas cosas en su corazón» (Lucas 2, 51)

27 de septiembre - España. Toledo. N.S. del Alcázar - Luxemburgo toma a María como patrona (1666)


Lucas, el evangelista, describe a María como la Virgen silenciosa, constantemente a la escucha de la palabra eterna, viviendo siempre en la Palabra de Dios. María guarda en su corazón las palabras que vienen de Dios y, uniendo unas a otras como un mosaico, aprende a comprenderlas. En su escuela nosotros también debemos aprender a ser discípulos atentos y dóciles al Señor.


Homilía de su Santidad Benedicto XVI, 1° de enero, 2006. Méditations sur Marie, (en francés) Ediciones Salvador, París, 2007

Ven Espíritu Santo

Aquí les envío un mensaje de la Virgen al Padre Esteban Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano, para que los llene de esperanza y les recuerde que el triunfo final es de María, la Mujer vestida de Sol, y de todos sus pequeños hijos, que somos nosotros.

Y recemos muy frecuentemente la oración al Espíritu Santo que la Virgen nos enseñó y que está al pie de este mensaje.

Un saludo muy afectuoso.

¡Ave María Purísima!

Berlín (Alemania), 22 de mayo de 1994
Solemnidad de Pentecostés


“Hoy os encontráis aquí reunidos en un continuo Cenáculo de oración con vuestra Madre Celestial, en la celebración litúrgica de la solemnidad de Pentecostés.
Y repetís con intensidad de amor, la oración que Yo misma os he enseñado: “Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María tu Esposa amadísima”.
Ven Espíritu Santo.
Es necesaria una nueva y universal efusión del Espíritu Santo, para alcanzar los nuevos tiempos tan esperados.
Se necesita que venga pronto el segundo Pentecostés.
Éste sólo puede suceder en el Cenáculo de mi Corazón Inmaculado. Para esto renuevo hoy la invitación a toda la Iglesia de entrar en el Cenáculo que la Madre Celestial os ha preparado para los últimos tiempos.
Vosotros podéis entrar allí con el acto de consagración a mi Corazón Inmaculado.
Suplico que esta consagración, pedida por Mí con tan preocupada insistencia, se haga por los obispos, por los sacerdotes, por los religiosos y por los fieles. Y se haga por todos para abreviar el tiempo de la gran prueba que ya ha llegado.
El Espíritu Santo entonces os llevará a la comprensión de la Verdad toda entera.
El Espíritu Santo os hará comprender los tiempos que estáis viviendo.
El Espíritu Santo será luz en vuestro camino y os volverá testigos valientes del Evangelio en la hora tremenda de la gran apostasía.
El Espíritu Santo os hará entender cuanto Yo os haré manifiesto de lo que está contenido en el libro todavía sellado.
El Espíritu Santo dará su perfecto testimonio al Hijo, preparando los corazones y las almas a recibir a Jesús que retornará a vosotros en gloria.
Ven Espíritu Santo.
Ven por la poderosa intercesión de mi Corazón Inmaculado.
Mi hora es la hora del Espíritu Santo.
El triunfo de mi Corazón Inmaculado coincidirá con el gran prodigio del segundo Pentecostés.
Descenderá nuevo fuego del cielo y purificará toda la humanidad que se ha vuelto pagana.
Será como un juicio en pequeño y cada uno se verá a sí mismo en la luz de la Verdad misma de Dios.
Así los pecadores volverán a la gracia y a la santidad; los descarriados al camino del bien; los alejados a la casa del Padre; los enfermos a la completa curación; los soberbios, los impuros, los colaboradores malvados de Satanás, serán para siempre vencidos y condenados.
Entonces mi Corazón de Madre tendrá su triunfo sobre toda la humanidad, que volverá a un nuevo desposorio de amor y de vida con su Padre Celestial.
Ven Espíritu Santo.
Ven por la voz de tu Esposa amadísima que te llama.
Yo soy la divina Esposa del Espíritu Santo.
Como por singular designio del Padre, me he convertido en la verdadera Madre del Hijo, así he llegado a ser verdadera Esposa del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo se ha entregado a mi alma con una interior y verdadera unión esponsal y de ella ha nacido el fruto divino de la concepción virginal del Verbo en mi purísimo seno.
El Espíritu no puede resistir a la voz de la Esposa que lo llama.
Por esto uníos todos a Mí, mis pequeños hijos, al invocar hoy el don del Espíritu Santo.
Que vuestra súplica se convierta en la oración de estos últimos tiempos.
Que sea vuestra oración habitual, repetida frecuentemente por vosotros, porque se os ha enseñado y se os ha solicitado ardientemente por vuestra Madre Celestial: “Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María tu Esposa amadísima”.
Y abrid los corazones a la esperanza, porque está para llegar a vosotros el mayor prodigio del segundo Pentecostés.”
27 de Marzo versus 27 de Septiembre
hoy 6 meses que me operaron y llevo bajado 36 kilos
Mamita María Gracias por todos los dones otorgados.

Dirijo un llamado urgente a la tierra

19 de septiembre - Francia. N. S. Reconciliadora de la Salette (1846)

Llamo a los discípulos del Dios vivo, el único y verdadero Salvador de la humanidad, llamo a mis verdaderos devotos, a aquellos que se han entregado a mí para que yo les conduzca a Él, llamo a los Apóstoles de los últimos tiempos, a los fieles discípulos de Jesucristo, que han vivido el menosprecio del mundo y de ellos mismos, en la pobreza y en la humildad, en el abandono y el silencio, en la oración y la mortificación, en la castidad y la unión con Dios, en el sufrimiento y el aislamiento. ¡Es tiempo que salgan y que vengan a esclarecer la tierra! Id y mostraos como mis hijos queridos, yo estoy con vosotros y vosotros estáis en mí. Que vuestra fe sea la luz que os aclare en estos días de desventura. Que vuestro celo os vuelva hambrientos de la gloria y el amor de Jesús. Combatid, hijos de la luz, vosotros, el pequeño grupo que la ve, pues ha llegado el momento, el final de los tiempos.


Tomado de la última versión del secreto de La Salette redactado por Mélanie el 21de noviembre de 1878 y transcrito en el libro “Découverte du Secret de La Salette” del Abad Laurentin y del P. Corteville - Francia, Fayard 2002

Oración a María para devenir discípulo y apóstol guiado por Ella (I)

21 septembre - Italie. Tresto, N.S. de las Gracias (1486)

Oh María, sierva del Señor, Reina de la luz y de la paz;
Hoy me entrego sin reservas al Espíritu de Jesús
Consagrándome a tu Corazón Inmaculado.
Conduce mis pasos por el camino
Donde pueda seguir a Cristo muy de cerca;
Pon en mis labios las palabras
Que serán eco del Evangelio;
Abre mis manos a la parte de acción y pasión
Que me unirá al trabajo del Señor y de su Iglesia,
Y ante todo haz crecer en mí
Y en todos mis hermanos
Este amor puro, este amor fuerte, este amor eterno
Que ha hecho de ti la llena de gracias
Y que quiere hacer de todos tus hijos
Un solo Corazón contigo,
Para mayor gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
____Nota del autor:
Esta oración de consagración consta de dos partes, correspondientes a los dos sacramentos complementarios: bautismo y confirmación.
Ella pone de relieve la finalidad cristológica de la consagración a María y el papel del Espíritu Santo.


Tomado de la edición francesa del libro: Découvrir la prière avec Marie: (Descubrir la oración con María), del Padre Alain Bandelier, Editions Salvator, París, 2003)

Ella supera toda inteligencia y todo pensamiento

22 de septiembre -. Santo Tomas de Villeneuve (+ 1555)

Ella supera toda inteligencia y todo pensamiento
Me he preguntado por qué los evangelistas, después de hablar largamente de Juan Bautista y de los apóstoles han escrito tan someramente la historia de la bienaventurada Virgen María, siendo que ella les supera casi infinitamente en excelencia y en virtudes. Por qué me decía yo, no habernos contado su infancia, su educación, sus costumbres, su vida común con su Hijo, el trato que ella tuvo con los apóstoles después de la Ascensión del Señor. Si el Espíritu Santo no la ha descrito en las Santas Cartas, si el os ha dejado el cuidado de formaros vosotros mismos su imagen, ha sido para haceros comprender que en ella no falta nada de la gracia, de la perfección y de la gloria que el espíritu puede concebir en una criatura pura, y que supera toda inteligencia y todo pensamiento. Entonces, después de decírnoslo todo, inútil de escribir, tanto más que nosotros hubiéramos podido creer que lo que no estaba escrito ella no lo poseía. ¿Si Dios Todopoderoso ha colmado de dones y virtudes a los ministros y siervos de su casa, qué ha hecho, yo os lo pregunto, por su Madre, por esta esposa única, escogida entre todas, amada más que todas?Finalmente, todo lo queráis saber sobre la Virgen, lo encontraréis en estas breves palabras: De quién nació Jesús. He ahí la historia, una historia larga y muy densa.


Santo Tomas de Villeneuve (1488-1555)

Jamás te abandonaremos

23 de septiembre -. España. N.S. de Valvancre - San Padre Pío (+ 1968)

Rosario bendito de María Dulce cadena que nos une a Dios Lazo de amor que nos acerca a los ángeles Torre de salvación frente al acecho del infierno Puerto seguro en el naufragio común, Jamás te abandonaremos.


Súplica del Santo Padre Pío a Nuestra Señora del Rosario de Pompeya

Nuestra Señora de la Merced

24 de septiembre -. N.S. de la Merced - Haiti. Cozumel, primer santuario mariano (1518)

España vivía aún bajo el poder de los sarracenos. Barcelona, inquieta y amante de los valores cristianos, había creado con anterioridad una Orden para que se dedicara exclusivamente al rescate de los cautivos cristianos en manos de los mahometanos. Esta Orden de los caballeros funcionaba desde el año 1190. Con el paso del tiempo, Dios suscitaría la que actualmente conocemos como Orden de los Mercedarios o de la Merced. ¿Cómo nació esta Orden? Una noche estaba san Pedro Nolasco pensando cómo salvar a los cautivos de los invasores. Entonces, se le apareció la Virgen y le manifestó que fundara una Orden religiosa que tuviera como misión fundamental el rescate de los cautivos. El santo, alucinado por esta visión, fue en seguida a contársela a su confesor, san Raimundo de Peñafort. Este, naturalmente muy sorprendido, va a comunicar tal acontecimiento al propio rey Jaime I. El monarca había tenido idéntica revelación. Había que actuar con celeridad. Se reunieron los tres. Después de ver el modo y la forma de dar consistencia a esta revelación del cielo, concluyen en la fundación de la Orden de los cautivos. Además de los tres votos de pobreza, celibato y obediencia por el reino de los cielos, añaden uno nuevo: la redención de los cautivos. Y así llega a extenderse por todo el mundo especialmente en España, Francia y América Latina: el culto a Nuestra Señora de la Merced.

VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS

El 6 de octubre a las 9 horas debo disertar en la ciudad de Carlos Paz sobre Violencia en las Escuelas.
Pido al Espíritu Santo que me asista para llegar a la ciudad de Carlos Paz, manejará Gabriel Peña, Señor Dios ayúdame a llegar con todas las cosas que debo realizar.
Sobre todo te pido que el giro llegue para poder pagar todo lo del auto, Dios asisteme, pues sin tu asistencia no puedo hacer nada.
El Señor es mi Pastor nada me puede faltar.

lunes, septiembre 17, 2007

La aparición de la Virgen, su milagro y su santuario (III)

El santuario de Nuestra Señora de la Lajas, de estilo gótico, está edificado sobre el lugar del milagro en Guáitara, en los Andes colombianos, a 7 kms de la ciudad de Ipiales y 11 kms del puente de Rumichaca que une Colombia y Ecuador. Es un lugar de extraordinaria belleza escogido por la Madre para prodigar su amor. Y la Basílica también preciosa está edificada sobre la pendiente del río. La imagen se encuentra en el punto central sobre el altar. Allí cada 16 de septiembre, fecha de su aparición, millares de peregrinos acuden al santuario para honrar a la Virgen María y rezar con ella.


Síntesis hecha a partir de la información del sitio: www.corazones.org Equipo de traducciones Marie de Nazareth


La aparición de la Virgen, su milagro y su santuario (II)

Días después, Rosa desapareció de su casa. María, angustiada, la buscó por todas partes, pero no la halló. Su corazón de madre la hizo dirigirse a la cueva del Guáitara y ahí encontró a su hija jugando familiarmente con el Niño. María cayó de rodillas ante este espectáculo de ternura; y vio a la Santísima Virgen por primera vez. Temerosa del menosprecio de sus parientes y vecinos, prefirió callar y frecuentar sola la cueva. Poco a poco, ella y la niña la llenaron de flores silvestres y velas de sebo. El tiempo pasaba, y el secreto sólo María y Rosa lo compartían, hasta el día en que la niña cayó enferma y murió. María, muy afligida, llevó el cuerpo de la niña a los pies de la Virgen y le recordó las flores y velas que Rosa le solía llevar, y le pidió que le devolviera la vida. Presionada por la tristeza de las súplicas maternales incesantes, la Virgen Santísima obtuvo de su Divino Hijo la resurrección de la pequeña Rosa. Llena de alegría, María se fue a Ipiales. Llegó a las diez de la noche. Les contó a todos sus allegados la maravilla ocurrida. Los que dormían se levantaron; hicieron tocar las campanas de la iglesia, y una gran muchedumbre se reunió frente a la iglesia de la villa. Al amanecer, todos se dirigieron hacia la cueva. A las seis de la mañana, se encontraban en Las Lajas. Ya no podían dudar; de la cueva surgían luces extraordinarias. En la pared de piedra, estaba grabada para siempre la imagen de la Santísima Virgen.


Síntesis hecha a partir de la información del sitio: www.corazones.org Equipo de traducciones Marie de Nazareth

La aparición de la Virgen, su milagro y su santuario (I)



En Colombia, en el siglo XVIII, María Meneses de Quiñones, descendiente de caciques indígenas de Potosí, solía caminar la distancia de seis millas y un cuarto que separaban su villa de otra llamada Ipiales. Un día de 1754, cuando se acercaba al puente del río Guáitara, en un sitio llamado Las Lajas (piedras planas y lisas), se desató una terrible tormenta. María muy asustada, se refugió en una cueva al lado del camino. Sintiéndose sola, comenzó a invocar a Nuestra Señora del Rosario, cuyo patrocinio era popular en la región gracias a los Dominicos. De pronto, sintió que alguien le tocó la espalda, se volteó, pero no vio nada. Días después, regresó a Ipiales, llevando en la espalda a su hijita Rosa, que era sordomuda. Cuando llegaron a la cueva del Guáitara, se sentaron sobre una piedra. En seguida, la niña se bajó de su espalda y comenzó a subir por la cueva, exclamando: "¡Mami!, ¡Aquí hay una señora blanca con un niño en sus brazos!" María estaba fuera de sí, por primera vez su hija hablaba. Y, más aún, no veía por ninguna parte a quienes la niña describía. Muy nerviosa, la tomó y se fue con ella para Ipiales. Allí contó a parientes y amigos lo sucedido, pero nadie le creyó. Entonces, arregló sus asuntos en Ipiales y regresó a su casa en Potosí. Cuando pasó frente a la cueva, Rosa gritó: "¡Mami! ¡La señora blanca me está llamando!"María no veía nada. Asustada, se apresuró a llevarse a la niña lejos de allí. En casa, otra vez relató a sus amistades lo ocurrido. Muy pronto la región entera supo del misterio de la cueva, la cual todos conocían, pues quedaba al pie de un camino muy transitado.


Síntesis hecha a partir de la información del sitio: www.corazones.org Equipo de traducciones Marie de Nazareth

domingo, septiembre 16, 2007





Que el Espíritu de Fortaleza,

con que hemos sido ungidos,

permanezca en nuestro corazón

y descienda sobre nosotros la bendición de Dios,

que es el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.



Que el Espíritu de Vida y Amor

que Dios nos infundió al crearnos,

permanezca en nuestro corazón

y descienda sobre nosotros la bendición de Dios,

que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amen.



MARIA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS

RUEGA POR NOSOTROS



INMACULADO CORAZON DE MARIA

SED LA SALVACION MIA

Y DEL MUNDO ENTERO

UN MINUTO CON JESUS


¡Bendícemes, Jesús! y ruega por mi sin cesar.
Aleja de mí, hoy y siempre el pecado.
Si tropiezo, tiende tu mano hacia mi.
Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido. Tú no te olvides de mi.
Si me dejas Jesús, ¿Qué será de mí?.
En los peligros del mundo asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu manto.
Quiero que mi vida te haga sonreir.
Mírame con compasión, no me dejes Jesús mío!
Y, al fin, sal a recibirme y llévame junto a Ti.
u bendición me acompañe hoy y siempre.
Gloria al Padre.
AHORA OYE A TU SALVADOR
Sigo tus luchas y quiero ayudarte
Junto a Mí no desesperes.
Donde yo estoy no hay que temer.
Confía en mí y vencerás.
Quien me ama asegura su salvación.
Ante mi huyen el pecado y el infierno.
La victoria será de quien tenga fe.
"Aegún sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán(S.Biblia MT. 8-13)


AVE MARIA PURISIMA

SIN PECADO CONCEBIDA

RUEGA POR NOSOTROS

AMIGO MIGUEL


Hace muchos días que no se nada de vos, extraño nuestras oraciones, aunque sé que estas orando, extraño nuestras charlas acerca de la vida, y de sus múltiples encuentros y desencuentros. Como esta tu boa???.

Supe que dejastes tus lágrimas en el hombro de Nuestra Santísima Madre María, ella te sabra recompensar y aliviar tu dolor.

Espero que estes comiendo, que sigas rezando y por favor trata de incluirme en tus oraciones pues las necesito.

No se cuántos días falta para que el joven Fernando regrese y asi otra vez con la PC podrámos comunicarnos.

Me cabe decirte que hoy 16 de septiembre comienzo una novena(que raro no?) para que nuestra Madrecita del Cielo nos junte otra vez para rezar, para orar y para reirnos como lo hacíamos muchas veces.

Dios te bendiga y Maria te acompañe en esta soledad, más soledad aún.


chao, chao, cariños ivonne
La debilidad de DiosFuente:
Catholic.net
Autor: P. Sergio Córdova LC Lucas 15, 1-32

Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces les dijo esta parábola. ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión. O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta. Dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros. Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus siervos: Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano. El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado! Pero él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado.

REFLEXION

Cuenta la famosa leyenda de la guerra de Troya que el héroe de los griegos, Aquiles, era hijo de una diosa y, por tanto, era inmortal. Pero sólo tenía un punto débil, que era el talón. Y fue precisamente allí donde fue herido, por una flecha, y murió. Perdóneseme la analogía, pero yo creo que podríamos aplicar un poco este símil a Dios nuestro Señor. Sabemos que Él es Todopoderoso, pero también tiene Él –si podemos hablar de un modo humano— su punto débil. El ya fallecido cardenal vietnamita Francois Nguyen van Thuan solía decir que, aunque pareciera herejía, él amaba a Jesús por sus defectos. Y el primer defecto –decía— es que Nuestro Señor no tiene buena memoria. ¿Cómo era posible, si no, que sobre la cruz, perdonara todos los crímenes a aquel ladrón que estaba crucificado con él a su derecha, y de un plumazo le cancelara toda su deuda? “En verdad te digo –le dijo al ladrón— hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Y lo mismo hizo el Señor con la pecadora pública, con Zaqueo, con la adúltera, con la samaritana y con tanta gente pecadora que se encontró a lo largo de la vida. Si Jesús fuera como nosotros, les hubiéramos dicho: “Sí, te perdono, pero antes tienes que expiar todas tus culpas con 20 años de purgatorio”… Efectivamente, Dios nuestro Señor también tiene su punto débil. Y es su infinito amor y su misericordia. Nadie que haya acudido a Él con sinceridad y con el corazón arrepentido, y le haya pedido perdón, ha quedado jamás defraudado. Todo el Antiguo Testamento está lleno de gestos de misericordia de parte de Dios. Accede a las súplicas de Abraham y de Moisés, cuando interceden por su pueblo y le piden perdón por sus pecados; los profetas –sobre todo Isaías, Jeremías y Oseas— fueron fieles transmisores de la bondad y de la ternura de Dios hacia el pueblo de Israel. Pero es sobre todo con Jesús en donde aparece mucho más patente el corazón infinitamente amoroso y misericordioso de nuestro Padre celestial. Todo el Evangelio es una prueba constante del perdón generoso que Jesús nos alcanza de parte de Dios. Toda su vida pública fue un acto ininterrumpido de misericordia: la predicación del amor del Padre, los milagros y curaciones sin número que obraba por doquier, movido sólo por su gran bondad y compasión hacia toda clase de gente; y, al final de su vida, la entrega más total y desinteresada en su pasión y en su cruz para salvarnos, para redimirnos del pecado y alcanzarnos el premio del paraíso por medio de su muerte y su resurrección. En el pasaje evangélico de hoy, Jesús nos narra tres hermosas parábolas de la misericordia: la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo, también perdido y luego encontrado. Nosotros, los seres humanos, nos perdemos muchas veces a lo largo de nuestra vida: perdemos el camino, la ruta, nos escondemos de Dios y lo ofrendemos, tal vez gravemente. Y quizá en ocasiones no hemos querido saber nada de Él, a pesar de haber sido Él nuestro gran bienhechor. Él nos ha dado todo: la vida, el ser, la fe, la familia, la educación, los sacramentos, la felicidad… TODO, absolutamente todo. Y nosotros, como hijos malcriados y caprichosos, le hemos echado en cara, con gran despecho e ingratitud, nuestros mismos errores y maldades, culpándolo a Él de nuestra desgracia y ceguera voluntaria. Ese hijo ingrato de la parábola somos, definitivamente, cada uno de nosotros. También tú y yo, como aquel hijo, hemos pedido al padre la herencia y nos hemos “largado” de casa para vivir a nuestras anchas, libres de la “esclavitud” del padre, para derrochar sus bienes con malas compañías llevando una vida libertina y disoluta. Pero todo lo material es caduco y se acaba. Y, en poco tiempo, el hijo aquel se encontró en la miseria, sin dinero y, obviamente, sin amigos. Llegó tan bajo en su prostración que se puso, en un país extraño, a cuidar cerdos, en una pocilga; hubiese querido llenar su vientre con las algarrobas que comían las bestias, pero nadie se las daba. ¡Hasta dónde había llegado la miseria de aquel que era un hijo de rey! Es eso lo que nosotros, hijos amados de Dios, hemos hecho con nuestra dignidad a causa de nuestro pecado. El hijo, entonces, comienza a pensar con inmensa nostalgia en la casa de su padre. Y, para poder llenar su vientre –motivos no del todo nobles, pero Dios se vale también de eso para hacernos volver a Él—, se decide regresar a la casa paterna. Seguramente sentiría una profunda vergüenza y confusión. ¿Con qué cara se presentaría ahora a su padre, después de todo lo que había hecho? Pero su hambre y su necesidad fue más fuerte que su vergüenza. Y se puso en camino. Pero lo mejor de todo viene a continuación. Todos los días –continúa la narración— el padre aquel se subía a la terraza del palacio para ver si volvía su hijo. ¿Qué padre, aquí en la tierra, sigue esperando el regreso de un hijo que se ha comportado como un sinvergüenza y como un ingrato, y que ha derrochado toda la herencia? Y, si acaso volviera, con rostro adusto, seguro que le daría una buena reprimenda y un castigo severo para que aprendiera a comportarse como se debe y que todo hay que pagarlo a su debido precio. Sin embargo, cuando, después de meses y de años de espera, por fin ve venir a lo lejos a su hijo, a aquel bondadoso anciano se le conmueven las entrañas y le da mil vuelcos el corazón; los ojos se le convierten en un mar de lágrimas por la alegría y el alma se le derrite en infinita ternura. Y enseguida, como puede, aquel padre sale corriendo al encuentro de su hijo y se le echa al cuello, lo abraza, lo acaricia y lo cubre de besos. Y enseguida manda que lo laven y le perfumen, le pongan el vestido más rico y espléndido, calcen sus pies con sandalias y le pongan un anillo en su mano, signos todos de su dignidad y nobleza recuperada… El hijo no se esperaba nada de esto, ni soñó jamás con aquel recibimiento. Él sólo quería un poco de pan y un techo donde cobijarse del invierno, aunque el resto de sus días fuera como el “último de los jornaleros”. Al fin y al cabo, él se lo había buscado y se lo había merecido. Y bien sabía que no era digno de nada más que eso. ¡Y cuál no fue su sorpresa al encontrarse con el corazón inmensamente tierno y cariñoso de su padre, que lo perdonaba y lo seguía amando como siempre lo había amado, a pesar de todo! Así de maravilloso es nuestro Padre Dios con nosotros. Él siempre nos ama y nos acoge, aunque nosotros nos hayamos comportado como aquel hijo pródigo. Él nos perdona todo, absolutamente todo, con infinita ternura, incondicionalmente, e incluso nos ahorra la vergüenza de tener que humillarnos. Su comprensión es tan gigantesca y tan misericordiosa que nos hace más fácil el camino del retorno; y cuando, al fin, nos postramos para reconciliarnos, Él nos levanta, nos recibe con un fuerte y tierno abrazo, y nos cubre de besos y de caricias. Ojalá que nunca le tengamos miedo a Dios y nos acerquemos con inmensa confianza al sacramento de la reconciliación. Él siempre nos acogerá, infinitamente mejor que el padre de la parábola. Sólo así descubriremos el corazón dulce y bondadoso de Dios, nos daremos cuenta de que es incapaz de resistirse a la misericordia y conoceremos, por propia experiencia, ¡¡que Dios es Amor!!

UNA ANECDOTA MUY BUENA.

Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de los favores de un pueblito del interior.
Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:
'Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida mas cómoda y digna.No sé cuanto tiempo voy a estar lejos, solo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo este lejos, seas fiel a mi, pues yo te seré fiel a ti.'
Así, siendo joven aun, caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado.
Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el siguiente: Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme , el señor me libera de mis obligaciones:Yo no quiero recibir mi salario. Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga ud. me dará el dinero que yo haya ganado.' Estando ambos de acuerdo, aquel joven trabajo durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso.
Después de veinte años se acerco a su patrón y le dijo: 'Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi Casa.'El patrón le respondió:'Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una propuesta, esta bien? Yo te doy tu dinero y tu te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y visceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta.' El pensó durante dos días, busco al patrón y le dijo:'QUIERO LOS TRES CONSEJOS'. El patrón le recordó: 'Si te doy los consejos, no te doy el dinero.'Y el empleado respondió:'Quiero los consejos' . EL patrón entonces le aconsejo:
1.'NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos mas cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
2.NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.
3.NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde. Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, -que ya no era tan joven-:
'AQUÍ TIENES TRES PANES, dos para comer durante en viaje y el tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa.'El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y de su esposa que tanto amaba.
Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludo y le preguntó:'Para donde vas?' El le respondió: 'Voy para un camino muy distante que queda a mas de veinte días de caminata por esta carretera.' La persona le dijo entonces: 'Joven, este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegaras en pocos días'. El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo, 'NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA CAMINOS MAS CORTOS Y DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA'Entonces se alejó de aquel atajo y volvió a seguir por el Camino normal.Dos días después se enteró de otro viajero que había tomado el atajo, y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa. Ese atajo llevaba a una emboscada!
Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero una mujer malencarada le abrió la puerta y lo atendió. Como estaba tan cansado, tan solo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar un baño se acostó a dormir.
De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito Aterrador. Se puso de pié de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo, 'NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL PUES LA CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL'. Regresó y se acostó a dormir.
Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le preguntó si no había escuchado un grito y él le contesto que si lo había escuchado.El dueño de la posada le preguntó: Y no sintió curiosidad? El le contestó que no. A lo que el dueño le respondió:'Ud. Ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se esfuma.
El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa. Después de muchos días y noches de caminata... Ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa; caminó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola.Anduvo un poco mas y vió que ella tenia en sus piernas, un hombre al que estaba acariciando los cabellos.
Cuando vió aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo, 'NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUEDES ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE'.
Entonces se paró y reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión.
Al amanecer ya con la cabeza fría, él dijo: 'NO VOY A MATAR A MI ESPOSA'. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta. Sólo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel a ella.' Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Cuando la esposa le abre la puerta y lo reconoce, se cuelga de su cuello y lo abraza afectuosamente.
El trata de quitársela de arriba, pero no lo consigue. Entonces con lágrimas en los ojos le dice: 'Yo te fui fiel y tu me traicionaste...Ella espantada le responde:
'Cómo? Yo nunca te traicioné, te esperé durante veinte años.El entonces le preguntó: 'Y quien era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde? Y ella le contesto:'AQUEL HOMBRE ES NUESTRO HIJO. Cuando te fuiste , descubrí que estaba embarazada. Hoy el tiene veinte años de edad. Entonces el marido entró, conoció, abrazó a su hijo y les contó toda su historia, en cuanto su esposa preparaba la cena. Se sentaron a comer el último pan juntos. DESPUÉS DE LA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO, CON LAGRIMAS DE EMOCIÓN, él partió el pan y al abrirlo, se encontró todo su dinero, el pago de sus veinte años de dedicación.

Jesus, Unico Mediador. ¿Y Su Madre?


El sentido de la presencia de María en la obra de la Salvación
El sentido de la existencia de Reina del Cielo se vincula al particular rol de la Virgen en el plan de la Salvación. En este escrito intentamos ubicar a la Virgen en el preciso lugar que Dios le ha dado, siguiendo las enseñanzas de San Luis Grignon y tantos otros autores que han escrito sobre la Madre del Verbo a lo largo de los siglos.
Jesús, Único mediador. ¿Y Su Madre?
Resulta sumamente sorprendente ver como Dios desea que la Virgen avance entre nosotros en estos tiempos. Así Ella va haciéndose lugar a fuerza de advocaciones, apariciones, mensajes o lacrimaciones de sus imágenes. Donde María pone su pie, se mueven las multitudes, como si un signo particularmente Mariano cubriera nuestros tiempos. Será que Jesús quiere que Ella se haga, más que nunca, la abogada y mediadora de las Gracias que pedimos a El, su Hijo. Intercesora por definición, María derrite el Corazón de Dios y lo abre a nuestros ruegos. Sin embargo, dicen las Escrituras: “Porque hay Un solo Dios, y también Un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, Hombre también, que se entregó a si mismo como rescate por todos” (1ra Timoteo 2.5-6). ¿Cómo se comprende entonces que la Revelación Pública (la Santa Biblia) habla en un lenguaje tan claro diciendo que Jesús es el Único mediador entre Dios y los hombres, mientras la Virgen toma un rol de mediadora y abogada ante su Hijo? La clave está en la doble naturaleza de Jesús, que es Dios en su más completa Divinidad, pero también es Hombre, en Su naturaleza humana. Jesús es así el Único que posee una doble naturaleza, Divina y Humana. Un gran misterio de fe, de un Dios que por puro amor quiso hacerse como nosotros, un Hombre. De tal modo, Jesús representa al Único verdadero mediador ante Dios, porque es el único Hombre que también es Dios, Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Qué misterio difícil de comprender, ¿verdad? Es que sólo a la luz del amor se entiende cómo Dios se ha abajado hasta nuestra escasa estatura, desde Su Divinidad, para tendernos una mano. Jesús, Hombre verdadero, es el Único auténtico punto de unión con Dios porque El mismo es también Dios verdadero. Sin embargo, el Señor no quiso dejar las cosas tan sólo allí, alimentado por Su Amor deseó hacer más. Dios dispuso venir al Mundo a través de alguien como nosotros, uno de nosotros, y quiso que esa persona sea perfecta, digna de contener al Verbo Divino como Dios Vivo en su Vientre, Tabernáculo humano, de Carne y Hueso ¡Esa es María! Pero Ella es también Su Mamá, y en Su Naturaleza Humana, Jesús se derrite ante sus pedidos, como se derrite un Hijo Perfecto ante los pedidos de una Mamá perfecta. Así ocurrió en Caná, cuando “faltando el vino, la Madre de Jesús le dijo: No tienen vino” (Juan, 2.5). Jesús realizó entonces el primer milagro de Su vida pública, convirtiendo el agua en vino, por la intercesión de Su Mamá. María es así mediadora ante Jesús, porque es Su Madre, y es el mismo Jesús el que la escucha y media ante Dios, que es El mismo en Su Naturaleza Divina. La Madre del Verbo está indisolublemente unida a su Hijo, y es de éste modo el eslabón dorado que une a cada persona con Dios Hombre, Jesús, para que así lleguen nuestros ruegos a la Santísima Trinidad, al Trono de Dios. La Santísima Virgen es así mediadora ante ese Jesús que es, Él, verdadero Dios y verdadero Hombre, subsistente en la Persona del Verbo. Al mismo tiempo, siendo mediadora ante su Hijo Jesucristo, el Verbo Encarnado, es mediadora ante la misma Santísima Trinidad. Así, María colabora con nosotros ayudándonos a discernir, así como colabora con Su Hijo mediante su intercesión Materna. Una Sociedad Perfecta, de Madre e Hijo, nos da el camino luminoso para alcanzar las Gracias del Creador. La Virgen está de este modo totalmente unida a los Planes de su Hijo, trabaja para El, no podría jamás apartarse de Su Palabra, de Su Voluntad. Nunca debemos olvidar que sólo Dios Es. El es el Único que puede decir que Es por Si Mismo. Los demás, incluida la Virgen, son porque Dios los hace ser. Así, María es la perfecta expresión de la Voluntad de Dios hecha criatura, es el medio a través del que fluyen los deseos de Jesús hacia el hombre. Dios quiso que María sea el canal perfecto a través del cual nuestros ruegos llegan a Jesucristo, implorando para que Su Divina Voluntad nos mire y acaricie. María nunca llevaría a su Hijo una oración nuestra, si es que el pedido no responde al fin supremo de la salvación de las almas. Y Jesús, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, escucha a Su Mamá más que a ninguna otra criatura. María, que nos comprende más que nadie porque al pié de la Cruz fue hecha nuestra Madre, se hace así cercana y accesible a nosotros. Es, de algún modo, como nosotros. Y es por eso que puede enamorarnos con tanta facilidad, porque sólo una Madre puede capturar el amor de sus hijos aunque ellos insistan en volverse rebeldes y mirar hacia otro lugar. María, Omnipotencia Suplicante, todo ruego, toda oración, como lo vemos en sus manos unidas, la vista elevada al Cielo. Ella pide por nosotros todo el tiempo. Nos escucha, medita en nuestras intenciones y nuestras necesidades, y habla con su Hijo. María, mediadora ante Jesús, el que nació de su Vientre, el que jugaba con Ella en el jardín de la casita de Nazaret, el que la acompañaba al mercado a hacer las compras. Si deseas llegar a Jesús, ¿no deberías quizás buscar la ayuda de Su Mamá terrenal?

sábado, septiembre 15, 2007

PRIMERA PARTE

¿El momento?
Marzo de 1945 en Holanda, pocos meses antes del fin de la segunda guerra mundial. Mientras los alemanes se retiran del oeste europeo frente al avance de los aliados, en medio del hambre y los últimos fríos del invierno, una humilde mujer recibe la visita de la Madre de Dios. Aún no había terminado el horror que costó la vida a sesenta millones de personas, aún no había empezado la reconstrucción de la Europa arrasada por los casi seis años de la mayor guerra de la historia de la humanidad. Sin dudas un momento muy especial para apoyarse en el dolor de la gente, que siempre da la oportunidad de volver los ojos a Dios. Y María, por Gracia de Dios, aprovecha esta oportunidad para impulsar una misión que llevará muchos años para alcanzar su maduración: la proclamación del quinto dogma mariano, María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada.
Los tiempos son distintos en el Cielo, no tienen punto de comparación con lo que ocurre en la tierra. Pero Dios desarrolla Su plan dentro de los tiempos de los hombres, poniendo Su mensaje aquí y allá, marcando el rumbo que debe seguir la historia, a través de Sus manifestaciones y mensajes.

¿El lugar?
Holanda fue invadida tempranamente por los alemanes en la guerra, y fue terreno de la resistencia de un pueblo que no aceptaba al invasor. Inserta en una Europa que volvió a enfrentar el tremendo castigo de una guerra que asoló su territorio, como ocurrió también en la guerra de 1914. El pueblo estaba hundido en la desesperación y en la angustia de haber visto morir a muchísimos de sus amigos y parientes, y en la necesidad de sobrevivir aunque sea un día más. Europa fue siempre terreno fértil para las apariciones Marianas, ya sea por haber sido el centro de mayor desarrollo de la Cristiandad por siglos, como por haber sido un lugar donde la libertad de cultos permitió que se conozcan los hechos de Dios. En Rusia o China se han producido varias apariciones que quedaron acalladas por el comunismo ateo, que coarta la libertad de las almas de elevarse y mirar a Dios.
Pero el hecho de que María escogiera Amsterdam está ligado a otro acontecimiento sucedido allí seiscientos años antes. El 20 de marzo de 1953 la Santísima Virgen le dijo a Ida: "He seleccionado Amsterdam como el lugar de Nuestra Señora de todos los Pueblos. También es el lugar del Santísimo Sacramento...". Cuando la Virgen dice que Amsterdam es el lugar del Santísimo Sacramento, Nuestra Señora se está refiriendo al milagro eucarístico que ocurrió en esa ciudad en 1345, exactamente seis siglos antes de estas apariciones:
Un pescador llamado Ijsbrand Dommer estaba agonizando. Su esposa había llamado a un sacerdote para que le administrara los últimos sacramentos. El hombre se pudo confesar y recibir la Sagrada Hostia, pero un fuerte ataque de tos hizo que el hombre vomitara y la Hostia fuera también expulsada de su boca. La esposa limpió lo que el marido había expulsado y lo lanzó al fuego. Cuando ella fue a revolver los leños del fuego la mañana siguiente, encontró que la Hostia estaba flotando encima de las llamas sin haber sufrido deterioro ni daño alguno. La buena mujer la sacó del fuego y la colocó en un cofre, envuelta en un pañito limpio, al tiempo que llamaba al sacerdote para que pusiera la Hostia en el sagrario de la Iglesia. El siguiente día la Hostia apareció nuevamente en el cofre, y nuevamente fue llevada al sagrario. Al día siguiente sucedió lo mismo, y el sacerdote comprendió que este milagro no debía quedar en secreto sino ser conocido. Desde entonces Amsterdam se convirtió en lugar de peregrinaciones, donde acudían peregrinos de toda Europa a rendirle adoración a Jesús Sacramentado. Muchos de los visitantes que acudían a Amsterdam por tal motivo eran comerciantes, y con el tiempo Amsterdam se convirtió en un puerto en donde el comercio se desarrollaba aunado a la veneración del Santísimo Sacramento.
Más tarde la reforma protestante tomó el Lugar Santo y nunca más se vio la Sagrada Hostia del Milagro. La tradicional procesión fue prohibida, pero los católicos continuaron reuniéndose cada año, haciendo el mismo recorrido de antes, en oración, pero en silencio. Desde entonces este recorrido tomó el nombre de "paso silencioso". Todavía hoy fervientes católicos de todas partes de Holanda se reúnen cada año para participar en este "paso silencioso".
No es de extrañar entonces que María quiera ligar la Presencia Eucarística de Su Hijo manifestada en Amsterdam varios siglos atrás, con su nuevo rol de Corredentora. El Redentor y la Corredentora juntos, el Hijo y la Madre juntos, indisolublemente.
¿La vidente?
La vidente Ida Peerdeman fue testigo ocular de las apariciones de la Santísima Virgen en Amsterdam, desde 1945 a 1959. Ida era una humilde oficinista que vivía con sus hermanas en Amsterdam. Católica practicante, vivía una vida normal hasta que María la eligió para ser un instrumento de una parte importante de su obra en estos tiempos. Nació en el año 1906 y murió el 17 de junio de 1996, a los noventa años de edad. Su fallecimiento ocurrió como se lo había anticipado María: sería luego de que ella pueda ver la aprobación de la iglesia a la aparición de la que fue testigo y vidente. Diez días antes, Ida había dado permiso para que los mensajes que ella recibió de la Santísima Virgen fueran publicados. Su misa de funeral fue celebrada por el Obispo Bomers (el mismo que otorgó la aprobación inicial) quien empezó su homilía en esa ocasión declarando que “estamos hoy aquí reunidos como personas que amamos, admiramos y estimamos a Ida Peerdeman”.
Dios siempre elige a los más pequeños y humildes para Su obra. Es imposible entender desde la lógica humana el motivo de sus elecciones. Quizás el mensaje sea justamente ese: los hombres simplemente no debemos tratar de entender el por qué del modo de obrar de Dios. Lo concreto es que el tiempo confirma el resultado de Su obrar, como ocurrió con Ida, que se manifestó como una férrea y obediente alumna de su maestra, la Virgen María.

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NUESTRA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS


La primera aparición

Ocurrió el 25 de marzo de 1945, día en que se celebra la fiesta de la Anunciación del Angel Gabriel a la Virgen María. Ese año la celebración coincidió con el domingo de Ramos, una muy especial coincidencia. Ida estaba en la sala de estar de su casa con sus hermanas y el Padre Frehe, que estaba de visita en la ciudad. Este sacerdote fue el confesor y director espiritual de la vidente, desde 1917 hasta su muerte ocurrida en 1967.
Hablaban de la guerra, del hambre y frío que pasaban, de las cosas que habían vivido en esos días. De repente algo atrajo la atención de Ida y la impulsó a ir a la habitación contigua. Allí vio una gran luz, una luz muy especial. Ida dudaba sobre el origen de aquella luz, cuando vio que la misma se le acercaba desde un rincón de aquella habitación. En ese momento la habitación desapareció frente a sus ojos, todo lo que estaba a su alrededor desapareció. Se encontró en medio de un mar de luz y de un profundo vacío, del que surgió una silueta, una figura viviente que tenía la forma de una mujer. Ida simplemente no lo puede explicar de mejor forma. Llevaba un vestido blanco con un cinturón, y estaba de pie con los brazos abiertos y las palmas de las manos hacia adelante, hacia Ida. Ida sintió en ese momento que tenía que ser la Santísima Virgen, no podía ser otra persona. Entonces la figura comenzó a hablarle:

le dijo “repite lo que te diga”.
Ida repetía palabra por palabra lo que escuchaba, María hablaba muy lentamente. Primeramente María le anticipó la liberación de Holanda de los alemanes, que ocurriría en mayo de 1945. Luego le muestra el Rosario y le dice: “a esto se lo debemos, Perseverad rezándolo”. Luego le pide oración, que se difunda la necesidad de la oración, especialmente los soldados que aún luchan en la guerra. También le profetiza que ellos pronto volverán a sus casas. Entonces su juntaron a su alrededor sus hermanas y el Padre Frehe, que escuchaban lo que ella repetía. El sacerdote pidió a una de las hermanas de Ida que escriba todo lo que escucha, mientras le dijo: Pregúntale quien es. La figura sonrió y dijo: “Me llamarán la Señora, la Madre”. Para la angustia de Ida, tanto el Padre Frehe como las hermanas se rieron de ello, porque nunca habían escuchado que a la Virgen se la llame de ese modo. Ida se enojó, pero luego pensó que si ellos vieran lo que ella veía no se reirían de ese modo, con lo que los disculpó de inmediato.
María pasó entonces frente a Ida, dejando una Cruz frente a ella. Cuando Ida se agachó para recogerla, notó que era muy pesada. La Virgen, después de decirle a Ida todo lo que quería que repitiera, se retiró lentamente mientras la luz se apagaba. La habitación recuperó su normalidad.
Esta primera aparición marcó la forma en que María se presentó a Ida desde 1945 hasta 1959, en cincuenta y seis oportunidades. Siempre en la forma de visiones y revelaciones, de las que surgieron profecías y pedidos, enseñanzas y consuelo. María en su máxima expresión maternal, engarzando las apariciones previas (la Medalla, Lourdes, La Salette, Fátima, entre otras) con las que vinieron con posterioridad (Akita, Rwanda, Betania, Garabandal, San Nicolás y Medjugorje, fundamentalmente). Amsterdam contiene un mensaje central que madurará con el tiempo: la Corredentora entre nosotros.
Los mensajes a lo largo de los años

La mayor parte de las apariciones ocurrieron en la casa de Ida, aunque algunas se dieron estando Ida en Alemania, mientras otras pocas ocurrieron en público. Al principio no hubo una fecha especial para los mensajes, pero al final de los años cincuenta María empezó a aparecer el 31 de mayo de cada año. La última aparición tuvo lugar el 31 de mayo de 1959. Sin embargo, a partir de 1958 la vidente empezó a tener vivencias Eucarísticas: visiones e imágenes llenas de valor simbólico que se daban durante la celebración de la Santa Misa en la capilla de la calle Diepenbrock en Amsterdam, que es donde se encuentra ubicado el cuadro original de la Señora.
Los primeros mensajes, desde 1945 hasta 1950, contienen muchas amonestaciones, advertencias y profecías, pero también mucho consuelo y promesas. Al principio no se entendían sus palabras e imágenes. María advertía sobre tremendas pruebas y peligros que amenazan a la Iglesia: falta el amor, la verdad y la justicia. Ella exhorta a la Iglesia a una mayor apertura y generosidad, quizás anticipando el Espíritu fresco y renovador que originó el Concilio Vaticano II, a pesar de que allí también se originaron algunos errores difundidos luego dentro de la Iglesia. En diversas imágenes María nos muestra un mundo desgarrado, infectado de corrupción y calamidades. María invita permanentemente en las visiones a volver a la Cruz, de lo contrario no habrá paz. Hace un llamado a la unificación de todos los cristianos, pues una tremenda lucha espiritual amenaza con estallar en Europa y expandirse al mundo entero.
Ella profetizó en visiones la guerra de los Balcanes, llevó a Ida a presenciar la catástrofe de Chernobyl, entre muchos otros anuncios. Sería imposible reproducir en este trabajo la totalidad de las visiones y mensajes recibidos por Ida. Por ello nos concentraremos en lo esencial de la visita de María a Amsterdam.
María describe el mundo por venir

Dice Ida, relatando una de sus visiones: Vi el Vaticano y a toda la Iglesia Católica a su alrededor. Luego vi una paloma negra volar sobre nuestra Iglesia. La Señora me señala esta paloma diciendo: “Es el espíritu viejo, que deberá desaparecer”. La paloma de repente se vuelve blanca, y María le dice: “Esta es una nueva paloma blanca. Manda sus rayos en todas las direcciones, pues el mundo se tambalea. Unos cuantos años más, y el mundo desaparecería,. Pero El vendrá y pondrá orden en el mundo, sin embargo…ellos tienen que escuchar”.
Luego María lleva a Ida frente a una gran Cruz: “tómala, El la ha llevado antes que tú”. No quiero llevarla, y siento como que represento a todas las personas del mundo que se niegan a llevar la Cruz. María me toma de la mano y me dice: “ven”. Ahora veo una figura radiante, luminosa, con una vestidura larga, que nos precede. Es la figura de un Hombre, pero totalmente transfigurado, Espiritual. El Hombre carga una Cruz pesada, la arrastra por el suelo. No puedo ver Su Rostro, es todo un rayo de Luz. Camina por todo el mundo con la Cruz, pero nadie lo sigue. “Está sólo”, dice María. “El va sólo por el mundo, que empeorará aún más, hasta que en un momento determinado algo terrible suceda”.
De repente la Cruz está de nuevo levantada en medio de la tierra. “Ahora todos tendrán que verla, quieran o no”, dice nuestra Madre. Ida ve a continuación una serie de imágenes extrañas. Cruces gamadas bajo la Cruz caen. Luego estrellas, todas caen. Hoces y martillos, todo cae bajo la Cruz. Luego ve de repente a la Señora con el Rosario, que dice: “¡Continuad rezando, todo el mundo!”. Señalando el Crucifijo, agrega: “Todo el mundo tendrá que regresar a El, desde el más grande al más pequeño, el más pobre como el más rico. Pero costará trabajo”. Luego Ida ve a María poniendo un pié sobre el globo terráqueo, y le dice: “Pongo el pié sobre la tierra. Los ayudaré y los conduciré hasta la meta, pero tendrán que luchar”.
Este mensaje, recibido por Ida el 7 de octubre de 1945, contiene profecías centrales para el mundo. María profetiza allí no sólo hechos históricos que ocurrirán en el futuro (para dar credibilidad a sus mensajes, profetiza la guerra de Bosnia o la catástrofe de Chernobyl) pero también anuncia una gran crisis dentro de la Iglesia y del mundo mismo. Anuncia eventos que María también nos anticipa desde Medjugorje o Garabandal, como el aviso o el gran milagro que ocurrirá para dar una última oportunidad de conversión a aquellos que tienen el alma alejada de Dios, en situación de muerte espiritual, aunque sus cuerpos aún vivan. También se anuncia como la Pastora que nos llevará de regreso a la Cruz de Su Hijo, como anticipó San Luis Grignon de Montfort o tantos otros Santos devotos de María.
Meditando este mensaje vemos con alegría el consuelo de la Madre que nos anticipa y confirma la inminente venida de Jesús en nuestro auxilio, a pesar de la tremenda oscuridad que crece en el mundo.
María nos anuncia el inminente regreso de Su Hijo

Ida ve a la Señora de pié, con el Niño Jesús en sus brazos. Jesús tiene una aureola alrededor de Su Cabeza, e irradia Luz en todas las direcciones. María baja y aparece de pie sobre el globo terráqueo, que gira debajo de Ella. María mira a Ida y le dice: “Ven, sígueme”. Van juntas y caminan sobre el globo terrestre. Mientras María mira a Ida, señala al Niño Jesús y le dice: “A El deseo traerlo de nuevo al mundo”. Pero mientras dice esto menea negativamente la cabeza una y otra vez. Veo que el Niño se transforma en una Cruz. De repente la Cruz cae al suelo y se rompe en pedazos. Ida mira al mundo y ve que se ha envuelto totalmente en oscuridad. María dice: “Lo traeré de nuevo al mundo”, y señala la Cruz rota. Luego la Virgen aparece sentada en un sillón con el Niño en su regazo, que irradia Luz en todas las direcciones. Ella dice: “Primero regresad a El, sólo entonces reinará la verdadera Paz”. María mira muy seriamente a Ida: “La Religión sufrirá una dura lucha, tratarán de destruirla. Pero lo harán con tanta astucia que casi nadie se dará cuenta de ello. Sin embargo yo los prevengo….Christus Regnum…¡Roma, ponte en guardia!”.
Esta visión, del 29 de marzo de 1946, contiene el anuncio de la Segunda Venida de Jesús, anunciada en repetidas ocasiones en el viejo y el nuevo Testamento. Pero también profetiza la dura lucha y crueldad que precederá este hecho Glorioso. Probablemente aquí preanuncia la difusión de la negación de la verdadera Presencia Eucarística de Jesús, hecho también conocido como la gran abominación. Evidentemente Roma sufrirá grandes ataques que tratarán de destruir la verdadera Cruz, la Presencia del Señor en Su Sacrificio Perpetuo, la Eucaristía.
El 31 de mayo de 1955 la Virgen dijo: “Cuando empecéis a pedir al Santo Padre la proclamación del dogma, la Señora cumplirá su promesa y vendrá la verdadera Paz. La verdadera Paz, pueblos, es el Reino de Dios. El Reino de Dios está más cerca que nunca. Comprended bien estas palabras... ESTÁ MÁS CERCA QUE NUNCA”.
María nos advierte, nos prepara en la necesidad de estar alertas a esta sutil pero destructiva acción del maligno que se avecina. Pero también nos da la mayor felicidad que podemos tener, al anunciarnos que este tremendo dolor de parto que sufriremos como Iglesia, como miembros del Cuerpo Místico de Jesús, precede a Su Regreso en Gloria.
Anuncios de catástrofes en Medio Oriente y el mundo entero

Ida ve a la Señora que le dice: “Vendrán catástrofes de norte a sur, de sur a oeste, y de oeste a este”. La vidente ve una cúpula redonda, que parece ser la ciudad de Jerusalén, y escucha: “En Jerusalén y en sus alrededores tendrán lugar graves batallas. Es como si el mundo se fuera a romper en dos partes. Habrá mucho dolor y miseria”. Ida siente mucho dolor en una mano y ve a América y Europa uno junto al otro. Ve escrito: “Guerra económica, boicot, crisis monetaria, catástrofes”. Luego ve de repente un gran reloj solar, y oye a María decir: “El reloj solar ha retrocedido”.
Esta visión del 26 de diciembre de 1947 parece preanunciar la crisis entre el mundo Musulmán y occidente que vemos en nuestros tiempos, con el mundo capitalista unido en guerra contra pueblos de oriente medio después del atentado del 11 de setiembre de 2001, y Jerusalén herida. Las catástrofes naturales parecen unirse a catástrofes económicas y bélicas producidas por el mismo hombre.
El 28 de marzo de 1948 sigue María profetizando sobre estos mismos temas:
Ida ve a la Señora que le dice: “Se tratará del derecho. Dentro de poco sucederán cosas muy serias, que serán precedidas por el caos, la confusión y la desesperación. Sobre San Pedro se adensarán nubes espesas, que sólo se disiparán con muchas luchas y esfuerzos. De lo contrario vendrá la ruina. Todos los cristianos deberán unir sus fuerzas, lo que costará mucho dolor y sufrimiento. Uníos todos, pues la lucha empieza. Las puertas se abren. En Jerusalén, los pueblos orientales se tapan la cara con las manos. Se lamentarán por su ciudad”. Luego la vidente ve escritas las siguientes palabras: “Rectitud, Amor y Justicia”. María dice: “Mientras esas palabras no entren en la cabeza de los hombres y no las vivan de corazón, no habrá perspectivas de paz. Pueblos cristianos, los paganos os lo van a enseñar”.
Una vez más María nos advierte de cambios en las reglas, que generarán tragedias espirituales y materiales. La inmoralidad y ambición desmedida que invade al mundo son advertidas por María como desencadenantes del dolor. También, como ocurrió con el pueblo Judío con la venida del Salvador, nos encontramos que el pueblo elegido (los cristianos, en esta oportunidad) deberán aprender de los gentiles o paganos.
Rusia, como en Fátima, foco de profecías

Ida ve a la Señora sentada, vestida de luto, con un velo blanco que le cubre la cabeza. Sus facciones son las de una mujer muy anciana, está encorvada y dice: “Estamos acá, en la oscuridad, es la corrupción de la humanidad”. A continuación entra con Ella en una profunda oscuridad. Siguen caminando, todo está muy oscuro. Entran en una cueva donde aparece un poco de paja y un Niño es colocado en ella. Muchas personas lo rodean, mientras María dice: “Gente humilde, los más pequeños de mis hijos. No encuentran lugar para ellos, grandes multitudes. Los más pequeños de mis hijos”. Luego dice: “Todo será fingido en Rusia, allí habrá un cambio total”. Luego Ida ve girar a la tierra, y María le dice: “La naturaleza también cambia”. Luego escucha: “Cristo ya no existe. Realismo, un espíritu de realismo”. Ida ve ese espíritu en la misma forma. Luego vuelven a ingresar a la misma cueva, y ve aparecer a todos los frutos y riquezas de la tierra: “Y ahora vamos a distribuirlos. Este es el espíritu que no han comprendido”.
Este mensaje del 7 de mayo de 1949 nos muestra el dolor de María, que sólo es compartido por sus hijos más pequeños. Ellos son los que están con Jesús, en su humilde cueva como lo hicieron los pastores en Belén. En estos tiempos el espíritu de los humildes pastorcitos debe ser imitado por aquellos que quieran ser consuelo e instrumentos para el traspasado Corazón de la Virgen. Rusia, difusor del comunismo como herramienta del mal contra la verdad de Cristo, es puesto en escena por María una vez más: allí se anunciaron los grandes cambios que han venido ocurriendo, y otros que ocurrirán. También nuestra Madre nos habla de los verdaderos frutos de la Creación, que son bien distintos de los frutos que el hombre moderno ha creado (el dinero, el placer, la vanidad y avaricia, el poder y la soberbia), como ídolos que reemplazan la alabanza y adoración del Dios único y verdadero
El Segundo Pentecostés: el Espíritu Santo entre nosotros
Dice María: “Existe en el mundo una tendencia fuerte hacia el bien, y es precisamente ésa la razón por la que el otro espíritu está trabajando. Ese espíritu está ocupado en influenciar al mundo y corromperlo. Los hombres no son en sí malos, sino sólo débiles. La Iglesia deberá esforzarse en formar el espíritu. Precisamente ahora tiene una gran oportunidad, porque la oportunidad está buscando. La lucha ya no será contra las naciones, sino contra el espíritu” (mensaje del 14 de febrero de 1950).
Dice nuevamente la Señora, mientras señala hacia arriba donde Ida ve una paloma blanca: “Mira, ese es el Espíritu nuevo que tiene que venir”. Luego ve salir unos rayos de la paloma. Los rayos van hacia abajo, dos hacia la mitad, dos a la derecha y dos a la izquierda. La Señora dice: “Más tarde entenderás el significado. Cristiandad, no sabes que grave peligro te amenaza. Hay un espíritu que quiere infiltrarse, pero -la Señora hace un signo de bendición con la mano- la victoria es nuestra”.
María hace insistentes referencias a la influencia del Maligno en estos tiempos, y al espíritu de materialismo que invade al mundo. Pero también nos anuncia el renovado soplo del Espíritu Santo, que nos inunda con sus inspiraciones, sus dones y sus gracias. Es tan numeroso el recuento de revelaciones y gracias dispersadas aquí y allá, que claramente podemos concluir que Dios nos está bendiciendo con un Segundo Pentecostés.



Nuestra Señora se apareció en Amsterdam a una sencilla mujer, Ida Peerdeman, revelándole una serie de acontecimientos futuros, como la crisis por la que atravesaría el mundo y el gran combate que se desarrollaría dentro de la Iglesia, la liberación de los Países Bajos de la ocupación alemana, futuras guerras como la del Golfo y la de los Balcanes, la catástrofe de Chernobyl y otras profecías que se han cumplido con rigurosa exactitud. Pero lo más importante es el mensaje de esperanza que quiere dejar a sus hijos. La Virgen señala a su Hijo, Jesús, y también la Cruz. Insiste en que sólo regresando a El vendrá la verdadera Paz. Como en sus apariciones anteriores, pide el rezo del Santo Rosario, mostrándolo como el arma más poderosa contra el demonio.
Pero el eje de esta aparición de María es sin dudas su profecía respecto de que el dogma final de "María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada" será proclamado formalmente por la Iglesia un 31 de mayo. Después, vendrá la verdadera paz.
La aparición comenzó el 25 de marzo de 1945, día en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Anunciación. En total fueron 56 apariciones entre ese año y 1959. María allí ha pedido se le reconozca con el nuevo título de "La Señora de Todos los Pueblos", se venere la imagen que le mostró a la vidente y se rece una oración a Jesucristo, que Ella misma le dictó.
A través de esa oración María nos pide implorar la Presencia del Espíritu Santo en el mundo, para que descienda sobre nosotros, como en Ella siempre estuvo.
Esta aparición, tan poco conocida, es una de las más importantes que María nos ha regalado. Y no es sólo por las profecías que allí se escucharon, o por la oración al Espíritu Santo que Ella nos enseñó, o por la hermosa imagen que nos regaló. Su importancia radica en el pedido de proclamación del quinto y último dogma Mariano, la joya que completa la Corona de María:

María Corredentora,
Mediadora de todas las gracias y Abogada
Oración dictada por María a Ida
Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite
en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra.
Que la Señora de todos los Pueblos,
que un día era María,sea nuestra Abogada.
Amén