– de Esperanza:
Porque aquí no tenemos una ciudad permanente, sino que buscamos la que ha de venir (Heb 13,14).
– de Caridad:
Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (Ef 2,4).
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Rom 5,8).
No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley (Rom 13,8).Nosotros somos insensatos por causa de Cristo; vosotros sois sensatos en Cristo.
Nosotros somos débiles; vosotros fuertes.
Vosotros sois distinguidos, pero nosotros despreciados (1Cor 4,10).
Y andad en amor, como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio en olor fragante a Dios (Ef 5,2). …para con el prójimo:Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tropiece tu hermano (Rom 14,21).
– Hombre que medita la Palabra:
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Heb 4,12).
Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras tengamos esperanza (Rom 15,4).
Porque no somos, como muchos, traficantes de la palabra de Dios; más bien, con sinceridad y como de parte de Dios, hablamos delante de Dios en Cristo (2Cor 2,17).
– Hombre de la Eucaristía: El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo comenzó a hablarles, porque había de partir al día siguiente, y alargó el discurso hasta la medianoche (He 20,7).
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?
El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? (1Cor 10,15).
– Su devoción a Pedro y respeto a la Jerarquía:
Luego, después de tres años, subí a Jerusalén para entrevistarme con Pedro y permanecí con él quince días (Gal 1,18).
– Hombre movido por el Espíritu Santo: No apaguéis el Espíritu (1Tes 5,19).
– que tiene el carisma del apóstol: A unos puso Dios en la iglesia, primero apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros (1Cor 12,28).
– Humilde: Porque me propuse no saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y a él crucificado (1Cor 2,2).
– que hace todo para la mayor gloria de Dios: Así como yo en todo complazco a todos, no buscando mi propio beneficio sino el de muchos, para que sean salvos (1Cor 10,33).Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él (Col 3,17).
– que lucha por la perfección: Pero las cosas que para mí eran ganancia, las he considerado pérdida a causa de Cristo (Fil 3,7).Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago, olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante (Fil 3,13).
– El enamorado de Cristo: …porque yo sé en quién he puesto mi confianza (2Tim 1,12). Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gal 2,20); ¡Todo lo puedo en Aquel que me conforta! (Fil 4,13).
– El místico, que fue hasta el tercer cielo:Conozco un hombre que fue arrebatado al paraíso, donde escuchó cosas inefables que al hombre no le es permitido expresar (2Cor 12,4).
– El taumaturgo: En Listra se hallaba sentado cierto hombre imposibilitado de los pies, cojo desde el vientre de su madre, que jamás había caminado. Éste oyó hablar a Pablo, quien fijó la vista en él y vio que tenía fe para ser sanado. Y dijo a gran voz,
– ¡Levántate derecho sobre tus pies! Y él saltó y caminaba (He 14,8).Entonces, de repente sobrevino un fuerte terremoto, de manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos. Al instante, todas las puertas se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron. Cuando el carcelero despertó y vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y estaba a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo gritó a gran voz, diciendo,
– ¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí! (He 16,26).Dios hacía milagros extraordinarios por medio de las manos de Pablo; de tal manera que hasta llevaban pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo para ponerlos sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían de ellos (He 19,11).
– El mártir:
decapitado: «Por envidia y discordia Pablo tuvo ocasión de mostrar el premio de la paciencia. Siete veces llevando cadenas, exiliado, lapidado, haciéndose heraldo en oriente y occidente, gozó de la noble fama de la fe.
Luego de haber predicado la justicia en todo el mundo, llegando a los confines de occidente y habiendo dado testimonio ante las autoridades, dejó este mundo y llegó al lugar santo, convirtiéndose en el más grande modelo de paciencia»[1].
Fuente: Carlos Buela IVE
sábado, octubre 11, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario