viernes, octubre 31, 2008

1202 - 22/10/2008

Queridos amigos: Paz y Bien.
En el día de hoy, siguiendo con las enseñanzas de la Iglesia sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, continuamos con
el libro sobre: LA SANTA MISA.
Fuente: LA MISA, UNA FIESTA CON JESUS, tomado de la página webwww.libros católicos.org (con permiso del autor, P. Angel Peña Benito, O.A.R. para copiar sus textos).
Autor: P. Angel Peña Benito, misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú).
TERCERA PARTE REFLEXIONES - TESTIMONIOS (Continuación)
e) PADRE GIOVANNI SALERNO

El padre Giovanni es el fundador del Movimiento de los siervos de los pobres del tercer mundo y afirma: No logro comprender al sacerdote que deja de celebrar la santa misa, aunque sea un solo día. Ese día será para él un día sin sol. En mis viajes por toda Europa y por América del Norte y del Sur, Dios me ha hecho la gracia de no dejar jamás ni un solo día la celebración de la misa, que constituye para mí la única fuente de energía y me hace sentir siempre joven. La santa misa es como el sol de mi vida. Cuando no pueda celebrarla, querrá decir que mi tiempo sobre esta tierra ha terminado.
* * * * * * *Al leer estos testimonios, quizás podamos entender mejor a los mártires de Abitene, del año 304. Fueron presentados al procónsul por los oficiales del tribunal. Se le informó que se trataba de un grupo de cristianos que habían sido sorprendidos, celebrando una reunión de culto de sus misterios.
El primero de los mártires torturados, Télica, grito: Somos cristianos; por eso, nos hemos reunido. Saturnino, lleno del Espíritu Santo, respondió: "Hemos celebrado el día del Señor, porque la celebración del día del Señor no puede omitirse".
Mientras atormentaban al sacerdote Emérito, un lector, dijo:" nosotros no podemos vivir sin la misa del domingo".
El gran historiador eclesiástico san Eusebio de Cesarea escribió: Cada lugar donde se sufre es para nosotros un sitio para celebrar la misa, ya sea en un campo, en un desierto, en un barco, una posada o una prisión.Ojala que, al valorar más la santa misa como una fiesta de encuentro con Jesús, podamos estar dispuestos a cualquier sacrificio para no perder ninguna misa ni comunión ni siquiera los días ordinarios.
Y, cuando no podamos asistir personalmente, hagamos muchas visitas y comuniones espirituales a Jesús Eucaristía y enviemos a nuestro ángel a visitar las iglesias del mundo y adorar en nuestro nombre a Jesús Sacramentado. Amén. (Continuará).
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía y en María, Medianera de todas las gracias.
José Luis Elizalde Esparza.

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