miércoles, octubre 15, 2008

1188 - 08/10/2008

Queridos amigos: Paz y Bien.
En el día de hoy, siguiendo con las enseñanzas de la Iglesia sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, continuamos con el libro sobre:
LA SANTA MISA.Fuente: LA MISA, UNA FIESTA CON JESUS.
Autor: P. Angel Peña Benito, misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)
SEGUNDA PARTE.
e) PREFACIO Y SANTO (Continuación)
En cada misa nosotros cantamos con ellos y todos los santos y todas las criaturas este himno de alabanza a nuestro Dios: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor, hosanna en el cielo.
Es necesario recordar aquí el papel tan importante que tienen los ángeles en cada misa. Personalmente, soy muy devoto de los ángeles y antes de cada misa los invito, de modo especial, a acompañarme. De modo que, aunque celebre la misa yo solo, no me siento solo, sino en unión con todos los ángeles y santos. Porque sé que cada misa es el cielo en la tierra y, aunque sea celebrada en un rincón del mundo por un sacerdote solitario, tiene un valor infinito, porque es la misa de Jesús, que da gloria infinita al Padre.
Algunos santos nos hablan de que en el momento del ofertorio, presentación de las ofrendas, los ángeles presentan a Dios las ofrendas, intenciones y buenas obras de sus asistidos. En el momento de la consagración, los ángeles con los santos adoran a Jesús realmente presente en el altar. En la comunión, acompañan a sus protegidos a recibir a Jesús y les inspiran buenos pensamientos para darle gracias. Muchos santos hablan de que los ángeles custodios se alegran cuando uno va a la misa, porque va a recibir para él, para su familia y para el mundo entero, muchas bendiciones. Ellos también cantan y adoran a su Dios, presente en la Eucaristía. Por ello, decía san Juan ­Crisóstomo: En la misa, los ángeles asisten al sacerdote, entonan cantos y llenan el recinto alrededor del altar para honrar a Dios que ahí está presente.
Los ángeles participan de nuestra alegría y con ellos, ciertamente, la misa es una verdadera fiesta. Si pudiéramos verlos con nuestros ojos, como algunos santos, quedaríamos maravillados. Por todo ello, hay que asistir a la misa con mucho respeto, bien vestidos y con mucha atención y devoción, porque estamos en la presencia del cielo entero. (Continuará)
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía y en María, Medianera de todas las gracias.
José Luis Elizalde Esparza.

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