martes, agosto 12, 2008

1121 - 02/08/2008

Queridos amigos: Paz y Bien.
Continuams hoy, dos de agosto, con el tema de ayer: VOCACION DE AMOR.
Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.
Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino recoleto.
Tema: VOCACION DE AMOR. (final)

Veamos ahora lo que me escribía una religiosa contemplativa: "Hay días en que estando en oración, me parece vivir en el centro mismo del Amor. Me veo como bañada en una luz profunda, muy suave y sencilla. Esto lo experimento en el centro mismo de mi alma, en su misma sustancia. Es un estado de paz profunda, en el que Dios me posee por completo y allá en lo íntimo de mi alma, oigo una voz muy dulce que me dice: "Dame tu amor". Tengo una necesidad inmensa de amar, es algo que no puedo contener en mi pecho, mi pobre corazón se siente asfixiar, necesita más espacio, que sólo Él puede darme y que sólo Él puede saciar. Comprendo que esto será en la patria y que ya falta menos, pero a medida que me acerco más a este fin deseado, el deseo aumenta y el camino se me hace más largo. ¡Tengo tantas ganas de verlo, de amarlo, y de fundirme con Él para siempre!".Otra religiosa me decía: "Quisiera tener un corazón tan grande como el mundo, amar con el corazón de todos los hombres, amar con el mismo corazón de Dios y desaparecer en Él para siempre. ¡Es tan dulce el fuego de su amor! Hay momentos en que siento una gran necesidad de perderme en Él y me encuentro como dentro de un gran globo de luz, en el que puedo ver y comprender su obra salvadora en mí. Dentro de ese globo, que es Él, yo me pierdo y sólo puedo apreciar una motita que es luz en la Luz y por la Luz... A veces, al comulgar me dice: "Eres mía. Te amo. Toma el pan de vida. Pronto pasará el invierno y te desposaré conmigo para siempre". Mi vivir ahora es una espera. ¿Cuándo llegará el dichoso momento de la muerte y de mi encuentro definitivo con El? Entonces, mi amor llegará a su plenitud, descansaré para siempre perdida en Él y en un beso eterno me desposaré con el que siempre ha sido mi amor en el destierro".Otra religiosa contemplativa me escribía, llena de emoción: "Hay días en que me abraso de amor. Mi corazón es demasiado pequeño para tanto amor. Un día, estando en oración, llegó un momento en que no sabía nada de nada y me pareció oír la frase de la Bta. Isabel: Inmensidad en que me pierdo. Me pareció ver un mar inmenso, de una serenidad total, con unas aguas transparentes, de modo que podías contemplar el fondo con toda facilidad... Era Él y mi pobre ser. Yo estaba totalmente sumergida en la INMENSIDAD del Amado".Dios es un abismo de luz, de amor y de alegría. Sólo Él te puede dar la auténtica felicidad. En la medida en que lo ames, serás más feliz y más sabio y santo. Porque "el corazón de la santidad es el amor" (Ecclesia in America, 30). (Final del texto).
Un saludo cordial en los Corazones de Jesús y María.
José Luis Elizalde Esparza.

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