viernes, febrero 29, 2008

Queridos amigos: Paz y Bien
Ayer nos preparábamos para recibir al Señor en la Eucaristía.
Hoy vamos a DARLE GRACIAS después de haber comulgado.

He aquí algunas ideas recogidas por la Iglesia:"Inestimabile Donum", documento publicado por la Sagrada Congregación con la autoridad del Papa Juan Pablo II, pone sumo énfasis en la oración de ACCION DE GRACIAS para después de la Sagrada Comunión."

Se recomienda a los fieles no omitir esta Acción de Gracias después de la Comunión. Puede hacerse ésta durante la celebración de la Eucaristía mediante un periodo de silencio, con un himno, salmo u otra canción de alabanza, o también después de la celebración, quedándose para rezar durante un cierto tiempo" ("Inestimabile Donum" nº 17 - 17 Abril 1980).

La razón es que Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero Hombre, está presente bajo las especies Eucarísticas y durante el tiempo que éstas duran. En ellas está el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios. Asimismo, Cristo está en todos los Sagrarios del mundo y de forma especial en los sagrarios vivientes de aquellos que han recibido la Santa Comunión.¿Qué razón existe hoy en día para olvidar dar gracias a Cristo después de la Eucaristía?

Creemos que fundamentalmente la herejía del estrés y la urgencia de nuestras actividades profesionales o de cualquier otro tipo. Si no estamos haciendo algo, nos parece que no hacemos nada.La historia de Marta y María, en Betania, nos muestra cómo nuestro Señor da más valor a la oración y contemplación silenciosa de María, a los pies de Jesús, que toda la actividad de Marta: "Marta, te preocupas por demasiadas cosas, pero María ha elegido la mejor parte y no le será quitada". Otra razón importante es el olvido de lo "sagrado" y la confusión con lo "profano". Dios está en todas partes y en ellas podemos adorarle: "Los cielos proclaman su gloria", pero la adoración de Jesucristo en su Sagrada Humanidad, como Dios hecho Hombre para salvarnos, más que cuando caminaba en Palestina o hablaba con sus apóstoles, es "única" en la Eucaristía. Es el momento más íntimo de Cristo con nosotros (y a través de Él, con el Padre y el Espíritu Santo). El está presente en nosotros como alimento: "El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre, habita en Mí y Yo en él" hasta formar una unidad perfecta.Es verdad que el comulgante puede sentir sequedad y aridez, después de recibir a Jesús Sacramentado. Una ayuda puede ser: dirigirse a María, la Madre de Dios, que fue la primera adoradora mientras Jesús estaba en su seno y más tarde en la Cueva de Belén. Que sea Ella la que nos prepare para adorarle debidamente. A los videntes de Fátima el Ángel les enseñó esta oración: "Oh Dios mío, creo en Ti, Te adoro, espero en Ti y Te amo. Te pido perdón por todos aquellos que ni creen, ni adoran, ni esperan, ni aman".

O esta otra, compuesta por Santo Tomas de Aquino: ADOROTE DEVOTETe adoro con fervor, Deidad oculta,que estás bajo estas formas escondida,a Ti, mi corazón, se rinde enteroy desfallece todo, si te mira.Se engaña en Ti la vista, el tacto, el gusto;mas tu palabra engendra fe rendida;cuanto, el Hijo de Dios ha dicho, creo;pues no hay verdad cual la verdad divina.En la cruz, la Deidad estaba oculta, aquí la humanidad yace escondiday uno y otro creyendo y confesando,imploro yo lo que imploraba Dimas.No veo, como vio Tomás tus llagas,mas por su Dios te aclama el alma mía;haz que siempre, Señor, en Ti yo crea,que espere en Ti, que te ame sin medida.Oh memorial de la Pasión de Cristo, oh pan vivo que al hombre das la vida;concede que de Ti viva mi almay guste de tus célicas delicias.Jesús mío, pelícano piadoso,con tu Sangre mi pecho impuro limpia;que de tal Sangre una gota puede,todo el mundo salvar de su malicia.Jesús, a quien ahora miro oculto;cumple, Señor, lo que mi pecho ansía,que a cara descubierta contemplándote,por siempre goce de tu clara vista. Amén

También podemos pedirle perdón por todos los pecados de la Humanidad, darle gracias por todos los beneficios recibidos y en especial por el don de la Eucaristía, por su Infinita Misericordia para con nosotros y por darnos los Sacramentos, a su Iglesia y a su Madre María, como madre nuestra, al pie de la Cruz. Sigamos su consejo cuando nos dice en las Bodas de Caná: "Haced lo que Él os diga". El Santo Padre, Juan Pablo II, en el Congreso Eucarístico de Sevilla (Junio 1993) habló de la importancia de la adoración silenciosa ante Cristo en la Eucaristía y se refirió en concreto al Catecismo de la Iglesia: "Para profundizar en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la Iglesia es consciente del significado de la adoración silenciosa ante el Señor presente bajo las Sagradas Especies del pan y el vino, convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo".Un saludo cordial en Jesús Eucaristía, el Amigo que siempre te espera en el sagrario, y en María, primer sagrario y custodia de Jesús Sacramentado.José Luis Elizalde

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