sábado, febrero 02, 2008

¡Alégrate, el Señor está contigo!
Mensaje Espiritual
Martes, 29 de enero de 2008
Semana 3ª durante el año
2 Samuel 6, 11a. 12-15; 17-19 / Marcos 3, 31-35
Salmo responsorial Sal 23, 7-10
R/. "El Señor es el Rey de la gloria”
Santoral:
San Sulpicio Severo, San Gildas o Gildosio
y San Pedro Nolasco

No esperes

No esperes una sonrisa, para ser gentil. . .
No esperes ser amado, para amar. . .
No esperes estar solo para reconocer
el inmenso valor de un amigo. . .

No esperes el luto del mañana,
para reconocer la importancia
de quienes están hoy en tu vida...
No esperes tener el mejor de los empleos,
para ponerte a trabajar...

No esperes la nostalgia del otoño,
para recordar un consejo. . .

No esperes la enfermedad,
para reconocer que tan frágil es la vida. . .
No esperes a la persona perfecta,
para entonces enamorarte. . .

No esperes el dolor,
para pedir perdón. . .

No esperes la separación,
para buscar la reconciliación. . .
No esperes elogios,
para creer en ti mismo...

No esperes que los demás
tomen la iniciativa, cuando sabes
que tu mueres de ganas de un abrazo,
una caricia, un beso. . .
No esperes el "te amo”,

para decir “yo también"
No esperes tener dinero por montones,
para entonces ayudar al pobre...

No esperes el día de tu muerte,
si aun no has amado la vida. . .

No podemos esperar, el momento es hoy
y hoy significa ahora, este día.

No vivamos esperando de los demás,
empecemos a ser protagonistas.
Es nuestra vida,

es nuestro presente: aquí y ahora.
Debemos aprender a amar, a dar
desinteresadamente, a sentir, a perdonar,
a darle valor a nuestras pequeñas cosas,
a nuestros amigos, a nuestro trabajo,
a nuestra vida de todos los días.

Si vivimos siempre esperando...
en esa espera se nos va la vida...

No esperemos de los demás...
nunca sabremos qué nos darán, qué recibiremos...
muchas personas viven esperando y en esa espera
se olvidan que aquellos que dan sin esperar
son los que reciben a manos llenas...

Todo lo que damos regresa a nosotros...
Si queremos recibir aprendamos primero a dar...
tal vez nos quedemos con las manos vacías,
pero nuestro corazón estará lleno de amor...
Y quienes aman la vida tienen el sello

de ese sentimiento en un lugar de su corazón...

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