domingo, enero 27, 2008

Queridos amigos: Paz y Bien
Ayer terminábamos el OCTAVARIO DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS y la Liturgia Ecuménica nos invita a seguir orando para que el Espíritu Santo derrame sobre todos sus componentes los dones de la fe, la justicia, el amor y la unidad, para que haya una sola Iglesia y un sólo Pastor.
Tenemos un tarea por delante que no es fácil, pero tenemos la esperanza de que el Señor que nos dice: Pedid y recibiréis... nos colmará de su gracia para conseguir la tan deseada
UNIDAD DE TODOS LOS CRISTIANOS.
Continuamos con nuestro tema:
JESUS EUCARISTÍA, EL AMIGO QUE SIEMPRE TE ESPERA,
para que podamos conocerle cada día más, amarle más, y seguirle con más entusiasmo.
Todo para la mayor gloria de Dios, Trino y Uno, y salvación del género humano.
Fuente: JESUS EUCARISTÍA, EL AMIGO QUE SIEMPRE TE ESPERA
Autor: P. Ángel Peña Benito, O.A.R. misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)TERCERA PARTE: TESTIMONIOS Y MILAGROS
Tema: TESTIMONIOS

En esta tercera parte, vamos a considerar casos concretos de testimonios, conversiones, sanaciones y milagros, a lo largo de los siglos, para que podamos reafirmar nuestra fe en la presencia viva y real de Jesús en este sacramento. Jesús sigue actuando y haciendo maravillas hoy en la Eucaristía, como lo hacía hace dos mil años. Así nos lo confirman también los testimonios de los santos.

TESTIMONIOS

Muchas religiosas contemplativas, con las que me escribo, me han relatado sus experiencias con Jesús Eucaristía. Una de ellas me decía: "Las gracias más grandes que he recibido en mi vida, las he recibido, directamente de la sagrada Eucaristía y, especialmente, el matrimonio espiritual". Otra me escribía: "Mi celda está cerquita del Sagrario y puedo irme a visitarlo con frecuencia. Acabo de estar con El Y me envolvió el silencio impresionante y me dejé llevar por El. Fue algo tan hermoso... Jesús Eucaristía me hacía sentir las dulzuras de su amor sacramentado.

Y me pareció oír su dulce voz, pero fuertemente persuasiva y dulcemente tajante: "Yo soy Jesús y te amo mucho".Una alegre y feliz religiosa ancianita, me manifestaba: "Soy muy feliz. He hecho del sagrario mi morada y le he pedido a Jesús que venga a hacer de mi corazón su sagrario. Así estamos siempre juntos. ¡Qué lindo es vivir siempre con Jesús, formando un solo corazón!". ¡Qué felices los religiosos que pueden vivir bajo el mismo techo de Jesús!.

Me contaba una religiosa: "Un día fui a la capilla y, después de ponerme de rodillas, me vino un recogimiento tan grande como jamás me había ocurrido y por mucho esfuerzo que hubiera hecho por recogerme ni de tal forma lo hubiera podido adquirir. Parecía que se me arrebataba el alma. Jesús me hizo comprender de una manera inefable el misterio del sacerdocio y hasta la gloria y recompensa que tendrán después. También me hizo ver cómo está y nos espera en la Eucaristía y, sobre todo, el infinito amor que nos tiene. Un poco más y hubiera bastado para fallecer de amor, me sentía toda abrasada y casi no podía resistir tanto amor".

El Bto Rafael, monje trapense muerto a los 27 años, en l938 decía "En la paz y el silencio del templo mi alma se abandona a Dios. Si este Dios, que se oculta en un poco de pan, no estuviera tan abandonado, los hombres serían más felices, pero no quieren serlo. Todos los conflictos sociales, todas las diferencias se allanarían, si mirásemos un poco más hacia ese Dios tan abandonado, que está en nuestras iglesias".

Seamos como aquellos católicos de las islas Kiribati en Oceanía, que se reunían todos los domingos en la playa para adorar a Jesús Eucaristía, presente en las iglesias de Tahití a 5000 Kms. de distancia. O como aquel catequista de un pueblecito de los Andes peruanos que reunía a su gente los domingos y les decía, abriendo un corporal ante el altar de la capilla: "Adoremos a Cristo, que estuvo aquí con nosotros hace 22 años".Cuando estuve en el retiro mundial para sacerdotes en Roma del (5-9 de Octubre de 1984), teníamos una hora de adoración cada día en la Basílica Vaticana.

Eramos 7.000 sacerdotes de todos los países, unidos en una sola oración, adorando a nuestro Dios. ¡Qué días de gloria pasé en aquella ocasión! Muchos sacerdotes, durante la segunda guerra mundial llevaban siempre en el pecho la sagrada Eucaristía para darla en comunión a los soldados y también para tener fuerza y valor para soportar las pruebas de la guerra.

Con Jesús a nuestro lado, todo es más fácil.Cuando estuve de capellán militar en Ceuta, en el Norte de África, las religiosas adoratrices me hablaban de cómo algunas niñas musulmanas, a pesar de no creer, sentían que allí, en el sagrario, estaba Dios. Algo parecido le sucedió a aquella joven judía, cuando era alumna de un colegio de religiosas.

Me escribía así: "Un día cuando tenía 11 años, una amiga del colegio me invitó a entrar a la capilla, donde estaba el Santísimo Sacramento y, al entrar, instantáneamente, sin pensarlo, sentí con una fuerte claridad que allí en el sagrario, que yo llamaba "caja", allí estaba Dios. No sabría explicarlo, pero esto mismo me pasó en las dos siguientes iglesias católicas que visité". Ésta fue la piedra de toque para convertirse.

Actualmente, Sor María del Carmelo es religiosa contemplativa en un convento de Inglaterra. (continuará).
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía, el Amigo que siempre te espera, y en María, Madre de Dios y Madre nuestra.
José Luis Elizalde

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