domingo, diciembre 02, 2007


La Escuela de oración de Juan Pablo II es una propuesta de meditaciones y ejercicios orientados a profundizar nuestra relación personal con Dios.


Los textos presentados aquí, aunque pueden ser de ayuda para la oración individual, o bien para enriquecer la oración de distintas comunidades, están primordialmente dirigidos a los nuevos grupos de oración de Juan Pablo II. A estos grupos les proponemos un programa sencillo.

1. Vivir la oración de cada día en el espíritu del “Totus Tuus”

2. Cada semana, dedicar al menos media hora a la adoración del Santísimo Sacramento (en caso de enfermedad o dificultades – adorar la Cruz de Cristo)

3. Una vez al mes reflexionar sobre el don de la oración, mediante la lectura personal o participando en encuentros formativos de la “Escuela de oración”

4. Una vez al año hacer ejercicios espirituales, en los que se profundiza en la vida de oración; por ejemplo los organizados en la parroquia, o bien hacer la Novena a la Divina Misericordia.
La tarea más difícil es la de madurar la actitud expresada en las palabras “Totus Tuus –Soy todo Tuyo”. Es preciso, pues, asumir la diaria fatiga del trabajo sobre sí mismos, apoyándose en la adoración semanal, en la reflexión mensual y en los ejercicios espirituales anuales.
Las meditaciones y las prácticas espirituales, propuestas para cada mes, serán de gran ayuda para llevar a cabo estos compromisos. En ellas encontraremos reflexiones sobre la palabra de las Sagradas Escrituras, testimonios sobre la oración del Papa y también sus enseñanzas sobre el tema de la oración. El día indicado para esta reflexión orante y de adoración es el primer domingo de cada mes.

EL SEÑOR ESTÁ CERCA DE QUIEN LO BUSCA
PREPAREMOS NUESTRO CORAZÓN PARA ACOGER A CRISTO

Para el Encuentro de este mes hemos seleccionado textos de la Catequesis del Siervo de Dios Juan Pablo II que nos ayudarán a preparar nuestro corazón para acoger a Cristo que vendrá a visitarnos con su salvación, realizando en plenitud su Reino de justicia y paz. La conmemoración anual del Nacimiento del Mesías en Belén renueva en nuestro corazón la certeza de que Dios cumple sus promesas. Por tanto, el Adviento es un fuerte anuncio de esperanza, que toca en lo más hondo nuestra experiencia personal y comunitaria.

No hay comentarios.: