lunes, marzo 12, 2007

PARA REFLEXIONAR SOBRE LA CUARESMA

Caminos para vivir un cambio de corazón.

" Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo. Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. No son los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las cosas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará. "
Mt. 6, 1-6. 16-18


Pistas para la reflexión

El miércoles de Cenizas es el inicio de la Cuaresma, el tiempo de preparación para la Pascua.

La lectura del profeta Joel (Jl. 2, 12-18) invita a abrir el corazón para que Dios lo renueve. El mensaje central de la Cuaresma es la conversión, el cambio de vida, de corazón y de mentalidad para acoger en nuestra vida la Buena Noticia de Jesús Resucitado.

La Iglesia nos propone un camino para vivir la conversión, y en ese camino hay tres actitudes que son signo de cambio del corazón: la oración, la ayuda al necesitado y el ayuno.

En los tiempos bíblicos cuando el pueblo realizaba penitencia porque quería pedir perdón a Dios y cambiar, expresaba esta penitencia con el signo de ponerse cenizas sobre la cabeza. Manifestaba así su «humildad» (palabra que tiene la misma raíz que «humus», tierra) y se comprometía a vivir la conversión. Como práctica de penitencia se ayunaba.


Nuestros pastores nos piden que vivamos estas tres actitudes en Cuaresma. La oración que nos pone en diálogo con Dios, a la escucha de su Palabra. El ayuno, a través de realizar algún sacrificio voluntario profundizado en actos concretos de misericordia a los hermanos que sufren. Y la ayuda al necesitado, expresada en el texto por la palabra «limosna» que nos compromete a compartir de verdad nuestros bienes con los demás.

Para compartir con nuestra comunidad

Preguntas para partir de la vida
¿Qué significa la Cuaresma?

¿Qué experiencias de preparación, de desierto, recordamos en la Biblia?
¿Cómo nos hemos preparado para la Pascua en otros años? Compartir experiencias.

Preguntas para profundizar el evangelio
• Ubicar el texto leído en el contexto más amplio de las enseñanzas de Jesús en el sermón del Monte (buscar en la Biblia, Mt. Capítulos 5, 6 y 7).
• ¿Qué recomienda Jesús?

¿Cuáles son las tres buenas acciones que propone para vivir?
• ¿Qué sugiere para cada una de estas acciones?

¿Qué encontramos en común para todas ellas?
• ¿Cómo vivimos, personal y comunitariamente, estas acciones de discípulas y discípulos de Jesús?

Preguntas para pensar en la oración

• ¿Cómo puedes ofrecer vivir estas propuestas de Jesús en esta Cuaresma?
• ¿Qué significa para ti, vivir la ayuda solidaria, la oración y el ayuno?
• ¿Qué gestos podemos realizar en nuestra comunidad eclesial?


Para orar juntos

Ayúdanos a cambiar el corazón, Señor.

Queremos vivir la conversión
y expresarla con gestos y actitudes
de hombres y mujeres nuevos.

Despierta nuestros oídos
para que escuchemos tu Palabra
en la oración todos los días.
Anímanos a hacerlo.

Empuja nuestras manos
para que compartamos
con los que sufren.
Aníma nuestra solidaridad.

Enséñanos a vivir con más sencillez
y a ofrecer parte de lo que tenemos
para aliviar el sufrimiento de otros.
Cambia nuestro corazón para vivirlo.

En esta Cuaresma Señor,
muéstranos el camino de la conversión.
- Que así sea

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