ORACIONES A LA VIRGEN MARIA
Acordaos, ¡OH piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.
BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén
Esta oración, también conocida por su título en latín "Memorare", se atribuye San Bernardo de Claraval y es una de las mejores oraciones de confianza que podemos dirigir a nuestra Madre, la Virgen María. De él son estas palabras: Que nuestra alma sedienta acuda a esta fuente, y que nuestra miseria recurra a este tesoro de compasión... Virgen bendita, que tu bondad haga conocer en adelante al mundo la gracia que tú has hallado junto a Dios: consigue con tus oraciones el perdón de los culpables, la salud de los enfermos, el consuelo de los afligidos, ayuda y libertad para los que están en peligro.(S. Bernardo, Hom. en la Asunción de la B. Virgen María, 1, 7-8
ANGELUS
V. El Ángel del Señor anunció a María,R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.Avemaría.
V. He aquí la esclava del Señor.R. Hágase en mi según tu palabra.Avemaría.
V. Y el Verbo se hizo carne.R. Y habitó entre nosotros.Avemaría.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
OraciónTe suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.R. Amén.
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REGINA COELI
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
OraciónOh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
MAGNIFICAT(Lc 1, 46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.
ORACIÓN A SANTA MARIA(L. de Grandmaison)
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.
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ANTE LAS TENTACIONES
Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén.
MEMORARE
Fray Luis de Granada, O.P. (1504-1588)
No me desampare tu amparo, no me falte tu piedad, no me olvide tu memoria. Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá? Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí? Si tú, que eres Estrella de la mar y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar? No me dejes tentar del enemigo, y si me tentare, no me dejes caer, y si cayere, ayúdame a levantar.¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses? ¿Quién te pidió, que no le otorgases?
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SÚPLICA A LA VIRGENPARA SER BUEN CRISTIANO(San Efrén)
Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN ALFONSO MARIA LIGORIODoctor de la Iglesia. 1696 - 17871 de agosto
Virgen Santísima Inmaculada y Madre mía María, a Vos, que sois la Madre de mi Señor, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza, el refugio de los pecadores, acudo en este día yo, que soy el más miserable de todos. Os venero, ¡oh gran Reina!, y os doy las gracias por todos los favores que hasta ahora me habéis hecho, especialmente por haberme librado del infierno, que tantas veces he merecido. Os amo, Señora amabilísima, y por el amor que os tengo prometo serviros siempre y hacer cuanto pueda para que también seáis amada de los demás. Pongo en vuestras manos toda mi esperanza, toda mi salvación; admitidme por siervo vuestro, y acogedme bajo vuestro manto, Vos, ¡oh Madre de misericordia! Y ya que sois tan poderosa ante Dios, libradme de todas las tentaciones o bien alcanzadme fuerzas para vencerlas hasta la muerte. Os pido un verdadero amor a Jesucristo. Espero de vos tener una buena muerte; Madre mía, por el amor que tenéis a Dios os ruego que siempre me ayudéis, pero más en el último instante de mi vida. No me dejéis hasta que me veáis salvo en el cielo para bendeciros y cantar vuestras misericordias por toda la eternidad. Así lo espero. Amén.
domingo, febrero 11, 2007
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