miércoles, octubre 29, 2008

1196 - 16/10/08

Queridos amigos: Paz y Bien.
En el día de hoy, siguiendo con las enseñanzas de la Iglesia sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, continuamos con el libro
sobre: LA SANTA MISA.
Fuente: LA MISA, UNA FIESTA CON JESUS.
Autor: P. Angel Peña Benito, misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)
SEGUNDA PARTE (Final)
ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Después de comulgar, mientras el sacerdote limpia el cáliz y recoge las cosas del altar, es recomendable guardar silencio para motivar la oración personal de agradecimiento al Señor. Los que no han comulgado, también deben orar y podrían decirle a Jesús muchas veces: Jesús, yo te amo.Cuando se ha terminado de distribuir la comunión, el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, pueden orar un espacio de tiempo en secreto. Si se prefiere, toda la asamblea puede también cantar un salmo o algún otro canto de alabanza o himno (OGMR 88).A continuación, viene la oración después de la comunión en la que el sacerdote se une a toda la Iglesia y manifiesta su agradecimiento al Padre por los dones recibidos, pidiendo que los frutos de la Eucaristía sean eficaces para llevarnos a vivir siempre con Él en el cielo.
Los fieles responden:
AMEN. Si hay avisos parroquiales este es el momento, pero deben ser breves.
BENDICION FINAL
El sacerdote continúa: El Señor esté con vosotros.
Responden: Y con tu espíritu.
Y el sacerdote, bendice al pueblo con una fórmula solemne, si lo desea, en los días de fiestas, o sencillamente diciendo:La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Todos responden: Amén.- Podéis ir en paz.- Demos gracias a Dios.
El sacerdote que ha bendecido al pueblo en nombre de Dios trino, se retira, besando el altar como al principio, dejándole un beso a Jesús como agradecimiento por haberle permitido celebrar la gran maravilla de la Eucaristía.

CANTO DE DESPEDIDA
Termina la celebración con el canto de despedida, mientras se retira el sacerdote del altar, aunque es bueno que el sacerdote permanezca en el altar hasta que se termine la canción. En algunos lugares, los sacerdotes tienen la buena costumbre de salir a la puerta, durante la última canción, para saludar a los feligreses. En algunos días especiales, es conveniente tener una pequeña recepción para tomar unas bebidas con galletas y así compartir juntos la alegría de la misa y conocerse mejor.
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía y en María, Medianera de todas las gracias.
José Luis Elizalde Esparza.

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