Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy, siguiendo con las enseñanzas de la Iglesia sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, comenzamos con el libro sobre:
LA SANTA MISA.
Fuente: LA MISA, UNA FIESTA CON JESUS.
Autor: P. Angel Peña Benito, misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)SEGUNDA PARTE.LA MISA PASO A PASO.SANTA MISA: LITURGIA DE LA PALABRAPodemos decir que la misa consta de dos partes: la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística tan estrechamente unidas entre sí, que constituyen un solo acto de culto, ya que en la misa se dispone la mesa, tanto de la palabra de Dios como del cuerpo de Cristo, en la que los fieles encuentran instrucción y alimento (OGMR 28).
Para escuchar atentamente la palabra de Dios, debemos tener la actitud de escucha del profeta Samuel que dijo: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (1Sam 3, 9).a)
LECTURAS Y SALMO
En cada misa se leen las maravillas de Dios por medio de las lecturas bíblicas. Los fieles están sentados y deben escuchar atentamente, evitando todo lo que pueda distraer a los demás.
El lector debe estar bien preparado para que el pueblo pueda entender y aprovechar lo que Dios le dice a través de su palabra. Los días ordinarios sólo hay una lectura y el salmo responsorial antes del Evangelio. Los domingos y solemnidades hay dos.
La primera lectura suele ser del Antiguo Testamento y la segunda, llamada apostólica, suele tomarse de los apóstoles, especialmente de san Pablo.
Entre la primera y la segunda lectura, se recita o canta el salmo responsorial, que también es palabra de Dios y no puede ser sustituido por cualquier otro canto o texto.
El salmo responsorial es la respuesta orante a la palabra de Dios.
b) EVANGELIO - HOMILIA
continuación, viene el Evangelio, leído por el sacerdote o por un diácono. Después de leer, el sacerdote besa el libro para manifestar su respeto y amor por la palabra de Dios. Los fieles, que estaban de pie para la proclamación del Evangelio, se sientan para escuchar la homilía, que debería tenerse incluso los días de semana, si hay pueblo, aunque sea brevemente. Sobre todo, se recomienda la homilía en los días feriales de Adviento, Cuaresma y tiempo pascual, y también en otras fiestas y ocasiones en que el pueblo acude numeroso a la iglesia (OGMR 66). Normalmente, suele aconsejarse que los domingos el sacerdote no se exceda de 15 minutos. Pero no podemos valorar la misa por el sermón, bueno o malo. No podemos salir de la iglesia para no aburrirnos.
No podemos desairar así a Cristo presente y dar mal ejemplo a la asamblea. La homilía es parte de la liturgia y muy recomendada, pues es necesaria para alimentar la vida cristiana (OGMR 65).
En caso de no entender lo que dice el sacerdote por causa de los micrófonos o porque no vocaliza bien, es preferible rezar por el sacerdote y pedir luz al Señor para entender el Evangelio, que podemos leer por medio de la hoja dominical o directamente en la Biblia. Es bueno que, en casa, al menos los domingos, haya oración en familia. En ese caso, se podría comentar el Evangelio y hacer oraciones compartidas. No olvidemos que la familia que reza unida, estará unida. (Continuará)
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía y en María, Medianera de todas las gracias.
José Luis Elizalde Esparza.
domingo, octubre 05, 2008
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