sábado, septiembre 13, 2008

EL MILAGRO DE TURIN

El año 1453, un ladrón robó en una iglesia una custodia con la hostia consagrada en su interior y la echó, junto con otras cosas robadas, en un saco, huyendo rápidamente en un mulo hacia Turín. El día seis de junio llegó a esta ciudad y, cuando pasaba delante de la iglesia de San Silvestre, el mulo se cayó y salieron a la vista de todos las cosas que llevaba en el saco. Pero lo que asombró a los presentes fue que la custodia se alzó hacia el cielo, a pocos metros, rodeada de una luz muy brillante. Esto ocurría a las 5 de la tarde del miércoles de la octava del Corpus Christi.
Un sacerdote, que pasaba por el lugar, fue testigo de la escena y fue corriendo a avisar al obispo Monseñor Ludovico, quien acompañado de muchos fieles vio la custodia suspendida en el aire y se arrodilló para adorar a Jesús sacramentado. En ese momento, la custodia se abrió, cayendo a tierra, y dejando en el aire la hostia consagrada. El obispo elevó un cáliz hacia la hostia y ella descendió lentamente hasta posarse en el cáliz. La hostia fue llevada en procesión hasta la catedral de san Juan Bautista y allí fue venerada por los fieles durante muchos años.
Este suceso fue escrito en tres Actas capitulares, redactadas el 11 de octubre de 1454, el 25 de abril de 1455 y el 4 de setiembre de 1456.
En la ciudad de Turín se levantó un oratorio en el lugar del milagro y, con el tiempo, se construyó allí mismo, la basílica del Corpus Domini. En esta iglesia, sobre el pavimento, puede leerse la inscripción: Aquí cayó postrado el jumento que llevaba el Cuerpo divino, aquí la sagrada hostia, liberada del saco en que se encontraba, se elevó hacia lo alto, y aquí descendió ante las súplicas de los turineses, el seis de junio del año del Señor 1453 .

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