domingo, septiembre 14, 2008

1161 - 11/09/2008

Queridos amigos: Paz y Bien.
Continuamos con otro tema, sacado de:
Fuente: www.proyectovocacional.com
Tema: TESTIMONIOS (Continuación)

Carta recibida el pasado día 3 de septiembre enviada por el Padre Justo Lofeudo, mss, Misionero del Santísimo Sacramento.
Muy estimado José Luis:
Mucho le agradezco todo lo que está haciendo por el bien de la adoración perpetua, para que se difunda la gracia enorme que significa tenerla. Aprovecho también para darle otros dos testimonios extraordinarios, ambos en Italia. Son dos capillas que tuve últimamente la gracia de abrir. Una en Lamporecchio. Lamporecchio está en la diócesis de Pistoia, en la Toscana. Es una zona rural. El lugar se destaca por unos dulces que fabrican, los brigidini, y por ser un baluarte comunista.
La parroquia donde sería finalmente instaurada la adoración perpetua es muy pequeña y los fieles que van a todas las Misas dominicales no llegan a doscientos. Sin embargo, pese a ese inconveniente, de parte del párroco -Don Sebastiano- hubo una gran voluntad de tener la adoración perpetua y por eso se puso en contacto con nosotros, los Misioneros del Santísimo Sacramento.
La misión duró más de lo acostumbrado y finalmente, como quedaban muchas horas sin cubrir los días viernes, sábado y domingo, decidimos comenzar con adoración continua, las 24 horas del días, desde la medianoche del Domingo hasta la medianoche del jueves. Sin embargo, como habíamos elegido el 1 de Noviembre (del pasado año) para la inauguración y este día caía en jueves, para no tener que interrumpir apenas comenzada la adoración buscamos voluntarios que cubriesen las horas del viernes hasta la medianoche del Domingo.
Después de dos meses, y creyendo que no habíamos logrado el objetivo inicial de tener adoración perpetua, el párroco me llama para decirme que desde la inauguración nunca había dejado de interrumpirse la adoración, por lo que era perpetua. ¿Qué había ocurrido? A la semana de funcionar la adoración había aparecido una peregrina alemana, que iba de convento en convento, en su larga peregrinación a lugares santos y había dado con la parroquia. Se había quedado tomando una de las noches en adoración. Debo aclarar que Lamporecchio no está en ninguna ruta importante y que para llegar al pueblo hay que ir expresamente e él. Algo parecido había ocurrido con un polaco, que también había cogido horas que estaban sin cubrir y así con otras personas que no eran del lugar. Cuando la peregrina alemana partió fue justo cuando esas horas que ella había tomado fueron cubiertas por otros. En todo esto, obviamente, se veía claramente la mano y la voluntad de Dios. (Continuará con otro testimonio, el de Emmanuela, de Reggio - Emilia - Italia).
Un saludo cordial en Jesús Eucaristía y en María, Medianera de todas las gracias.
José Luis Elizalde Esparza.

No hay comentarios.: