martes, agosto 05, 2008

SANTA BRIGIDA


Viuda Fundadora Año 1373

Dios quiera enviar a su Iglesia muchas Brígidas, que con sus oraciones y sus buenos ejemplos y palabras logren enfervorizar por Cristo a muchas personas más. Cristo murió por mí. ¿Y yo, qué haré por Él?
Brígida significa: Fuerte y brillante. Esta santa mujer tuvo la dicha de nacer en una familia que tenía como herencia de sus antepasados una gran religiosidad. Sus abuelos y bisabuelos fueron en peregrinación hasta Jerusalén y sus padres se confesaban y comulgaban todos los viernes, y como eran de la familia de los gobernantes de Suecia, y tenían muchas posesiones, empleaban sus riquezas en construir iglesias y conventos y en ayudar a cuanto pobre encontraban. Su padre era gobernador de la principal provincia de Suecia. Brígida nació en Upsala (Suecia), en 1303. De niña su mayor gusto era oír a la mamá leer las vidas de los Santos. Cuando apenas tenía seis años ya tuvo su primera revelación. Se le apareció la Sma. Virgen a invitarla a llevar una vida santa, totalmente del agrado de Dios. En adelante las apariciones celestiales serán frecuentísimas en su vida, hasta tal punto que ella llegó a creer que se trataba de alucinaciones o falsas imaginaciones. Pero consultó con el sacerdote más sabio y famoso de Suecia, y él, después de estudiar detenidamente su caso, le dijo que podía seguir creyendo en esto, pues eran mensajes celestiales. Cuando tenía 13 años asistió a un sermón de cuaresma, predicado por un famoso misionero. Y este santo sacerdote habló tan emocionantemente acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que Brígida quedó totalmente entusiasmada por nuestro Redentor. En adelante su devoción preferida será la de Jesucristo Crucificado. Un día rezando con todo fervor delante de un crucifijo muy chorreante de sangre, le dijo a Nuestro Señor: - ¿Quién te puso así? - y oyó que Cristo le decía: "Los que desprecian mi amor". "Los que no le dan importancia al amor que yo les he tenido". Desde ese día se propuso hacer que todos los que trataran con ella amaran más a Jesucristo. Su padre la casó con Ulf, hijo de otro gobernante. Tuvieron un matrimonio feliz que duró 28 años. Sus hijos fueron 8, cuatro varones y cuatro mujeres. Una de sus hijas fue Santa Catalina de Suecia. Un hijo fue religioso. Otros dos se portaron muy bien, y Carlos fue un pícaro que la hizo sufrir toda la vida. Sólo a la hora en que él se iba a morir logró la santa con sus oraciones que él se arrepintiera y pidiera perdón de sus pecados a Dios. Dos de sus hijas se hicieron religiosas, y otra fue "la oveja negra de la familia", que con sus aventuras nada santas martirizó a la buena mamá. Fue pues una familia como muchas otras: con gente muy buena y gente que hace sufrir. Brígida era la dama principal de las que colaboraban con el rey y la reina de Suecia. Pero en el palacio se dio cuenta de que se gastaba mucho dinero en lujos y comilonas y se explotaba al pueblo. Quiso llamar la atención a los reyes, pero estos no le hicieron caso. Entonces pidió permiso y se fue con su esposo en peregrinación a Santiago de Compostela en España. En el viaje enfermó Ulf gravemente. Brígida oró por él y en un sueño se le apareció San Dionisio a decirle que se le concedía la curación, con tal de que se dedicara a una vida santa. El marido curó y entró de religioso cisterciense y unos años después murió santamente en el convento. En una visión oyó que Jesús Crucificado le decía: "Yo en la vida sufrí pobreza, y tú tienes demasiados lujos y comodidades". Desde ese día Brígida dejó todos sus vestidos elegantes y empezó a vestir como la gente pobre. Ya nunca más durmió en camas muy cómodas, sino siempre sobre duras tablas. Y fue repartiendo todos los bienes entre los pobres de manera que ella llegó a ser también muy pobre. Con su hija Santa Catalina de Suecia se fue a Roma y en esa ciudad permaneció 14 años, dedicada a la oración, a visitar y ayudar enfermos, a visitar como peregrina orante muchos santuarios, y a dictar sus revelaciones que están contenidas en ocho tomos (Sufrió muy fuertes tentaciones de orgullo y sensualidad). Desde Roma escribió a muchas autoridades civiles y eclesiásticas y al mismo Sumo Pontífice (que en ese tiempo vivía en Avignon, Francia) corrigiendo muchos errores y repartiendo consejos sumamente provechosos. Sus avisos sirvieron enormemente para mejorar las costumbres y disminuir los vicios. Por inspiración del cielo fundó la Comunidad de San Salvador. El principal convento estaba en la capital de Suecia y tenía 60 monjas. Ese convento se convirtió en el centro literario más importante de su nación en esos tiempos. Con el tiempo llegó a tener 70 conventos de monjas en toda Europa. Se fue a visitar los santos lugares donde vivió, predicó y murió Nuestro Señor Jesucristo, y allá recibió continuas revelaciones acerca de cómo fue la vida de Jesús. Las escribió en uno de los tomos de sus revelaciones, y son muy interesantes. En Tierra Santa parecía vivir en éxtasis todos los días. Al volver de Jerusalén se sintió muy débil y el 23 de juilio de 1373, a la edad de 70 años murió en Roma con gran fama de santidad. A los 18 años de haber muerto, fue declarada santa por el Sumo Pontífice. Sus revelaciones eran tan estimadas en su tiempo, que los sacerdotes las leían a los fieles en las misas.

Oración atribuida a santa Brígida
Contemplación de la pasión y la resurrección de Cristo
Bendito seas, Jesucristo mi Señor, que has predicho tu muerte antes de su hora; que en la última Cena, con pan material has consagrado maravillosamente tu cuerpo que nos rescata; que por amor lo has dado a los apóstoles en memoria de tu preciosísima Pasión; tú que, lavándoles los pies con tus santas y nobles manos, humildemente les has dado un modelo de humildad...
Alabanza eterna a ti, Jesucristo mi Señor, por esa hora en que, por nosotros pecadores, has sufrido en la cruz las más grandes amarguras y las angustias más extremas; porque los sufrimientos más agudos de tus llagas afectaron duramente a tu alma y atravesaron cruelmente tu sagrado corazón; finalmente, tu corazón no aguantó más y estalló, entregaste el espíritu e, inclinando la cabeza, te pusiste humildemente en manos de Dios, tu Padre, y entonces tu cuerpo conoció el frío de la muerte...
Bendito seas, Jesucristo mi Señor, que por nuestra salvación has permitido que tu costado y tu corazón fueran traspasados por la lanza, y has hecho brotar de tu costado oleadas de tu preciosa sangre para rescatarnos.
Gloria a ti, Jesucristo mi Señor, que por nuestra salvación has querido que tu bendito cuerpo sea bajado de la cruz por tus amigos y recostado en los brazos de tu madre dolorosa; y porque has permitido que lo envuelva con lienzos, sea depositado en el sepulcro y guardado por unos soldados.
Honor eterno a ti, Jesucristo mi Señor, que al tercer día has resucitado de entre los muertos; te has manifestado viviente a los testigos que te habías escogido, y después de cuarenta días, a la vista de todos has subido al cielo y has honrado a tus amigos que habías liberado de los infiernos.
Gozo y alabanza eterna a ti, Señor Jesucristo, que has enviado el Espíritu Santo al corazón de tus discípulos y has hecho crecer en ellos un amor infinito de Dios.
Bendito seas, digno de alabanza y gloria eterna, Jesús mi Señor, que en la gloria de tu divinidad te sientas en tu trono en el reino celestial, viviendo corporalmente con tus miembros santísimos que has recibido de la carne de la Virgen. Así es como vendrás el día del juicio para juzgar las almas de todos, vivos y muertos. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

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