jueves, agosto 14, 2008

Desasosiego 3 Semanas, 6 Días

Como su nombre lo indica el Desasosiego es falta de tranquilidad, miedo, este estado emocional surge de los temores que podamos tener o bien porque no se da algo que estamos esperando, o bien porque se da de una manera totalmente distinta a como la estábamos esperando.
Pero ya sea ésta la razón u otras tantas, el Desasosiego es como un grifo abierto, por donde nuestra energía fluye huidizamente, escapándose, dejándonos vacíos a menos que paremos esa fuga, a menos que tomemos el control de nuestras emociones.
Los síntomas que acompañan al miedo, dependiendo su nivel son:
Sensación de dificultad para respirar,
mareo o desmayo,
palpitaciones o corazón saltón,
temblor o estremecimiento,
sudoración,
escalofrío o sofocos,
sensación de asfixia,
náuseas y malestar estomacal,
entumecimiento u hormigueo,
dolor en el pecho o malestar,
temor a morir,
temor a perder el control,
sentimiento de irrealidad,
sentimiento de separación

Estos cambios fisiológicos relacionados con el sistema nervioso autónomo y el endocrino, no los provee la naturaleza como protección ante estímulos peligrosos, pero el ser humano, por su forma de vida, saca de contexto el carácter innato del miedo, haciéndolo aparecer aún sin el estímulo peligroso.
Pero… ¿Cómo podemos evitar eso? En primer lugar reconozcamos que ante el miedo, hay muchas formas de reaccionar, o mejor dicho, muchos niveles de miedo. Y ante el primer asomo del mismo debemos actuar, de manera de no permitir que nos descontrole. Susan Jeffers (1987) nos da una guía para enfrentar el miedo:
1.- El miedo nunca desaparecerá mientras, siga creciendo.
2.- La única manera de liberarse del miedo es hacer algo al respecto.
3.- La única manera de sentirme mejor es... enfrentarlo.
4.- No soy único sintiendo miedo en terreno poco familiar, les pasa igual a todos los demás.
5.- Vencer el miedo asusta menos que convivir con un miedo subyacente que proviene de la impotencia.Solo un gran control de si mismo nos permite intervenir ante el desasosiego. Esto solo es posible si fortalecemos nuestra estima con amor y para nosotros los creyentes poniendo nuestra fe en el Señor como le ocurrió con los apóstoles cuando estaban en la barca y el mar estaba encrespado.
Francisco A. Cabrera G.

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