domingo, mayo 25, 2008

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Queridos amigos: Paz y Bien.

Con el tema: ATAQUES A LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA,

continuamos con la reflexión sobre la VIOLENCIA Y TORTURA.

Fuente: LA MARAVILLA DE SER HIJO DE DIOS.

Autor: Padre Ángel Peña Benito, misionero agustino

recoleto, con sede en Lima (Perú).

Tema: VIOLENCIA Y TORTURA.


Decía el concilio Vaticano II que "todo cuanto atenta contra la vida como los homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado, cuanto viola la integridad de la persona humana, como por ejemplo las mutilaciones, las torturas morales o físicas, los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena, cuanto ofende la dignidad humana como son las condiciones infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes o las condiciones laborales infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador" (GS 27).


En algunos países todavía se cortan las manos y dedos a los ladrones, se castra a los violadores y se flagela y fusila en público.


¿Cómo es posible que seres humanos puedan hacer sufrir sin piedad a sus hermanos? Hablando de torturas, éstas pueden ser con descargas eléctricas, quemaduras por todo el cuerpo, maltratos físicos de toda índole, casi ahogamientos con agua, incluyendo sustancias fétidas, mutilaciones, violaciones, pero nada puede justificar esta barbarie, ni siquiera la seguridad del Estado para obtener información de los enemigos o terroristas.


Estas torturas pueden ser también torturas sicológicas con interrogatorios interminables, con lavados de cerebro para tratar de imponerles determinadas ideas, internamiento en clínicas siquiátricas... y no hablemos de secuestros, campos de concentración, deportaciones o trabajos forzados, etc., etc.Nunca la violencia y la tortura será un camino para la paz. La violencia engendra violencia. Por eso, decía el Papa Juan Pablo II en el Perú, el 3-2-1985: "Nunca se justifica el crimen como camino de liberación.


El mal nunca es camino hacia el bien...

La lógica despiadada de la violencia no conduce a nada.

Ningún bien se obtiene contribuyendo a aumentarla...

La violencia no es un medio de construcción.


Ofende a Dios, a quien la sufre y a quien la practica...

El odio nunca será camino para la paz, sólo el amor y el perdón nos llevará a la paz personal y social...

Se hace, pues, necesaria una auténtica y radical conversión del corazón del hombre".


No hay que olvidar nunca que el ser humano tiene derecho a una vida digna y a su integridad corporal y que nadie, ni siquiera abusando de la debilidad o ignorancia del otro, puede quitarle este derecho como ocurre, a veces, en el caso de enfermos mentales o, peor aún, de las esterilizaciones (que son mutilaciones) de poblaciones enteras, engañadas y presionadas sicológicamente para evitar tener más hijos. Los ignorantes y débiles no pierden sus derechos humanos ni tienen menos derechos que los sabios y poderosos. La violencia y la tortura en cualquiera de sus formas es antihumana y, por tanto, anticristiana, ya que ser cristiano es ser radicalmente humano.

Un saludo cordial en el Cuerpo y Sangre de Cristo y en el Corazón Inmaculado de María. José Luis Elizalde Esparza

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