Queridos amigos: Paz y Bien
Hoy comenzamos un nuevo tema, más profundo,
más teológico: POR CRISTO A LA TRINIDAD
Fuente: JESUS EUCARISTÍA, EL AMIGO QUE SIEMPRE TE ESPERA
Autor: P. Ángel Peña Benito, O.A.R. misionero agustino recoleto, con sede en Lima (Perú)
Tema: POR CRISTO A LA TRINIDAD
La humanidad de Cristo, presente en la Eucaristía, es el puente a la Trinidad, como María es el puente para llegar a Cristo. La humanidad de Cristo es la cima de toda la creación, en contacto directo con la divinidad, inundada de la vida divina. Según Teilhard de Chardin, Jesús es el punto omega, el centro de convergencia de todas las energías físicas, biológicas y espirituales del Cosmos y nos lleva con El hasta los últimos rincones del espacio y del tiempo.
Escribía en su libro "El corazón de la materia": "Bajo la forma de un pequeñín en brazos de su madre, tú, Jesús, ocupaste un rincón en mi alma de niño. Y he aquí que, repitiendo y prolongado en mí el círculo de tu crecimiento a través de la Iglesia, tu humanidad palestina se fue poco a poco ensanchando por todas partes del Universo. Y en este Universo, que se descubre a mis ojos en estado de convergencia, Tú asumiste la posición maestra del Centro Total en el que todo se reúne".
Por esto, podemos comprender que sólo quienes no han descubierto el rostro amoroso de Cristo, tengan miedo al futuro y a las fuerzas desconocidas del Cosmos, es decir, tengan miedo al más allá del espacio y del tiempo. Decía Teilhard de Chardin: "Me siento muy bien entre las manos del Señor y, tal vez, nunca antes había saboreado la alegría de dejarme caer en el futuro como en las profundidades de su Ser mismo (del Ser amoroso de Dios)" (Carta a un amigo).
Cristo nos da confianza y seguridad en el futuro, que está en sus manos. Todo está bajo su control divino. Cristo viene a ser el punto de convergencia de la humanidad y el punto de partida de todas las efusiones divinas a los hombres. De El descienden diluvios de luz y de gracia sobre las almas y es fuente inagotable de aguas vivas. Sto. Tomás dice que Cristo "es el motor de nuestra vida" (Comm in Cols 3,4). Pero, mejor diríamos, que es el amigo divino, el Dios amigo que nos lleva con cariño de la mano. Por eso, podemos decir: "Aunque pase por un valle de tinieblas no temeré mal alguno, porque Tú, Señor estás conmigo" (Sal 23,4). (continuará). Un saludo cordial en Jesús Eucaristía, el Amigo que siempre te espera, y en María, Madre de Dios y Madre nuestra.
José Luis Elizalde
viernes, febrero 29, 2008
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