Queridos amigos: Paz y Bien
Comenzamos este NUEVO AÑO 2008 con la segunda parte del librito:
JESUS EUCARISTÍA, EL AMIGO QUE SIEMPRE TE ESPERA
Autor: P. Ángel Peña Benito, O.A.R.
SEGUNDA PARTE ADORACIÓN AL SANTISIMO
En esta segunda parte, queremos hacer entender la importancia de la adoración a Jesús sacramentado como presencia viva y real de Jesús, nuestro Dios, en medio de nosotros. El está como un amigo cercano, esperándonos. Procuremos ir a visitarlo para reparar así tanta indiferencia y sacrilegios, que recibe en este sacramento.
Tema: INDIFERENCIA Y SACRILEGIOS
En este mundo, en que vivimos, hay mucha indiferencia religiosa. ¿Cuántos creen verdaderamente en Dios y lo aman de todo corazón? ¡Cuánta falta de fe hay en muchos católicos, que aceptan el aborto, la mentira y la inmoralidad..., como cosa normal en sus vidas! Y es que les falta oración y Dios cuenta muy poco para ellos. Están muertos o enfermos en el alma y les falta amor, les falta paz, les falta Dios. Y, sin Dios la vida no tiene sentido. Y una vida sin sentido, no es posible vivirla con felicidad. De ahí que el alma que ha perdido a Dios, es el botín de muchas enfermedades síquicas y necesita del siquiatra. Ya en su tiempo, el famoso siquiatra J.G. Jung decía: "De todos mis pacientes que han rebasado la mitad de la vida, es decir los treinta y cinco años de edad, no hay uno solo cuyo supremo problema no sea el religioso. En último término, están enfermos por haber perdido aquello que la religiosidad viva ha podido dar en todos los tiempos a sus seguidores y ninguno ha sanado sin haber llegado a recobrar sus convicciones religiosas". El mismo S. Agustín escribía: "Yace en todo el orbe de la tierra el gran enfermo. Para sanarlo vino el médico omnipotente... Bajó al lecho del enfermo para dar recetas de salvación y los que las ponen en práctica se salvan" (Sermo 80,4). Pues bien, ahí está Jesucristo, el Señor de la vida, el médico de cuerpos y almas. Si necesitamos paz, El la tiene toda, porque El es el príncipe de la paz (Cf Is 9,6). El nos sigue diciendo como hace dos mil años: "Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré y daré descanso para vuestras almas" (Mt 11,28). Pero ¿quien le hace caso? Muchos se ríen de El, como se reían, cuando lo veían clavado en la cruz y lo creían derrotado para siempre. Ya muy pocos creen verdaderamente en El. Por eso, mucha gente está enferma del alma. Buscan a los sicólogos y siquiatras y se olvidan de Jesús... Y, sin embargo, El es un Dios de amor, es el amor de Dios en la tierra. Es el mismo Jesús que, bajo la apariencia de un pobre carpintero, se paseaba por aquellos caminos de Palestina, con todo su poder divino. Es el mismo Jesús de Nazaret, que actualmente está escondido e invisible bajo la pobre apariencia de un poco de pan. Y lo hace por humildad y por amor a nosotros, para no cegarnos o asustarnos ante la grandeza de su divinidad. Quizás sea por esto que muchos católicos abusan de su confianza y le faltan fácilmente al respeto. ¡Cuántos asisten a la iglesia vestidos indecentemente! ¡Cuántas blasfemias contra la hostia santa en algunos lugares! ¡Cuántas comuniones sacrílegas! ¡Qué pocos son los que creen verdaderamente en su presencia eucarística! ¡Cuántos sagrarios abandonados! ¡Cuánto sufre Nuestra Madre la Virgen María ante tanta indiferencia, ante la falta de fe de sus hijos, muchos de los cuales van por el camino de la perdición eterna! ¿Nos puede extrañar que, en muchas ocasiones haya llorado en sus imágenes hasta lágrimas de sangre? En las apariciones de La Salette, aprobadas por la Iglesia, decía la vidente Melania "La Santísima Virgen lloraba durante casi todo el tiempo que me habló. Yo hubiera querido arrojarme a sus brazos y decirle: ´Mi buena Madre, no lloréis. Yo os quiero amar por todos los hombres de la tierra´ pero me parecía que me respondía: ¡hay tantos que no me conocen!". Si estás dispuesto a consolar a María, la mejor manera es amar a Jesús Eucaristía. Pero muchos no creen ni quieren creer. (continuará) Un saludo cordial en el día de la fiesta de la Madre de Dios, y en Jesús Eucaristía, el Amigo que siempre te espera,
José Luis Elizalde
martes, enero 01, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario