viernes, noviembre 16, 2007



Santa María, Madre de Dios, dame un corazón que no saboree las tristezas; que sea grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón que con ninguna indiferencia se canse; AMEN

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