Mantén, en nosotros, siempre viva
el hambre y la sed de tu Palabra,
que nos muestran el camino
de la justicia y la libertad.
Enséñanos a hacer silencio
para escuchar tu voz.
Ayúdanos a ser perseverantes
en la lectura diaria de la Biblia.
En ella encontramos
tu mensaje que interpela
y que invita a la conversión.
Que nuestros frutos sean generosos
conforme a los dones
que nos has regalado
para el bien de todos.
Padre Bueno,que tu Palabra
nos transforme desde el interior
y la vivamos con gestos concretos
de amor, de solidaridad
y de entrega por tu Reino.
Que la Palabra que escuchamos
y compartimos haga crecer
nuestro compromiso y nos anime
en el seguimiento de tu Hijo Jesús
hacia el Reino,
construyendo un mundo nuevo,
firmes en la esperanza
y servidores de la justicia.
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