miércoles, agosto 22, 2007


Himno (vísperas)

De hermosas contradicciones

Te vemos, Reina, adornada,

Muy mujer para divina,

Muy celestial para humana.

Con admiración, en ella

Se ve la ley derogada,

Muy humilde para Reina,

Muy exenta para esclava.

Por su caudillo la tienen

Las celestiales escuadras,

Para combatir muy tierna,

Para niña muy armada.

La dignidad de que goza

Con su modestia batalla,

Para mandar muy pequeña,

Para humillarse muy alta.

Une en sus divinos ojos

Al temor la confianza,

Muy terrible para hermosa,

Para espantar muy amada.

Colocada en el empíreo,

En la celestial morada,

Corto solio a su grandeza,

A su humildad mucho alcázar.

Amén

Señor, Dios nuestro, que nos has dado como madre

y como reina a la Madre de tu Hijo, concédenos que, protegidos por su intercesión,

alcancemos la gloria que tienes preparada a tus hijos en el reino de los cielos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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