jueves, mayo 17, 2007

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Ciclo "C"
Liturgia de la PalabraEn los lugares donde la Ascensión del Señor se celebra el jueves de la Semana VI del tiempo pascual, hoy se emplean las lecturas del domingo VII de Pascua.

EL DESTINO DEL HOMBRE NUEVO.

Todos los humanos buscamos la superación, mejor nivel de vida para nosotros mismos y para los nuestros y la maduración de nuestra persona. Sin embargo, nos enfrentamos, con frecuencia, a dificultades, retos, tensiones y a nuestra inconstancia para lograrlo. Pero, a pesar de todo… tratamos de elevarnos. De esto nos habla la solemnidad y tema de la ascensión del Señor Jesús a la gloria del Padre, terminada su presencia visible junto a sus primeros discípulos. Que esta eucaristía nos lleve a superarnos en la tierra para que podamos alcanzar al Señor de la gloria, después de recorrer nuestro camino en esta vida.

Primera Lectura
La Iglesia continua la obra de Cristo. La ascensión de Jesús señala, en esta narración, la tensión en la que entra la comunidad de los discípulos desde aquel momento, una vez han terminado las apariciones del Resucitado: una tensión entre la ausencia del Señor y, al mismo tiempo, su presencia.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1,1-11.
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos,
les recomendó: -«No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo».
Ellos lo rodearon preguntándole:
-«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?».
Jesús contestó:
-«No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo».
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
-«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial 46, 2-3. 6-7. 8-9

R/ Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas. Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R.
Segunda Lectura

Cristo el sumo sacerdote. Una vez al año, el Día de la Expiación, el sumo sacerdote entraba en el santuario, con la sangre de los animales ofrecidos en sacrificio por el perdón de los pecados de todo el pueblo. El autor de la carta a los Hebreos toma este gesto como figura de lo que significa la muerte y la resurrección de Jesús.
- Cristo ha entrado en el mismo cielo
Lectura de la carta a los Hebreos 9,24-28; 10, 19-23.

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres -imagen del auténtico-, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces -como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo-. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos. Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa. Palabra de Dios.
Evangelio

Misterio glorioso. La Ascensión es el retorno de Cristo al Padre. Es el broche de oro de la misión que el Padre confió a su Hijo.
- Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo.

† Conclusión del santo evangelio según San Lucas 24,46-53. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto». Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios. Palabra del Señor.

Reflexión.
La Ascensión, según la redacción de los Hechos de los Apóstoles, es realista y, a la vez, provocativa. Mira al futuro y a la historia de la Iglesia. Corresponde a ésta difundir la buena Noticia y dar testimonio de la palabra salvadora de Jesús para que el mundo crea. El paso de Jesús por este mundo se cierra con el misterio de la Ascensión. Ha permanecido un tiempo con sus discípulos para reconstruir su fe rota por los acontecimientos del calvario. han sido días de sanación desde la experiencia vivida para que germine la semilla del reino, fecundada por el Espíritu. Hoy comienza la mayoría de edad para la Iglesia. Debe descubrir y vivir dos realidades: la presencia invisible y continua de Cristo y la ausencia dolorosa de Jesús de sus recuerdos. Debe mirar al cielo para introducirse en el corazón del Padre y debe estar en el mundo con y desde Jesús para construir un mundo más humano y justo.

Comentario.
1.ª Lectura
Jesús desaparece definitivamente a los ojos de los suyos, provocando el desconcierto en ellos. Él se ha ido, y el advenimiento del Reino esperado parece haberse retrasado una vez más. En realidad, el reino está ya aquí, en el mundo, como un germen dispuesto a crecer. Pronto la fuerza de Cristo, a través de sus apóstoles, manifestará su presencia activa. Y un día se impondrá a todos en un Jesús triunfante.

2.ª Lectura

En esta carta Pablo media sobre el último secreto del universo, al que denomina «misterio». Pablo percibe a toda la creación elevada hacia Dios por el amor hecho presente en Jesucristo. Los creyentes están ya inmersos en esta corriente. Orientados hacia este futuro glorioso, en cierto sentido está, ya establecidos en la gloria divina plenamente manifestada en Jesús.

Evangelio.

El final del Evangelio de Lucas describe el punto culminante de una lenta subida descrita a lo largo de su relato. Los Hechos de los Apóstoles, que él mismo escribirá después, retoman el elemento de unión, el relato de la Ascensión, pero enfocada desde la perspectiva de la bajada de los apóstoles hacia Jerusalén, Samaría, y Galilea, hacia los hombres. Este vaivén no ha terminado y describe la misma realidad del mundo. Sobre la escalera que une para siempre el cielo y la tierra, el intercambio no tiene fin.¿Qué intercambio?. Lucas construyó todo su Evangelio para presentarlo como el intercambio engendrado por la misericordia divina. En Jesús hemos visto manifestarse el amor gratuito de Dios. Este descubrimiento es el que permite al hombre orientarse con plena libertad hacia Dios. Se ha terminado definitivamente el tiempo en el que el hombre se sentía aplastado y culpable. Finalizó el tiempo en el que el hombre se rebelaba contra el fantasma de un Dios implacable y tirano. En ese momento el hombre no hacía más que reforzar sin cesar la prisión que él mismo se había creado.La escalera que une el cielo y la tierra. Los judíos habían creído que era el Templo. Pero éste era tan sólo la manifestación de la angustia y de las ilusiones del hombre. La verdadera escalera es la cruz. Sólo ella revela el verdadero rostro de Dios. En ella se manifiesta la verdad de todo lo que el pueblo de Dios había vislumbrado en su larga marcha. La cruz nos introduce en la perspectiva radicalmente nueva del amor. Gracias a ella, puede venir el Espíritu, que hace volver al hombre hacia el Padre que le está esperando.

Homilía.

Habían visto a Jesús muerto y después resucitado. Luego Jesús era inmortal e iba a quedarse con ellos. Al fin podían respirar tranquilos. El calmaría las tempestades, curaría a los enfermos, resucitaría a los muertos e instauraría su reino nuevo de justicia y de paz. Sin duda todavía tendría que enfrentarse con algunos enemigos, pero siempre saldría vencedor: él era más fuerte que la muerte.Y justo en este momento, Jesús se va. «Se separó de ellos subiendo hacia el cielo», dice el texto. Todo un acontecimiento: Dios rapta a su Hijo. Es el precio de nuestra libertad.Esta partida es un regalo ofrecido por los apóstoles, la puerta abierta a la autonomía y a tomar la palabra. Hasta ahora, en efecto, han planteado cuestiones, escuchado parábolas, visto milagros. También han respondido, bien que mal, y han entendido lo que podían. De todas maneras, hay que confesar que, después de los tres años pasados con Jesús, el balance no es muy positivo.Lucas refiere incluso (primera lectura, Hechos de los Apóstoles) una de las preguntas más tontas planteadas por los discípulos: «¿Es ahora cuando vas a restaurar la soberana de Israel?». En un período de debacle política y social, en medio de las luchas intestinas de los diversos clanes religiosos y bajo la dominación militar del invasor pagano, sueñan todavía con el reino ideal del que les ha hablado desde que eran niños. El Reino idealizado por la memoria: el reino de David, casi diez siglos antes…Es que esperan con mucha ilusión la fundación del nuevo reino de Jesús en el que ellos serán los ministros y en el que los pobres, hambrientos y enfermos encontrarán cobijo. Estemos, pues, tranquilos: Jesús está aquí. Es la tranquilidad del niño en el seno materno. Nada de irse entonces «hasta los confines del mundo». ¡Se está tan bien aquí!.Pero Jesús parte y todos sus sueños se vienen abajo. Los cojos seguirán siendo cojos, los romanos seguirán desfilando en la ciudad, el pan continuará faltando y los muertos no saldrán de sus tumbas.Y todo eso se pierde a cambio de un hipotético Espíritu, que no se sabe de dónde viene ni a dónde va…Y, sin embargo, esta partida es también una buena ocasión para nosotros, cristianos de hoy. La Ascensión no es una fiesta de segunda categoría, sino la fiesta del hombre libre.Está claro que es difícil cortar el corazón, romper la dependencia y nacer autónomo. Casi, casi imposible.Pero llega el Espíritu, el viento de la libertad, Y Jesús afirma: «¡Conviene que yo me vaya!».
Fuente:Jean-Pierre Bagot.


Oración de los fieles

Padre Dios, que con la ascensión de Cristo hasta tu gloria has querido mostrarlo como el Señor y el Principio y Fin de la creación: escucha nuestras oraciones y ayúdanos a colaborar en tu proyecto.
R/: Señor Jesús, llévanos hasta el Padre.

Por la Iglesia de Cristo: para que con sus obras dé testimonio de la vida eterna y hable de ella a cuantos aman el bien y la paz.
R.
Por los creyentes de otras religiones: para que animados por la esperanza de otra vida vivan con coherencia en la tierra.
R.
Por los hombres ricos: para que no almacenen dinero que no les servirá en la tumba, sino con él beneficien a los necesitados.
R.
Por todos los deportistas: para que no consideren sus actividades sólo como ruta que los lleva al éxito y pone sobre los demás, sino como esfuerzo que los hace dignos, humanos y modelos para otros.
R.
Por quien vive sin anhelo ni consuelo: para que encuentre en la ascensión de Jesús motivo para vivir con esperanza.
R.
Por nosotros que celebramos la ascensión de Jesús: para que trabajemos con alegría y fortaleza en la tierra antes de ir al cielo.
R.
Para que....
R.
Señor Dios, que al glorificar a tu Hijo nos has mostrado la vida que nos espera cerca de ti, escucha estas súplicas que te dirigimos y déjanos vivir, desde ahora, el consuelo de tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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