BEATA LAURA VICUÑA PINO (1891-1904)
Laura del Carmen Vicuña Pino nació el 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile. Fue la primera hija del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino.Es bautizada en la Parroquia Santa Ana de Santiago el 24 de mayo, día en que se celebraba la fiesta de María Auxiliadora.
Siendo su padre un alto militar, cuando es derrocado al gobierno de Balmaceda en 1891, decide escapar con su familia al sur, a 700 kms. de la capital, logrando establecerse en Temuco. Allí nace, en 1894 Julia Amanda, única hermana de Laura.A los pocos meses don José Domingo fallece inesperadamente a causa de una pulmonía fulminante, quedando la familia en la indigencia.
Doña Mercedes queda sola con sus dos hijas y se instala con un pequeño negocio. Permanece en Temuco hasta 1899, año en que emigra con otros chilenos a Argentina en busca de una mejor situación económica. Emprende un larguísimo viaje de ochos meses, con sus dos hijas, por las pampas argentinas. Viven sucesivamente en Ñorquín, Las Lajas, Chapelco, Neuquén y finalmente se establece en las estancia del Quilquihué en Junín de los Andes para trabajar como dependiente.
El dueño de la estancia, Manuel Mora, le ofrece convivir con él a cambio de protección para las niñas. Mercedes, movida por su precaria situación, acepta convivir con este hombre a pesar de saber de la crueldad del ganadero, el que incluso llegará a marcarla como a su ganado.El 21 de enero 1900 Laura y su hermana son internadas en el colegio de Junín de los Andes dirigido por las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora. Desde su llegada, Laura se caracteriza por su gran sensibilidad a la fe cristiana. Se la ve rezar junto al Sagrario, “La casita de Jesús” como dice ella.
En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las religiosas están maravilladas de su obediencia y del amor a Jesús sacramentado y a María Auxiliadora.
Era una alumna sobresaliente. Obtuvo además de altas calificaciones en ciencias el Primer Premio en Religión. Estando en esta clase escuchó decir a la profesora que a Dios le disgusta mucho las personas que conviven, sin casarse, entonces Laura cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando nuevamente la Hermana profesora empieza a hablar de unión libre, Laura comienza a palidecer. La profesora cambia el tema pero consulta el caso con la Hermana directora del colegio: ¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?. La superiora le aconseja: “Vuelva a tratar el tema, y si ve que la niña se asusta cambie de tema”. Y así lo hace.
Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna.
La niña hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que su mamá abandone al hombre con el que vive en pecado. Comunica la decisión a su confesor, el Padre Crestanello, salesiano, que es también su primer biógrafo y quien señala: “Laura sufría en el secreto de su corazón... un día decidió ofrecer su vida y aceptar con gusto la muerte, a cambio de la salvación de su madre. Me rogó que bendijera su ardiente deseo. Yo estuve perplejo largo tiempo”. Laura entonces, acentuó la ascesis y con el consentimiento de su confesor, abrazó con votos los consejos evangélicos.El 2 de junio de 1901, a los diez años, recibe la primera Comunión. Ese día ofrece su vida en sacrificio a Jesús para salvar el alma de su madre, y al ser admitida como “Hija de María”, consagra su pureza a la Santísima Virgen.
Al igual que Santo Domingo Savio, hizo los siguientes propósitos: amar a Dios con todo su ser, mortificarse y morir antes que pecar y hacer conocer a Jesús y reparar las ofensas.
Va a pasar las vacaciones en la casa donde vive su madre. Manuel Mora tratará de abusar de ella pero Laura no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente.
De vuelta al colegio Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír a los superiores que no la podrán aceptar como religiosa porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae en cama con intensos dolores y vómitos continuos.
En sus segundas vacaciones al volver a la estancia, ya adolescente, Manuel Mora trata de abordarla y es rechazado. Para el cumpleaños de sí mismo, Mora organiza una fiesta y manda a hacer bonitos vestidos a las niñas. Delante de los invitados le pide el primer baile a Laurita. Ella lo rachaza porque intuye sus malos propósitos y aunque su madre le ruega que acepte, ella se niega rotundamente. Humillado delante los demás, Mora arrastra a la niña fuera de la casa, golpea brutalmente a la madre y hace que Laura duerma a la intemperie. Luego, para acorralarla y vengarse de ella, decide no pagar más la cuota de la escuela.
Sin embargo, las Hermanas, recibirán gratuitamente a Laura.
El 1ro. de marzo llega Monseñor Juan Cagliero a Junín de los Andes, para visitar a las Hermanas. Laura tiene una conversación con Monseñor y pide ser Hija de María Auxiliadora, pero Monseñor la considera muy joven aún.
Al poco tiempo, en un crudo invierno, sobreviene una gran inundación que afecta al colegio. Laura pasará largas horas de la noche entre las frías aguas sacando niñas en peligro, a causa de lo cual adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones.
Su madre la lleva a casa pero Laura no se recupera. Dios empieza a aceptar el sacrificio que ofreció por salvar el alma de su madre. Mercedes decide regresar a Junín, pero no al lado de Mora. Este, furioso por haberla perdido y por el rechazo de Laura, le propina una feroz paliza a la niña.
Laura muy enferma, se retuerce del dolor. Su vida se está apagando: "Señor: que yo sufra todo lo que tú estimes necesario, pero que mi madre se convierta y se salve".Laura viendo ya próxima su muerte llama a su madre para contarle su ofrecimiento: "Mamá, hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para no vivas más en pecado, para que te separes de ese hombre y vivas santamente.
Mamá, antes de morir, ¿tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?”Mercedes comprende entonces que ella es la causa de la enfermedad y de la agonía de Laura y le promete en ese momento dejar a Manuel Mora. Dios es testigo de esa promesa.Laura llama al padre Confesor: "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.
Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amada madre. Su misión en este mundo está cumplida.
Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su inseparable amiga de colegio, Mercedita, que reza junto a su lecho de moribunda le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!.Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente el 22 de enero de 1904, antes de cumplir los 13 años.
La noticia de su muerte se esparció velozmente por el pueblo de Junín de los Andes, ya que era, de todos conocida, su heroica resistencia a los malos tratos de Mora. Todo el pueblo desfilará consternado frente a su cuerpo, para contemplar a la niña mártir.
El féretro, donde yacía Laurita vestida de blanco con la medalla de Hija de María, el rosario y el reglamento de la Asociación, fue llevado en hombros, por cuatro de sus compañeras desde su casa hasta el templo parroquial. La Santa Misa cantada fue impresionante. Doña Mercedes se acercó a los sacramentos arrepentida públicamente de su pasado, se confesó y recibió la comunión. Era un ejemplo emocionante para todos. De la muerte Dios había hecho brotar la vida, el sacrificio inocente de la hija había salvado a la madre.
Al atardecer, atraídos por la fama de santidad de Laurita, los habitantes de Junín de los Andes acuden en masa a los funerales con sentimientos de dolor y admiración.
El destino de su familia...
El mismo día de los funerales de Laurita, Manuel Mora rondaba inquieto por el pueblo, creyendo que todo podía seguir igual que antes. Grande fue su asombro cuando el Padre Genghini le hizo saber que Mercedes estaba resuelta a no volver a Quilquihué. Manuel no desistió y continuó con sus ataques y amenazas de muerte, pero ella estaba decidida a mantener el juramento que había hecho a su hija.
Mercedes, con la ayuda de la mamá de una de las compañeras de Laura huye disfrazada y logra atravesar la cordillera para llegar finalmente a Pucón, en territorio chileno.
Después de un tiempo, para no abandonar a su hija Julia Amanda que había quedado al cuidado de las Hermanas de María Auxiliadora, regresa a Junín. Trabajó como modista, permitió el matrimonio de su hija y vivió como buena cristiana. Pronto se vio completamente tranquila pues Manuel Mora murió en una pelea, durante una carrera de caballos en el campo.
Hacia 1911 Mercedes regresó a Chile con Julia Amanda y su familia. Posteriormente contrajo matrimonio con Meliton Parra en Cherquenco, región de Temuco, donde se radicó y pasó los últimos 20 años de su azarosa existencia en paz y en gracia de Dios. Falleció cristianamente en 1929 a los 59 años de edad. Julia Amanda se radicó en Santiago, donde falleció hace algunos años.
Laurita y su proceso de Beatificación...
Los restos de Laurita Vicuña que descansaban en el viejo cementerio de Junín fueron trasladados al nuevo cementerio del pueblo en 1925.
El 19 de septiembre de 1955 se inició en Viedma; Argentina, el proceso de la Causa de Beatificación y Canonización de la joven Sierva de Dios.
El 2 de marzo de 1956 sus restos mortales fueron trasladados a Bahía Blanca, Argentina, y enterrados en la Capilla local del Colegio de las Hijas de María Auxiliadora.
El 25 de febrero de 1982 en Roma se publicó el “Decreto de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos” para introducir la causa de Laurita Vicuña.
Han pasado muchos años, pero el recuerdo de Laura se acrecienta. Su fama aumenta día a día, sobre todo después de ser declarada Venerable por el papa Juan Pablo II, el 5 de junio de 1986.
El 3 de septiembre de 1988, en la Colina de las Bienaventuranzas Juveniles, con la presencia de miles de jóvenes participantes en el Confronto ’88 el Papa la declaró Beata proponiéndola a los jóvenes como modelo de coherencia evangélica llevada hasta la entrega del don de la vida, por una misión de Salvación. El milagro que permitió su beatificación fue concedido a Sor Ofelia Lobos Arellano, Hermana de las Hijas de María Auxiliadora el 22 de mayo de 1958.
La memoria de Laura Vicuña se celebra el 22 de enero.
En estos tiempos, en que la juventud necesita de un verdadero modelo para aprender a vivir los auténticos valores cristianos, Dios nos regala el testimonio y la vida de Laurita Vicuña.
OREMOS JUNTOS
Señor, Dios nuestro, te alabamos por los dones de gracia que has infundido en el alma de la adolescente Laura Vicuña.
Glorifica a esta fiel hija tuya y haz que su camino de fe coherente, de intrépida pureza, de heroísmo en el amor filial, sea para los jóvenes de hoy llamada eficaz a un compromiso de vida cristiana.
Concédenos la gracia que por su intercesión te pedimos, y da a las familias la paz y la unión, frutos del verdadero amor. Amén.
domingo, enero 28, 2007
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