viernes, diciembre 01, 2006

INMACULADO CORAZON DE MARIA

María Inés es mi hija que el 13 de diciembre cumple 24 años, cuando aún estaba en mi panza, fue un embarazo muy difícil, un parto muy bueno. Yo soñaba que iba a tener un varón y se iba a llamar Francisco José del Sagrado Corazón. Pero grande fue mi sorpresa cuando vi nacer a una niña, despues de pasados los primeros momentos, tomé la decisión que su nombre sería MARIA INES DEL INMACULADO CORAZON DE MARIA, así se la bautizó y así se la inscribió. Yo le pedí a la Santísima Madre portadora del Inmaculado Corazón que la tuviera bajo su manto.

Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María (I)


La parroquia de Nuestra Señora de las Victorias, situada en el centro de París, ella misma centro del comercio y de los negocios, rodeada de teatros y de lugares de placer, se convierte en el punto central de donde partían y terminaban los movimientos políticos que agitaron París durante tantos años. La parroquia de Nuestra Señora de las Victorias había visto apagarse en su seno casi todo sentimiento, casi toda idea religiosa, su iglesia estaba desierta, incluso en los días de grandes solemnidades, los sacramentos, las prácticas religiosas habían sido abandonadas, nada parecía poner término a esa deplorable situación.

El 03 de diciembre de 1836, día de San Francisco Javier, a las 9 de la mañana, yo comenzaba la santa misa al pie del altar de la Santa Virgen, estaba en el primer versículo del salmo Judica me Cuando me asaltó un pensamiento, era sobre la inutilidad de mi ministerio en esta parroquia.

A pesar de mis esfuerzos por rechazar ese pensamiento, él me poseyó de tal manera que absorbía todas las facultades de mi espíritu, a tal punto que leía las oraciones sin comprender lo que decía.

Después de cantar el Sanctus, me detuve un instante, buscando recordar mis ideas, asustado ante el estado de mi alma, me dije: ¡Dios mío! ¿En qué estado estoy? ¿Cómo voy a ofrecer el divino Sacrificio? No tengo suficiente claridad de espíritu para consagrar. « !Dios mío, libérame de esta desdichada distraccion !»

Apenas terminé de decir estas palabras cuando escuché muy claro estas palabras pronunciadas de forma solemne:

«Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María »

Abad Desgenettes, párroco de Nuestra Señora de las Victorias (1778 - 1860)

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