martes, diciembre 19, 2006

EL ANUNCIO


Gracias Madre por el ejemplo de fe que nos diste, en aquel acontecer único en que el Dios eterno, naciera en el tiempo de tu cuerpo purísimo.
He aquí la paradoja que marca el itinerario de la fe en la Biblia y que vos la viviste hasta las últimas consecuencias: Expectante ante el Señor!!! En disponibilidad absoluta a su Santa Voluntad. En esa adoración activa de estar en SU presencia... atenta a lo que El quiere que hagas.
En el anuncio angélico se te prometió – como al Pueblo formado para llevar la promesa- Un Rey, que reinaría en la Casa de David por los siglos de los siglos
Se te prometió Un Todopoderoso... para quien nada es imposible
Se te prometió Un Salvador... que nos redimiría de la mancha original y restablecería el orden trastocado por el pecado
Se te prometió que de Ti saldría el mismo Hijo de Dios...
y en Belén de Judá... en aquella noche bendita... se te entregó un bebe que no cubría esas expectativas:,
al rey prometido... hubo que acomodarle un comedero de animales para que pudiera dormir...
al todopoderoso prometido.. hubo que envolverlo en pañales... recostarlo en el pesebre... y lo tuviste que alimentar como a cualquier niño, ya que no se podía valer por si mismo...
al salvador esperado... hubo que salvarlo de Herodes, que lo que quería matar y por eso huyeron a Egipto...,
al mismo Hijo de Dios... si tenias antes tus ojos un niño igual a todos los niños por donde los miraras y tocaras...
Oh Madre!!! Pese a lo que tenias delante tuyo, creíste que ese Niño, era el Santo, el Prometido, el Anunciado, el Esperado... y tu fe te hizo ver que el mensaje de Dios iba por otro camino que el meramente humano, que estaba ante tus ojos.
Cómo no ibas a rumiar todas estas cosas para guardarlas en tu corazón de Madre y de creyente... siempre en estado de disposición, siempre dejando a Dios ser Dios... una vez mas le dijiste: FIAT!!! - hágase en mi según Tu Palabra y sin comprenderlo creías en ESA PALABRA.... precisamente porque esa Palabra se había hecho carne en tus mismas entrañas... a esa misma PALABRA la formaste durante nueve meses en tu seno y ahora la tienes delante tuyo... y es un niño débil, que llora, que tiene hambre y que depende de vos para que crezca... y no perdiste tiempo; por eso solicita y enseguida lo envolviste en pañales y lo recostaste en el pesebre que José acondicionara y estabas atenta precisamente a eso: a la Palabra de Dios y la Palabra de Dios era ese niño débil que tenias entre tus manos y que lo amamantabas con sus pechos.
Que fe Madre!!! poder ver en ese niño desvalido y necesitado al que creó el Cielo y la Tierra..
Que fe Madre!!! poder ver en ese niño desvalido y necesitado, y que rodeas con tus brazos, al que no cave en el universo entero...
Condúcenos, Madre, para que en esta nueva Navidad nos adentremos en el gran Misterio de la Encarnación... donde la Segunda Persona de la Ssma. Trinidad asumió, en su Persona, la naturaleza humana de tus purísimas entrañas...
Es mi deseo en esta Navidad que vos y los tuyos vivan esta fe, en unión con María y José. LuisMaria

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